La Policía Nacional Civil (PNC) canceló una reunión con la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) en la que abordarán las vulneraciones policiales contra periodistas dado que en los últimos meses la corporación policial ha sido quien más ha agredido a la prensa.
"La @PNCSV canceló la reunión con APES programada para esta mañana", informó la APES en su cuenta de Twitter.
Según datos del Centro de Monitoreo de APES, en lo que va del 2021 se han registrado 193 agresiones, de las cuales 36, es decir, la mayoría han sido ejecutadas por la Policía con restricciones al ejercicio periodístico y agresiones físicas.
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Para "exigir a la policía cesar ese hostigamiento", la junta directiva de APES envió una carta el pasado 20 de septiembre para solicitar una reunión con el director de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas.
El escrito fue recibido por la PNC y programó una reunión para este martes 19 de octubre a las 10:00 am, no con Arriaza sino con la subdirectora, Zoila Corina Palma. Sin embargo, el lunes por la noche enviaron un correo a la cuenta institucional de la APES donde cancelaron dicho encuentro por motivos de "emergencia y de carga laboral".
Al respecto, el presidente de la APES, César Castro Fagoaga, dijo que espera que sea reprogramada y asegura que seguirán buscando dialogar con la institución de seguridad pública sobre esa situación.
"Esperamos que se reprograme. Consideramos que el diálogo es la mejor manera de resolver cualquier conflicto, así que vamos a seguir buscando ese diálogo, le hemos pedido a la policía que nos reprograme y que nos diga cuándo nos puede atender", manifestó.
Castro Fagoaga dijo que pedirán que haya un enlace entre APES y la PNC para evitar más vulneraciones. Aclaró que esto "no implica quitar el dedo del renglón o dejar de denunciar".
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Además, señaló que una de las vulneraciones más significativas ha sido la agresión física ejecutada por el subinspector Raúl Martínez Velásquez contra el periodista de este medio, Jorge Beltrán Luna cuando daba cobertura a la recuperación del cadáver de un estudiante en la ribera del río Tomayate, en Apopa.
"Fue una de las más significativas porque a nuestro modo de ver cruzó una línea roja y es que la policía se ha dejado envenenar por este discurso de odio fabricado desde casa presidencial enarbolado principalmente por el señor Bukele", concluyó.