Entre los restos de las 12 víctimas que este jueves fueron entregados a sus familiares por la Fiscalía General se encuentran cinco miembros de una misma familia: los Linares.
Todos ellos fueron encontrados en fosas clandestinas dentro de la casa de su asesino, un ex miembro de la Policía Nacional Civil (PNC). En el inmueble ubicado en el Callejón Estévez del barrio Apaneca, en Chalchuapa, las autoridades hallaron más de 40 cadáveres, en su mayoría mujeres jóvenes.
De acuerdo con fuentes policiales, los Linares (tres mujeres y dos niños) fueron asesinados a finales del año 2020. Según lo que el acusado les ha contado a las autoridades, estas personas fueron asesinadas por un taxista y un soldado con la ayuda de él.
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La primera en ser asesinada, según las fuentes, fue Dania. El homicida ha dicho a las autoridades que quien la mató fue Ernesto Enrique, un hombre que se dedicaba a hacer viajes como taxista en su viejo Honda año 88.
Un día de finales de 2020, Ernesto le comentó a Osorio que Dania le gustaba. El expolicía le contestó que si quería se la conectaba. Y así lo hizo.
Luego le prestó su casa a Ernesto para que llevara a Dania. Los dejó solos bajo llave y él se fue a comprar pollo frito. Cuando regresó, Ernesto le dijo que la había matado.
Como un mes y medio después, de acuerdo con fuentes del caso, Patricia, Helen, José y Gadiel fueron asesinados por José Ernesto.
Según el relato que el mismo homicida dio a policías horas después de haber ser sido capturado, Sigüenza era un soldado quien le dijo que quería matar a toda la familia de Dania con quien había procreado un hijo a quien, obligado por la Procuraduría General de la República, le pasaba una cuota alimenticia y que por eso no le alcanzaba el sueldo.
Osorio se ofreció a ayudar al soldado. Y as lo hizo. En un mismo día mataron a Patricia, a Helen, a Josué y a Gadiel, el hijo que el soldado había procreado con Dania.
No obstante que la Fiscalía ha dado criterio de oportunidad (beneficios penales a cambio de colaborar con la justicia), los policías que han estado cerca del proceso no creen que su excolega esté diciendo la verdad sobre cada uno de esos crímenes.
Sepultados hoy
Los cinco miembros de la familia Linares asesinados y sepultados clandestinamente en la casa del expolicía, fueron velados en la casa comunal del cantón San Luis, de San Sebastián Salitrillo, un municipio vecino de Chalchuapa. En el cementerio de ese mismo cantón serán sepultados este viernes.
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Los familiares permitieron el acceso a periodistas a la casa comunal con la única condición de que no se hicieran entrevistas a los deudos.
De acuerdo con vecinos del cantón San Luis, ninguna de las víctimas residía en ese lugar; todas vivían en la colonia Tazumal, en Chalchuapa, un vecindario aledaño al barrio Apaneca, donde mataba gente, y desaparecía los cuerpos echándolo en fosas clandestinas que supuestamente él mismo cavaba, según cuentan policías que conocen lo que el expolicía ha contado a las autoridades.
Otro de los cuerpos entregados este jueves a sus familiares es el de una menor de 16 años a quien, Henry Olivares habría asesinado.
La joven era residente también en el municipio de San Sebastián Salitrillo, pero en una residencial privada, donde ayer fue velada, según fuentes policiales.
Las fuentes policiales describen al exagente como un fulano que desde que estaba en la corporación policial evidenciaba ser un psicópata sexual, a tal grado que le gustaba abordar autobuses en las horas en que éstos iban repletos.
Por eso a las fuentes les sorprende, según comentan, que en la mayoría de casos, él se describe como un colaborador de los asesinos directos, a quienes solo dio consejos de cómo matar a sus víctimas o ayudó a echarlas a las fosas clandestinas que tenía en su propia casa.
Con esos relatos ha logrado que la Fiscalía le otorgue criterio de oportunidad por una buena cantidad de casos y que solo lo esté procesando por los homicidios de dos mujeres y un hombre, los últimos que mató el pasado 7 de mayo casi a la medianoche.