"Los papás bebiendo alcohol y los niños quemando cohetes es la combinación perfecta para un desastre", médicos advierten

Enfatizan en la necesidad de la pronta la intervención médica, y en el no uso de remedios caseros

descripción de la imagen
Foto EDH/Archivo

Por Enrique Carranza

2021-12-24 6:03:54

De acuerdo al más reciente boletín epidemiológico del Ministerio de Salud, entre 1 de noviembre al 11 de diciembre hubo 28 personas quemadas con pólvora; el año pasado para el mismos periodo habían 19.

Los médicos Patricia de Calderón, jefa de Cirugía Plástica del Hospital Bloom, y Rodrigo Simán Siri, presidente de la Asociación de Pediatría de El Salvador, advirtieron sobre lo doloroso que puede resultar el descuido de los padres mientras los niños queman productos pirotécnicos. Entrevistados en el programa La Tribu, transmitido en Facebook y conducido por Pencho Duque, los especialistas, hablaron sobre qué se debe hacer en los primeros momentos tras sufrir la lesión.

“Los juegos pirotécnicos son la causa de quemadura más prevenible de las tres más comunes. Uno prohibe que los niños quemen cerillos, pero la llamarada de la estrellita es más grande”, dijo Patricia de Calderón.

Los otros porcentajes importantes de quemados lo producen el fuego directo o indirecto, y el contacto con superficies calientes.

Te puede interesar:  Salud reporta 12 personas quemadas por pólvora, entre ellas 5 niños

El pediatra Simán Siri consideró que “el gran problema de los salvadoreños es pensar que ‘a mi no me va a pasar’. Con un volcancito, con algo tan pequeño, un niño puede perder la vista, es capaz de destruir una mano; otros pueden causar problemas de audición”.

Ambos médicos coinciden en la necesidad de conocer sobre qué hacer en esos momentos, y la prevención de ese tipo de accidentes.

En el primer momento del accidente se debe retirar la ropa del afectado, sugieren que se debe cortar, y no deslizar para evitar más daños. Luego mojar abundantemente al paciente, de ser posible sumergir en una pila o guacal, la idea es evitar que la alta temperatura siga dañando tejidos.

Después es vital buscar atención médica. En el hospital o unidad médica el menor será estabilizado y después será tratada la lesión.

“Les decimos dale vuelta, dale vuelta y de pronto la estrellita está cerca del ojo de otro niño, son pequeños accidentes que nosotros pensamos no nos va a pasar”, añadió Patricia de Calderón.

Enfatizaron en que los padres no deben usar remedios caseros, pues esos solo complican la atención de los niños cuando ya llegan al hospital. La sábila, la clara de huevo no ayudan en ese momento, puntualizaron.

“Los papás con unos tragos, y los niños con un cohete es la combinación perfecta para un desastre”, sostuvo Rodrigo Simán Siri.

Gravedad de las lesiones

Patricia de Calderón explica que en ese tipo de pacientes es “primordial la hidratación intravenosa” durante las primeras 24 horas, más aún si es considerada “gran quemado” (con el 20 por ciento a más de la superficie corporal).

La importancia de la administración de líquidos por esa vía evita la falla de los riñones, y la eventual falla multiorgánica.

Después sigue el doloroso camino de la recuperación, y ese no es rápido, tras pasar 14 días de curaciones será evaluado y se considerará la necesidad de reconstrucción, tras pasar esa prolongada fase llegará la rehabilitación.

También: “Casi no ha venido producto chino”: Vendedores de pólvora lamentan escasez de productos y alza en precios

“Las secuelas son para toda la vida, además hay marcas emocionales, el trauma es para toda la vida”, agregó Simán Siri.

En sus años de trabajo en el hospital Bloom, Patricia de Calderón acumula muchas experiencias difíciles de articular, pues quienes las protagonizan son niños de o a 2 años carbonizados en alguna explosión de coheterías clandestinas. Añade que “como médicos tienen límites”.

“La responsabilidad es de nosotros, no se puede diluir, el padre que va a comprar el cohete es el responsable. Dejemos la pólvora para los expertos”, concluye Rodrigo Simán Siri.