“Estoy trabajando con una Adesco en una comunidad muy pobre, estoy dando clases de inglés, manualidades, títeres, valores; básicamente eso y me estoy organizando con los niños más grandes para ver si formamos una compañía de teatro, yo estoy muy contenta”, dijo Regina Cañas, conocida como “Tía Bubu”, luego de la audiencia en la que el Juzgado Quinto de Vigilancia Penitenciaria le ordenó cumplir con una jornada laboral por semana.
Cañas fue condenada a tres años de prisión por el Juzgado Séptimo de Instrucción, luego de confesar haber encubierto el lavado de $95,000 provenientes de las arcas del Estado en la gestión presidencial de su exesposo Mauricio Funes.
Para ello aceptó que reintegraría los $95,000 para poder ser beneficiada con trabajos de utilidad pública.
Para no ir a la cárcel, el juzgado le impuso 144 jornadas laborales (de ocho horas cada una) a cumplir en un lapso de tres años. Pero luego le autorizó que haga dos jornadas laborales semanales, lo que implicaba que la pena la cumpliría en año y medio, según la Fiscalía General.
“Tía Bubu” comenzó a cumplir su pena el 29 de junio pasado en la Asociación de Desarrollo Comunal El Progreso en el cantón El Zonte, de La Libertad.
Lo anterior motivó a Fiscalía a pedir al juzgado que revoque esa decisión. “Se modificó que solo se realice una por semana y así ella dé cumplimiento a los tres años de prisión, que fueron reemplazados (por) trabajos de utilidad pública”, dijo la fiscal del caso, pues alegó que con la medida “se estaba dando una reducción de la pena a la mitad”.
Sobre la devolución del dinero, Cañas dijo que no se ha traspasado el inmueble al Estado porque la Fiscalía aún no ha hecho los trámites para quitarle la restricción.
Sin embargo, los fiscales dijeron que el juez ya libró los oficios para que el inmueble que tiene un valor de $62,000 sea traspasado al Estado.
También, Cañas depositó en agosto pasado $32,220 en efectivo a la Unidad de Fondos Ajenos en Custodia del Ministerio de Hacienda.