Rafael retornó a El Salvador tras trabajar 13 años en EE.UU. y encontró una segunda oportunidad

Discriminado por su edad, 40 años, Rafael siguió el consejo de su novia y buscó ayuda en el programa Nuevas Oportunidades para certificar sus conocimientos en construcción y remodelación de viviendas. Ahora es un microempresario.

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En la remodelación de casas, pintar portones y paredes lleva tiempo y esfuerzo. Pero Rafael trabaja hombro a hombro con sus empleados. Foto EDH / Jessica Orellana

Por Lilian Martínez

2021-05-02 9:04:34

Rafael Salazar golpea con pico y martillo el piso cerámico. La tarea requiere paciencia. La misma paciencia que necesitó tras retornar a El Salvador, luego de vivir y trabajar 13 años en Estados Unidos. En ese entonces, cada intento por conseguir empleo terminó en frustración. Aunque cumplía todos los requisitos que pedían las empresas, Rafael nunca fue contratado debido a su edad: 40 años.

“Una vez, la señora de recursos humanos me dijo que había tenido la mejor calificación en el polígrafo, pero después la dueña de la empresa me dio que no me podían contratar, porque tenía más de 35 años y no sabía porqué había avanzado en el proceso de selección”, recordó.

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Ahora, mientras golpea con pico y martillo el piso cerámico se le ve cansado, pero no frustrado. Ahora es dueño de una micro empresa: Instalaciones y reparaciones Rafael Salazar. Esto solo fue posible luego de recibir varios “no”. “Me sentía en el aire, en el limbo, pero decía: ‘Algo tengo que hacer’”.

Rafael da los toques finales al barnizado de la pérgola a la que también le cambió la lámina en una de las últimas casas que ha remodelado junto a sus empleados eventuales. FOTO EDH / JESSICA ORELLANA

Tras enfrentarse al rechazo debido a su edad, escuchó el consejo de su novia y ahora esposa: “Ella me dijo que había visto un reportaje en el periódico, donde decían que Swisscontact estaba apoyando a los retornados”. Sin perder tiempo, Rafael llamó a Swisscontact y se inscribió para certificar su experiencia y conocimientos en la instalación de piso cerámico. “Gracias a Dios, obtuve mi certificado de instalación de cerámica. Eso me abrió las puertas. Porque uno ya tiene un poquito más de validez en el mercado”.

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Luego, Rafael participó en un concurso para microempresas y ganó el primer lugar: “Eso me sirvió para comprar herramientas. Eso me ha ayudado bastante, así que cuando llegó a una casa ya no ando prestando. Todo va a paso lento, pero avanza”.

El programa Nuevas Oportunidades de Swisscontact valida y certifica las habilidades y competencias de las personas retornadas y cuenta con el apoyo de Insaforp, Casalco, Casatur y otras cámaras empresariales. Desde 2018, este programa ha beneficiado a 417 retornados de los que el 62 % ha conseguido un empleado.

Con paciencia, Rafael retira la cerámica que será sustituida. Sabe que el trabajo de calidad deja satisfechos a sus clientes. FOTO EDH / JESSICA ORELLANA

Además, Nuevas Oportunidades ha apoyado la creación de 44 emprendimientos. El emprendimiento de Salazar es uno de estos.

Actualmente, la microempresa remodela dos casas en San Salvador, Rafael trabaja hombro a hombro junto a sus colaboradores para pintar paredes y portones, cambiar techos, remover y colocar cerámicas, y todo lo que se necesite en la remodelación de una vivienda. Uno de sus clientes, habló con El Diario de Hoy y comentó que lo que más le gusta de Rafael y sus colaboradores es que trabajan bien y rápido.

Al comentarle esto a Rafael, él explica que así se  trabaja en Estados Unidos, “se trabaja rápido y se trabaja con calidad, porque uno tiene supervisores y así es como se aprende”.

En aquel país, Rafael no solo tuvo experiencia en el área de la construcción, sino también en el área de cocina. De hecho, al volver a El Salvador tuvo un negocio de comida a domicilio, pero se vio obligado a cerrarlo.

“Nuevas Oportunidades ha significado nuevas oportunidades que se nos abren a  todos los retornados, para poder emprender. Si uno se pone la meta de lograrlo, lo logra. Pero si uno se pone a decir ‘ay, muy pesado’,’ay, es que lidiar con la gente’ no sale adelante uno. Hay que tratar de cortar esos esquema”.

La experiencia en Estados Unidos le ha servido también para saber cómo tratar a sus colaboradores: “Si en Estados Unidos usted trabaja bien, se lo agradecen. Usted tiene su descanso, su lunch. Igual puede hacer uno acá. Si uno trata bien al trabajador, ellos le responden a uno.

Pero si uno empieza a exigirles ‘no vayás al baño’, ‘no tomés agua’; no somos esclavos. Eso ayuda a que la gente responda y se desarrolle. Ellos solos trabajan y luego uno se toma con ellos un break y una gaseosa”.

Las dificultades y la falta de apoyo que enfrentó Rafael al regresar a El Salvador quedaron atrás, ahora él está dispuesto a compartir sus conocimientos y su experiencia con otros retornados que puedan ser beneficiados por el programa Nuevas Oportunidades, el mismo que le extendió la mano para certificar su experiencia e iniciar su microempresa.