Un agente policial destacado en el puesto de San Sebastián Salitrillo, en Santa Ana, fingió estar muerto para sobrevivir a un ataque con armas de fuego que varios pandilleros realizaron cuando junto a otro policía transitaban en una patrulla en una zona rural de Chalchuapa.
Su compañero, identificado como José Dolores Romero Arias, falleció en el hecho; mientras que él logró sobrevivir porque los delincuentes lo dieron por muerto.
Recientemente Carlos Alfredo Chinchilla Torres fue condenado por el Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Ana por los delitos de homicidio agravado y homicidio agravado imperfecto en perjuicio de la víctima con régimen de protección.
Chinchilla deberá de purgar cuarenta años de prisión por la muerte del agente y otros veinte por el intento de homicidio de su compañero.
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El hecho por lo que fue procesado el ahora condenado ocurrió el 9 de junio de 2019 cuando las víctimas se desempeñaban como agentes activos en el puesto policial de San Sebastián Salitrillo, en Santa Ana.
Ese día, en horas de la tarde, se les asignó llevar una documentación a la subdelegación de Chalchuapa, en Santa Ana, por lo que se condujeron en una patrulla policial.
Una vez cumplida la misión, Romero Arias le dijo a su compañero que se iban a ir por una zona rural porque necesitaba hablar con una persona.
Cuando llevaban quince minutos de marcha y se dirigían por el cantón Piedras Rajadas, de Chalchuapa, el sobreviviente se percató que habían varios sujetos con armas largas, tipo fusil, quienes comenzaron a dispararles.
El vehículo policial se le apagó a Romero Arias por lo que el testigo intentó utilizar su arma de fuego; pero no pudo debido a que sangraba mucho de uno de sus brazos. Romero se bajó del vehículo en un intento por huir, pero fue acribillado.
Aunque el agente que sobrevivió al ataque intentó utilizar el radio de la patrulla no pudo debido a que los impactos de bala lo dañaron.
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En un último intento sacó su teléfono celular; pero tampoco pudo utilizarlo porque advirtió que uno de los sujetos se dirigía hacia donde él se encontraba, por lo que se hizo el muerto.
Entonces, sólo escuchó que el delincuente dijo que ya no estaban con vida, por lo que se retiraron, indicó una fuente judicial.
Minutos más tarde, el agente se bajó del vehículo y logró llegar hasta donde su compañero, a quien le tomó los signos vitales, pero ya se encontraba fallecido.
En ese momento iba un vehículo cuyos ocupantes se percataron que había una persona con vida, por lo que la auxiliaron.
La autopsia realizada a Romero Arias determinó que falleció a consecuencia de un trauma craneoencefálico severo, producido por proyectiles de arma de fuego.
Mientras que el policía que sobrevivió, sufrió lesiones en su brazo derecho y uno de sus pulmones.