Conoce a Reina Gavidia, la maestra de señas que forma profesionales en El Salvador

Reina Gavidia, de 46 años, hace diferencia a través de la lengua de señas, la cual aprendió a los 34. Ahora es coordinadora del Proyecto Sin Barreras de la Universidad Don Bosco

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Foto Por Karina García

Por Karina García

2020-01-24 9:19:45

Reina Gavidia le hace honor a la frase: “Cuando se quiere, se puede”. Aprendió a cocinar, inglés y lengua de señas, de manera autodidacta, sobre la marcha. Ahora es coordinadora del Proyecto Sin Barreras, de la Universidad Don Bosco (UDB) e intérprete de dos alumnos sordos.

Su incursión en la lengua de señas fue por casualidad. Emilia, su hija mayor, se encargó de meterla de lleno. En ese entonces, Reina trabajaba ayudándole a su mamá en el negocio familiar: una cafetería.

Emilia cursaba octavo grado y, a pesar de ser oyente, se interesó en aprender a comunicarse con dos estudiantes de séptimo que eran sordos, hasta que se hizo amiga de ellos.

“De ahí, fue conociendo a la comunidad sorda. De repente, me decía: ‘Fíjate que invité a Fulanito, Sultanito, Menganito, para que vinieran a almorzar al negocio’. Y se me llenaba de personas sordas. Empecé a aprender lengua de señas casi que obligada”, contó Reina.

“Mi hija me decía: ‘Decile así’. Ella me llevaba a empujones. Al final, terminé aprendiendo bastante, al grado de que un día me dijo: ‘Ya podés señas’”, agregó. Entonces, tenía 34 años.

Al graduarse de bachillerato, Emilia optó por estudiar Psicología, y a la vez era intérprete de los chicos sordos de los que se hizo amiga en el colegio y de otros jóvenes que recibían clases de inglés en la UCA. Pero estas últimas comenzaron a chocar con sus prácticas de la carrera y le pidió ayuda a Reina.

Emilia (al centro) fue quien empujó a Reina a aprender lengua de señas. La joven se graduó de psicóloga y es doctora de la risa. Aquí con toda la familia. Foto: Cortesía Reina Gavidia

Ella nuevamente dudó y argumentó que no era intérprete, sin embargo, Emilia le hizo ver que tenía lo que se necesitaba: sabía inglés y señas. También sugirió que, para que se sintiera más segura, tomara un curso en la Escuela Cristiana para sordos. Así que lo hizo y asumió el nuevo reto, no sin antes avisarle a su mamá que comenzaría a faltar a la cafetería. La señora la apoyó. “Bueno, ese dinerito te va a caer superbién. Imaginate que conseguís un mejor trabajo y te matás menos”, le respondió. Con miedo, Reina se aventó y eso la preparó para otro trabajo.

En 2011, luego de tres meses de fungir como intérprete en el curso de inglés, salió la oportunidad de ayudarle a un alumno sordo del Instituto Técnico Ricaldone. La opción era Electrónica, pero a ella, que siempre le gustaron las ingenierías, no le desagradó la idea. Después, se le sumó una estudiante sorda de Diseño Gráfico, también de la entidad salesiana.

En 2014, Reina llegó como intérprete a la UDB, donde acompañó a dos alumnos. Ya para entonces, la cafetería pasó a la historia. Se dedicó por completo a la interpretación hasta que, en 2016, asociaciones de la universidad vieron la necesidad de formar a la comunidad interna en lengua de señas, y la tomaron en cuenta. La sorpresa fue que 219 personas se apuntaron para nivel uno y luego gente de afuera se interesó también.

 

Según Reina Gavidia, 953 alumnos se han inscrito en el programa Proyecto Sin Barreras, hasta la fecha, desde 2016. Foto: Facebook / Proyecto Sin Barreras.

En 2018 pasó a ser coordinadora del Proyecto Sin Barreras. Se siente orgullosa de poder ayudar a otros a lograr sus sueños. “Me gusta lo que hago. Sé que estoy aportando buenos profesionales para el país. Me llena”, expresó.

La maestra de 46 años agradece la consideración que su familia le ha mostrado, con un empleo tan demandante, en especial la que le mostró su esposo, quien falleció en 2017 por insuficiencia renal. “Él siempre me apoyó mucho, en todas mis locuras”, indicó.

Gavidia invita a que las personas aprendan lengua de señas: “Veanlo como una oportunidad, porque uno nunca sabe. La otra vez los cipotes ponían un meme que decía: ‘Aprende lengua de señas. No sabes si el amor de tu vida es sordo'”.