RELATO: “A esos juras los tenemos bien posteados, los vamos a matar…”, amenaza de un pandillero a un policía

En menos de dos años, un policía y su familia que viven en Chalatenango han estado vigilados por pandilleros, han sufrido amenazas y un ataque armado. La institución policial no le ha respondido ante el ataque al agente.

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Pandilleros ametrallaron la casa de un policía para amenazarlo. FOTO EDH / ARCHIVO

Por Mirella Cáceres

2021-08-31 12:11:15

Un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) ha estado bajo la mirada de un grupo de pandilleros: lo han vigilado, le han enviado amenazas y han ametrallado su vivienda, estando allí su esposa, su recién nacida y otro pariente. Todo esto ha ocurrido en menos de un mes.

El drama de este agente policial se acentuó cuando la institución a la cual sirve le dio la espalda. Ni el presidente Nayib Bukele reaccionó a su caso cuando desde la cuenta de Twitter del Movimiento de Trabajadores de la PNC buscaron su atención y apoyo.

Hasta que le hicieron varios disparos a la vivienda llegó un grupo de investigadores de la Policía y le tomaron por fin declaración y a su familia. Para que esto sucediera, el joven policía ha tenido que ir a uno y otro lado pidiendo apoyo.

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El 31 de julio pasado, un grupo de pandilleros le envió un mensaje: que atentarían contra él y su familia. Once días después lo cumplieron. Este es su relato:

Ya tenía información de hace menos de dos años en la que mi esposa y yo estábamos siendo vigilados por pandillas, e incluso los habían visto a algunos cerca de mi casa, tendidos con armas largas. Hasta ese momento no había visto nada de eso pero un jefe me dijo que tomara la precaución y que no me afligiera.

Cuando yo estaba de licencia se parqueaban algunos vehículos con los vidrios cerrados, unas motocicletas, y alguien me dijo que una vez se habían bajado unos muchachos de la moto: ‘uno andaba con fusil o escopeta, pero andaba otro con pistola, y andaban preguntando por usted, por la pareja que son agentes’. Esta persona dijo que les respondió que no nos conocía porque no somos de esta zona.

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Yo soy de otro departamento y me fui a vivir a Chalatenango porque donde yo vivía era bastante aglomerado de pandillas también. Yo de mi casa no salía, me dedicaba a estudiar porque tenía tareas de la universidad, y a los quehaceres del hogar, pues ambos trabajamos. Así que en la zona no me conocen mucho.

Un día, un pariente que vive con nosotros fue a comprar unas pupusas y lo intervinieron tres pandilleros y le dijeron: ‘te voy a decir una onda, a los juras (policías) los tenemos bien posteados, y a vos también, a la hora que salís a estudiar y a la hora que venís, así que la captura que se han hecho de los "homeboys" no se va a quedar así, los vamos a matar al jura y a vos. Esa pistolita que anda el jura no es nada comparada con la que nosotros andamos. Así que ya quedan advertidos’.

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¿Y por qué no se lo dicen a él?, les dijo el muchacho. ‘Ah, y todavía de respondón’, le dijeron, y no lo dejaban ir, pero alguien habló algo y lo soltaron. Cuando llegó a la casa, me llamó y me dijo que ellos se declararon como lo que me andaban siguiendo.

Ese día yo estaba trabajando ese día, pero fui a poner la denuncia a la delegación de Chalatenango, pero me recibieron de mala gana y poco profesional, pues al recibirme la denuncia por cada explicación que daba me querían omitir o cambiar las palabras. Una cabo le llamó al oficial de servicio para informarle. Le dio la orden de que me recibiera la denuncia y que solo eso se iba a hacer, que eran los lineamientos que había dado el fiscal de Chalatenango y que cosas así no se andaban remitiendo.

Qué raro, le dije, no creo que en nuestros códigos, en nuestra Constitución, se deje sin efecto a Chalatenango para esa clase de delitos, hasta donde yo sé está en término de flagrancia y necesito que ese sujeto sea capturado, pues allí está tomando por mi casa todavía y está bien feliz que no se le ha hecho nada. ‘Vaya tranquilo que no le pasará nada’, me dijo la persona que recibió la denuncia.

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Le fui a preguntar al oficial de servicio a ver si era cierto y me dijo: sí, y si querés que lo vayamos a capturar llevame dos testigos, si tenés video y audios llevámelos y allí te vamos a recibir eso, y vamos a ver si lo vamos a capturar. Le dije que era obligación de ellos ir a capturarlo porque está en flagrancia. ‘Así son las cosas aquí’, esos son los lineamientos, ya hablé con el fiscal y eso es lo que me dijo, me respondió.

Pues iré a hablar con el fiscal, le dije. Y lo encontraba, me rebusqué todo el día hasta que le dije al de seguridad lo que me habían dicho, este me dijo que andaba por San Salvador y que el fiscal dijo a través de él que era falso, que él no había hablado con el oficial de servicio, que no tenía ni motivos para andar opinado de eso y para andar metiéndose en esas cosas, que ni siquiera conocía al oficial de servicio.

Estaba inconforme y a las 4:30 de la tarde iba terminar el término de flagrancia, me fui a la delegación a buscar al comisionado, los compañeros renuentes preguntaban para qué lo quería, les dije lo que necesitaba: que fueran a capturar al sujeto, me pidieron la descripción y cómo andaba vestido, me dijeron que lo mandarían a capturar. Le pedí a mi esposa que estuviera pendiente y pasó toda la mañana y ningún patrulla se asomó.

Retenido pero liberado después

Desmotivado llegué a mi casa y veo al sujeto que estaba parado enfrente de la casa, pero de repente iba pasando una patrulla, fue coincidencia. Le expliqué al camarada y le pusieron las esposas al sujeto, pero al llamar al 911 le dijeron que esos eran los lineamento de los oficiales de servicios de turno y que el comisionado había dado la orden de que no se me apoyara en esa situación, que se dejara sin efecto y se dejara ir al sujeto.

A mí los pandilleros nunca me ha dicho nada directamente, siempre han llegado cuando yo no he estado. Una vez llegaron a pegarle garrotazos al portón de la casa y en el lugar donde siembro maíz, en un palo de jiote me habían dejado letras MS y cosas así. A mí no han tenido valor de decirme nada quizás porque siempre ando armado y piensan que les puedo hacer algo, y nunca he dejado que se me acerque alguien.

A mi esposa, un día cuando iba a hacer un mandado les oyó decir a estos sujetos: ‘estas juras se van a morir, estas perras…’. Un día le dije a uno de ellos que cuando quisieran decir algo me lo dijeran a mí y no a mi mujer. ‘Sean hombres’, les dije.

Cuando está solo uno de estos pandilleros no dicen nada pero en grupo tratan la manera de responder. A veces uno comete errores y tiene momentos de cólera como estos.

Disparos a la vivienda y sin dejar rastro

Desde que mandaron a amenazar se había visto bastante sospechoso el movimiento frente a la casa. Mis familiares vieron después el paso de vehículos y que una vez bajaron unos hombres tapados de la cara. Uno de ellos, se bajó y tomó fotografías a la casa mía. Más tarde pasaron en otro vehículo.

El 22 de agosto, a las 23:00 horas, sujetos armados de manera cobarde, percatándose de que no me encontraba en la casa porque estaba de turno, y solo estaba mi familia, rodearon la vivienda con el objetivo de allanarla y cometer ilícito. Pero al no lograr ingresar empezaron a disparar. A las 23:24 de la noche se le informó al sistema 911 de la situación y explicándole que ya existía un antecedente de amenaza, después de varias llamadas, a la 01:20 horas del 23 de agosto llegó una patrulla a pie.

Fueron unos seis disparos de nueve milímetros y armas largas como escopetas y UZI que mencionaron los agentes de inspecciones oculares, según mi familia.

Cuando han llegado a asesinar personas o se ha producido atentados a compañeros policías siempre se ha encontrado aunque sea un casquillo o vainilla como le quieran llamar al sobrante del cartucho cuando se hace una detonación, y en este caso no ha quedado absolutamente nada. Mi casa es humilde y un poco segura, por eso no lograron meterse a la casa. Mi familia lo que hizo fue apagar las luces y solo esperaban a que entraran.

La cuenta de Twitter y la página web de la Policía no reportaron nada de esto, ni en el registro de novedades a diario tampoco lo han reportado, según fuentes. Hasta cuando se roban una gallina lo suben a ese sistema pero en este caso no lo hicieron, no se tiene en el registro de la Policía absolutamente nada de esto que pasó.

Al siguiente día de ocurrido eso llegaron a tomarme la declaración, algo que debieron hacer el día en que puse la denuncia por amenazas. Al sujeto ya no se le ha visto por la casa.

Hasta el momento, he visto la negligencia en esto, he llegado a pensar en ir a la Inspectoría de la Policía, a la Fiscalía y no sé a qué instancias ir pues esta situación es algo serio y peligra mi esposa y mi hija recién nacida. Voy a agotar las instancias que estén a mi alcance y quieran apoyarlo porque aquí la institución como que lo rechaza, lo ignora totalmente a uno.