Respirador automatizado hecho en El Salvador listo para entrar a etapa de producción
Solo esperan aval de Salud para que pueda producirse y favorecer a pacientes en estado crítico por COVID-19 que necesiten un aparato para poder respirar. El ventilador EJÉKAT–UFG 2020 tiene un nombre náhuatl que significa ‘viento’. Así fue construido.
Los científicos del Laboratorio de Nanotecnología del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), finalizaron el respirador automatizadoque crearon para ayudar a pacientes que sufran condición grave y requieran respiración asistida, incluyendo enfermos con COVID-19.
Óscar Picardo Joao, director del ICTI y quien hace mes y medio dio la noticia de que un equipo multidisciplinario del ICTI trabajaba contrarreloj en esta iniciativa, afirmó que el aparato ya está a nivel de prototipo industrial, listo para pasar a la etapa de producción.
“Nosotros le llamamos el Ventilador EJÉKAT–UFG 2020. EJÉKAT porque es un nombre náhuatl que significa ‘viento’ y le daba identidad de que es hecho en El Salvador”, citó durante una entrevista que El Diario de Hoy le realizó el pasado 28 de abril.
Picardo Joao, quien conceptualizó el proyecto, dijo en su momento que el equipo integrado también por Rainer Christoph, Wolfgang Büscher, Romeo Muñoz, Ángel Hernández, Jonathan Ventura y Kelly Cortez, apostó a ese esfuerzo ante el avance de la enfermedad y al hecho de que en el sistema hospitalario público no hay suficientes respiradores mecánicos.
La carencia de ventiladores mecánicos obligó por décadas a que los estudiantes de último año de medicina, que hacen prácticas en hospitales públicos, se vieran forzados a permanecer por horas junto a pacientes graves, dándoles respiración asistida en forma manual con un AMBU (Air Mask Bag Unit, por sus siglas en inglés).
El nuevo aparato fue construido con tecnología 3D, un motor paso a paso, una bolsa resucitadora (AMBU), engranajes, madera, fuente de poder, sensor, el programa Arduino, entre otros recursos, y ya está también calibrado por una firma de artículos de salud, e incluso legalizado ante el Centro Nacional de Registros (CNR), según detalló Picardo Joao.
El aparato emula la función de una mano que presiona en forma automatizada la bolsa o AMBU suministrando oxígeno al paciente.
De acuerdo con Picardo Joao, el artefacto cumple con los parámetros que fueron indicados por médicos, intensivistas y especialistas biomédicos.