Para Álvaro de Soto, principal mediador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el proceso de Paz en El Salvador, a 30 años de la firma del pacto que puso fin al conflicto armado, aún "hay ciertos aspectos que no se cumplieron o lo hicieron a medias o pudieron haberse hecho mejor".
Señaló algunos retrocesos que a su criterio se están dando en torno al cumplimiento del pacto que se estableció hace tres décadas, entre estos cuestiona la "remilitarización" retomada por algunas administraciones presidenciales.
"Tienen responsabilidad varios gobiernos sucesivos salvadoreños, el hecho de que se está produciendo poco a poco una gradual remilitarización que era uno de los objetivos profundos del proceso de paz que hubo, que era justamente lo contrario: desmilitarizarla", señaló durante la entrevista 8 En Punto que se transmitió el 17 de enero.
Un logro que lamentó que se estaría perdiendo, ya que "en las fases iniciales al menos la Fuerza Armada colaboró en en ese objetivo y aceptó de buen grado cumplimiento fielmente la letra y el espíritu de los acuerdos".
En ese marco surgió la creación de "una nueva Policía Nacional Civil, que tendría como propósito que la Fuerza Armada no estuviera involucrada en ella. Salvo en instancias y de modos muy puntales y sujeta a determinadas condiciones que no estoy seguro de que se cumplan" en la actualidad, cuestionó.
Durante la entrevista, el periodista preguntó a De Soto sobre las declaraciones del presidente Nayib Bukele de calificar de "farsa" los Acuerdos de Paz, lo que respondió: "No entiendo la lógica, una farsa es una obra de teatro un poco satírica que se burla de los acontecimientos".
El mediador de la ONU en el proceso de paz se preguntó: "Si ¿para los sobrevivientes de El Mozote o para la sociedad salvadoreña, que sabe lo que ocurrió eso fue una farsa? En el sentido en que se entiende la palabra en la literatura, dramaturgia. ¿A caso el asesinato de los sacerdotes jesuitas, su cocinera y su hija es una farsa?, ¿Acaso fue una farsa el hecho de que la gente temía expresiones y sobre todo discernir la verdad impuesta autoritariamente por la forma que existía de gobernar en esa época, era una farsa?".
Algunas deudas de los acuerdos
"La Comisión de la Verdad" forma parte de los "incumplimientos insatisfactorios" de ese proceso, expuso De Soto.
"Tratar de que los salvadoreños no solo concluyan con el aspecto militar de la guerra sino que también después de un periodo profundamente traumático pasaran por la catarsis, por así decirlo, de enfrentar la verdad al respecto de lo que ocurrió, por qué ocurrió, cómo es que pudo una sociedad como la salvadoreña llegar al punto al que llegó", planteó.
"Pese haberse celebrado un compromiso político profundo de cumplirse todos los aspectos del acuerdo, incluidas las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, esto no se hizo y se perdió esa oportunidad de hacer esa especie de esa terapia social que habría sido necesaria", lamentó.
De Soto se refirió a la necesidad de que las generaciones que no vivieron la guerra civil puedan documentarse y conocer sobre lo sucedido "sino esto ofrece peligros que hay que evitar a toda costa".
Prosiguió: "Ese proceso de metabolización, tenía que incluir como elemento esencial de que esto se enseñará en toda su crudeza en las escuelas, en las universidades, que todo mundo supiera bien lo que ocurrió, porque como dijo William Faulkner: 'El pasado ni siquiera está muerto'", expresó al hacer referencia de que "el pasado está en el presente actualmente y si no lo entendemos no sabremos derivar las elecciones'".