Dos policías de elite vigilan detrás de una cinta amarilla que impide solo que los periodistas ingresen al pasaje donde está ubicada la casa en que vive la familia del exagente de la Policía Nacional Civil (PNC) que se encuentra en prisión preventiva supuestamente por haber matado a dos mujeres el pasado 7 de mayo en Chalchuapa, donde tenía otra casa.
Los vecinos del lugar pueden transitar libremente, sin complicaciones, según pudo constatar este viernes un equipo de El Diario de Hoy. La casa está vigilada desde el jueves al mediodía, cuando un grupo de funcionarios policiales y fiscales llegaron a inspeccionar el lugar.
El exagente estuvo destacado en Cojutepeque en sus tiempos de policía, fue entonces cuando decidió radicarse también en ese municipio aunque mantenía siempre su casa en el barrio Apaneca, Callejón Estévez, en Chalchuapa.
Lee también: Familiares dan último adiós a víctimas encontradas en las fosas de la casa de Hugo Osorio en Chalchuapa
De momento, en la colonia San Antonio 2 de Cojutepeque, todo transcurre normal. Algunos vecinos solo les ha llamado la atención que desde ayer se quedaran dos policías en el lugar, vigilando en la entrada del pasaje.
Algunos aseguran que ya ni se acordaban de que allí vivió. Otros afirmaron que la familia del supuesto asesino en serie, continúa viviendo en la casa que será intervenida el próximo lunes, según fuentes policiales.
Desaparecidos del lugar
De acuerdo con fuentes policiales, razones para excavar en la casa de Osorio en esa colonia de Cojutepeque hay suficientes, pues en el tiempo que él expolicía vivió en ese lugar, desaparecieron tres jóvenes: dos mujeres y un hombre: Daniela, de 14 años, Karla, de 26, y Eduardo de 28.
Pero fuentes policiales cercanas al caso, que hablaron de manera extraoficial, aseguran que existe la posibilidad que haya más cadáveres: al menos seis, afirman.
Eso es lo que el exagente habría admitido en las primeras entrevistas que autoridades le hicieron cuando lo apresaron después de haber matado a dos mujeres y a dos hombres en los primeros días de mayo del año recién pasado.
Lo extraño, para algunas fuentes policiales es por qué las excavaciones las iniciarán ocho meses de que el expolicía dijera que también había enterrado a algunas víctimas en su casa de Cojutepeque, la cual hasta ayer aún estaba habitada, según vecinos.