La excavaciones para buscar posibles víctimas en la casa del expolicía en Cojutepeque, Cuscatlán, iniciaron este lunes, pero hasta ayer no habían localizado ningún cuerpo, según fuentes policiales.
Las mismas fuentes aseguraron que el proceso de excavación es para poder confirmar o descartar de que hayan víctimas enterradas en esa vivienda, aunque las investigaciones preliminares arrojan de que no hay cuerpos en la misma.
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Explicaron que aún se desconoce el tiempo que se prolongará el proceso de búsqueda en la que participan representantes de la Fiscalía, Medicina Legal y la Policía. Sin embargo, otras fuentes policiales aseguraron que existen razones para excavar en la casa que se localiza en la colonia San Antonio 2 de Cojutepeque.
Señalaron que en el tiempo que el expolicía vivió en esa casa, desaparecieron tres jóvenes: dos mujeres y un hombre: Daniela, de 14 años, Karla, de 26, y Eduardo de 28.
Pero fuentes policiales cercanas al caso, que hablaron de manera extraoficial, aseguraron que existe la posibilidad de que haya no menos de seis víctimas enterradas.
Lo anterior porque el exagente habría admitido en las primeras entrevistas que autoridades le hicieron cuando lo apresaron después de haber matado a dos mujeres y a dos hombres en los primeros días de mayo del año recién pasado.
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Lo que les parece extraño a las fuentes policiales es por qué las excavaciones iniciaron ocho meses después de que el expolicía dijera que también había enterrado a algunas víctimas en su casa de Cojutepeque.
El exagente estuvo destacado en Cojutepeque en sus tiempos de policía, fue entonces cuando decidió radicarse también en ese municipio aunque mantenía siempre su casa en el barrio Apaneca, callejón Estévez, en Chalchuapa, donde hallaron un cementerio clandestino. El exagente es procesado por los asesinatos de madre e hija. Pero además es testigo de la Fiscalía contra otras diez personas por no menos de 12 homicidios, cuyas víctimas estaban enterradas en la casa de Chalchuapa.