Plástico en nuestro cuerpo: Cada persona en el mundo come un lapicero a la semana

En El Salvador, la Asamblea Legislativa actual mandó a archivo un anteproyecto de ley para regular el plástico de un solo uso, que es el más contaminante de todos. Por ello, entidades ambientalistas están buscando apoyos en alcaldías, para que a nivel local generen restricciones de uso.

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Alrededor de 3 kilómetros de playa desde Las Mueludas hasta el frente de El Faro en cantón El Jaguey, Conchagua, La Unión, se acumulan cantidades de desechos plásticos. Foto: Insy Mendoza.

Por Carlos López Vides

2021-09-11 9:30:52

Es igual a comerse un lapicero o una tarjeta de crédito, un total de 5 gramos de plástico: en promedio, eso entra al organismo de cada persona durante una semana en el mundo, según estudios recientes que compartió Ingrid Hausinger, de la Fundación Heinrich-Böll Stietung, en una ponencia sobre cómo la crisis del plástico afecta nuestro presente y futuro como humanidad.

Junto al doctor Ricardo Navarro, del CESTA Amigos de la Tierra, Hausinger dio a conocer alarmantes cifras que ponen en perspectiva cómo el plástico pone en riesgo la vida como la conocemos.

“Un estudio hecho en Australia concluyó que los seres humanos están ingiriendo 5 gramos de plástico a la semana, lo que equivale a comerse un lapicero o una tarjeta de crédito. Por supuesto, desecho en las micropartículas de plástico, que viene en el agua, las carnes, pescado, etc.”, detalló Hausinger.

El problema entonces es que “el plástico es ya un elemento que está intrínsecamente en la vida, así como el carbono, el nitrógeno, el oxígeno. Incluso, en la placenta humana se ha encontrado micropartículas de plástico, tanto en el lado fetal como maternal. Ya es un elemento que está en nuestra vida para el que no estamos diseñados, y por eso nos afecta a todos”, comentó Navarro.

Entre las enfermedades y efectos que pueden causar esas partículas de plástico en el cuerpo humano, Hausinger compartió que análisis científicos apuntan a obesidad, menstruación temprana en niñas entre 7 y 8 años, diabetes, desorden de tiroides e infertilidad, entre otros.

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Estas partículas de plástico están llegando al mar desde hace décadas, y con mayor intensidad desde 1950. En la actualidad, prácticamente entra una camionada de desechos plásticos al mar cada minuto, según estimaciones de expertos ambientales, detallaron los ponentes a inicios del presente mes.

“El plástico al llegar al mar no se comienza a deshacer, sino que se comienza a fraccionar, a convertirse en micropartículas que no podemos ver ni las podemos sacar de los mares, y que los peces y otros animales se los terminan comiendo”, explicó Hausinger. “Costa Rica hizo un estudio sobre las sardinas que se capturan en la región centroamericana, y en promedio en cada sardina había 14 microfibras de plástico. Después los pájaros e incluso nosotros nos comemos esas sardinas”, remarcó.

¿Qué soluciones hay?
Para la representante de la Fundación Heinrich-Böol, es importante que cada persona tome conciencia y reduzca el uso de plástico que no es necesario. Invitó a comenzar con pajillas y removedores de líquidos, pero también envoltorios, bolsas, etcétera.

“Hace pocos años no era costumbre envolver hasta un brócoli en plástico”, citó como ejemplo, y llamó a la población a girar la mirada a las soluciones que teníamos en el pasado para transportar, envolver y consumir productos, frutas, verduras, etcétera, sin necesidad de plástico alguno.

Además, invitó a reflexionar sobre cómo cada plástico es hecho del combustible de fósiles, mismos que tomaron millones de años en formarse, y luego, tras pasar por un proceso industrial en fábricas, todo ese tiempo queda desechado en un objeto que tiramos a la basura tras ocuparlo por menos de 30 días. O, a veces, en menos de 30 segundos.

El doctor Navarro dijo que ciertamente el reciclaje de desechos plásticos es una salida, pero no es ni una parte de la solución completa del problema.

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“Reciclar implica pasarle el problema a las alcaldías o en algunos casos al Gobierno central, pero no se le da responsabilidad a la empresa que produce el plástico. No se trata de lanzar los plásticos al mar, se trata de reducir la producción en la tierra”, argumentó el ambientalista. Él, al igual que Hausinger, subrayó que los distintos gobiernos del mundo deben regular las formas de producción de las grandes compañías, sobre todo en cuanto al plástico de un solo uso, pues “un tercio de todos los plásticos que se producen, por mucho que vivamos en un lugar donde funcione la recolección de desechos sólidos, van a terminar en el medio ambiente”.

Para el caso, CESTA y otras organizaciones ambientalistas dicen: “presentamos a la Asamblea Legislativa anterior una propuesta de ley, para prohibir el plástico de un solo uso, que es más o menos el 40 % del que se produce”, pero “en la actual Asamblea lo enviaron a archivo, al igual que otras leyes de temas importantes”, lamentó Navarro.

Pero no han bajado los brazos. Representantes de CESTA se han reunido en las últimas semanas con alcaldes de Chalatenango y Morazán, con la idea de explicarles la crisis por el plástico y conseguir que dispongan ordenanzas municipales que prohíban el plástico de un solo uso.

“Con algunas ordenanzas aprobadas, creemos que tendremos más fuerzas para ir a la Asamblea Legislativa para generar una nueva ley”, se animó Navarro.

Además, dentro de la Red Trinacional por el Rescate del Río Lempa, la cual aglutina a más de 30 agrupaciones de la sociedad civil dirigidas a la temática ambiental, Hausinguer dijo que “en noviembre de 2020 se presentó la ordenanza modelo a representantes de municipios de El Salvador, Guatemala y Honduras, iniciativas para prohibir y regular plásticos de un solo uso”, y en el caso salvadoreño “queremos encontrar un municipio que tome el liderazgo”.

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Mientras, ambas instituciones están trabajando intensamente en limpiar playas, lagos y lagunas de basura y, al mismo tiempo, ejecutar auditorías de marca, donde capturan datos sobre qué tipo de desecho plástico -y de qué empresa- es el que más se encuentra en dichos lugares.

La Fundación dirigió una auditoría de marca reciente en el Lago de Güija, y CESTA hizo lo propio en la playa San Marcelino. El 18 de septiembre visitarán playa Las Hojas. Su misión por actuar ante la crisis del plástico no se detiene.

Si llegar hasta el final de esta nota le tomó diez minutos, igual número de camionadas de desechos plásticos entraron al mar en ese tiempo. ¿Hora de cambiar?