Son alrededor de 9 kilómetros de bosques salados que cuenta la playa El Icacal, en Intipucá, La Unión, el lugar ofrece a sus visitantes un clima agradable que proveen los manglares donde hay una variedad de árboles hasta de 20 metros de altura. El estero se une con el río que desemboca en el municipio.
Es un paisaje encantador, que se disfruta de la brisa, el avistamiento de muchas aves como las garzas, loras, gavilanes, iguanas, garrobos, lagartos; y algunos pescadores trabajando en sus pequeños cayucos.
De acuerdo con los lugareños, tienen varios años de proteger los manglares, evitando la tala ya sea para el consumo como leña en la cocina, o para la comercialización.
Los manglares no solo son un atractivo para desarrollar el turismo sostenible, también es el hábitat donde se reproducen las larvas de los camarones, peces, moluscos y crustáceos.
Carlos Hernández, líder de la comunidad El Icacal, dice que los turistas pueden disfrutar de un recorrido en lancha por todos los manglares, y disfrutar de todos los atractivos que se encuentran en el lugar.
“Al turista le mostramos todo lo que hay en el bosque salado, desde la variedad de los mangles, y pueden disfrutar del canto de las aves, es un sitio ideal para relajarse y botar todo el estrés”, agregó Hernández.
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Ana Argelia Guevara, es una de las turistas nacionales que ha visitado la playa El Icacal y los manglares, “es increíble ver toda la vegetación que tienen en el bosque salado, es un ambiente para relajarse al escuchar las aves, verlas volar, la brisa que nos regalan todos los mangles que hay en el lugar”, agregó.
Los residentes aseguran que tienen varios años de estar luchando por proteger el recurso de los esteros, que nadie de la zona se aprovecha de la tala. Y en caso de encontrarse con personas dañando el bosque, denuncian de inmediato ante las autoridades.