Foto EDH/cortesía
El fugitivo, apodado “Vegetal”, tiene 31 años y es originario del cantón La Perla, en Jicalapa, La Libertad. A él le faltaban seis meses para cumplir su pena y salir de prisión.
Las autoridades informaron que hubo un operativo de búsqueda para dar con el hombre pero hasta las 10:00 de la mañana del domingo no había sido recapturado.
El pasado 14 de agosto, el nicaragüense José Antonio Aguirre, de 36 años, se fugó de la misma granja penitenciaria. Él estaba en fase de confianza realizando tareas de agricultura y trabajo público, tras cumplir parte de su condena por el delito de hurto y robo.
El nicaragüense fue sentenciado a 11 años de cárcel y estaba a la orden del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de San Miguel; y llegó a la granja el 23 de julio.
Tras la alerta, decenas de policías y militares fueron desplegados por la carretera El Litoral y unidades de transporte público pero no dieron con Aguirre.
El lugar de reinserción está a cuatro kilómetros del penal de máxima seguridad, conocido como Zacatraz. La granja penitenciaria carece de medidas de seguridad, pues solo está protegida con alambre de púa y tiene mucha vegetación a su alrededor.
Al menos 326 reos se han fugado de diferentes centros penitenciarios del país en los últimos diez años, revelaron las autoridades de Centros Penales en agosto pasado. De esa cifra, 87 lo hicieron aprovechando su salida de las prisiones para trabajar en las granjas penitenciarias como parte del programa Yo Cambio.
Ese número de escapes de las granjas corresponde al período 2014 a 2019 y ocurrieron principalmente en Santa Ana y Zacatecoluca.
Según datos del Ministerio de Justicia y Seguridad, solo de la granja de Zacatecoluca, en La Paz, se fugaron 43 internos entre 2018 y 2019. Uno de ellos corresponde a la administración actual, el resto fueron registradas en las anteriores.