Pintor salvadoreño, sobreviviente de la violencia, obtiene galardón en universidad de Estados Unidos

Es la primera vez que un salvadoreño recibe este reconocimiento en uno de los más prestigiosos centros de estudio estadounidenses.

Video cortesía: Ringling College

Por Lissette Lemus

2021-11-13 9:30:36

Por primera vez en la historia, en la carrera de Bellas Artes, el galardón más importante de la Universidad Ringling de Florida, fue entregado a un salvadoreño: Melvin Gómez, un sobreviviente de la violencia en El Salvador.

Cada año la universidad, una de las más prestigiosas de Estados Unidos para estudios de arte y diseño, otorga los Trustee Scholar Awards a los alumnos más destacados de cada carrera como reconocimiento a su talento creativo y liderazgo.

Foto/ Cortesía Ringling College

Melvin es estudiante de último año de Bellas Artes junto a alumnos de Finlandia, Brasil, Kenia, Tailandia y Estados Unidos, en su clase; él y un estadounidense fueron nominados al premio, en esta edición denomina “Emerge” (emerger).

Una temática que describe a la perfección la experiencia de vida del joven salvadoreño.

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Los dos nominados presentaron una hoja de vida, un ensayo y un video de su trayectoria, los cuales son evaluados por un comité para seleccionar los ganadores.

Este es el reconocimiento más alto que la universidad otorga a sus alumnos durante sus cuatro años de estudio, por sus contribuciones a la universidad y a la comunidad.

Con su eterna sonrisa y la sencillez que lo caracteriza Melvin subió al escenario en su silla de ruedas para brindar un conmovedor y potente discurso de agradecimiento.

Melvin Gómez tras recibir el galardón en la Ringling College. Foto/ Cortesía Ringling College

“En 2009, mi vida cambió para siempre ya que fui víctima de la violencia de las pandillas en mi país, El Salvador. En el incidente, me dispararon cinco veces y lo más devastador fue descubrir que fui el único que sobrevivió. Tres de mismejores amigos murieron ese día. El arte me dio la esperanza y la motivación para seguir adelante en la vida”, expresó ante un público ajeno al dolor y el terror causado por la repudiable criminalidad.

El joven originario del municipio de Huizucar estudia en Ringling con el apoyo de una beca que obtuvo en 2018, después de finalizar sus estudios de bachillerato en Noruega.

“Esta oportunidad no solo cambió mi vida, sino también la vida de mi familia porque soy el primero en mi familia en asistir a la universidad”, expresó el salvadoreño ante los asistentes.

Larry Thompson, director de Ringling College durante la ceremonia de entrega de los Trustee Scholar Awards. Foto/ Cortesía Ringling College

Por su parte Joe Fig, director del departamento de Bellas Artes de la universidad, expresó “Él es un artista increíblemente virtuoso y talentoso. Hemos sido afortunados de tenerlo aquí, estos cuatro años en nuestro programa de becas”.

La oportunidad brindada por Ringling también ha beneficiado a su comunidad de origen.

“Mi experiencia en Ringling también ha tenido un impacto positivo en mi país, hace tres años abrí una escuela de arte para niños con la misión de romper el ciclo de violencia de pandillas y proporcionar herramientas para crear arte” relató.

Melvin, sin apoyo de ninguna institución pública, ha fundado en su casa de Huizucar el taller “Pinceladas de Esperanza” en el que enseña arte a niños y niñas de escasos recursos, el cual funciona con fondos propios y donaciones.

En el evento, el artista salvadoreño agradeció a sus maestros y personal de la universidad por contribuir a su crecimiento profesional y personal.

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“Gracias a las dificultades y los tiempos difíciles que tuve que enfrentar en la vida, han construido un fuerte espíritu y me hacen emerger y disfrutar de la vida a través de mi pasión por el arte”, finalizó el artista emergente.

Melvin junto a su compañeros de clases. Foto/ Cortesía Ringling College

La tragedia

Melvin se interesó por la pintura desde su niñez, pero la tragedia ocurrida el viernes 16 de noviembre de 2009, que lo dejó parapléjico cuando apenas tenía 15 años, lo empujó a seguir el camino de las artes por el resto de su vida.

Aquella tarde se celebraba la graduación de noveno grado. Él era uno de los graduandos.

Por esas rarezas del destino, Melvin decidió no asistir a su graduación, sino ir al río a divertirse un rato con sus mejores amigos. En su localidad, aquel río era el mejor lugar de esparcimiento.

Antes de salir hacia el afluente, Melvin le pidió a su hermana que retirara el certificado por él y que le dijera a su mejor amigo, que llegará al río.

Cuando Melvin y sus amigos tenían solo media hora de estar divirtiéndose sanamente, un reguero de balas bañó a todos los jóvenes. Segundos trágicos, que a Melvin le parecieron siglos.

Tras la balacera Melvin intentó ayudar a sus amigos, pero no podía mover sus piernas y un dolor punzante, agudo lo torturaba en la espalda. Los vio morir.

Como pudo el joven herido se arrastró varios metros en un terreno escabroso, lleno de piedras, a punto de perder la conciencia.

“Todo el tiempo mantuve a Dios en mi mente, pero también le dije que hiciera su voluntad. Luego le pedí que pusiera a un ángel para que me ayudara”, relató.

Cuando se sentía desfallecer aquel ángel apareció. Eso cree el sobreviviente. Era su compañero, el mismo a quien la hermana de Melvin le había indicado que llegara al río.

Su amigo fue en busca de otros compañeros para poder sacar por un angosto camino desde la quebrada a Melvin, hasta el lugar donde llegaría la ambulancia para llevarlo al hospital.

Después de unos días en el hospital, al darse cuenta que no podría caminar el resto de su vida, Melvin perdió las ganas de vivir.

Con el apoyo incondicional de su madre, Gloria Alicia Gómez, y meses de ayuda psicológica, el joven comenzó a salir adelante a través de su pasión por la pintura.

En una modesta vivienda de piso de tierra Melvin dedicó horas pintando ángeles y con el sueño de algún día poder volar.

José Luis Mejía, el pintor que descubrió la habilidad de Melvin para dibujar y para pintar, nunca lo abandonó, incluso muchas veces le prestaba sus materiales.

Su primera beca

Ante un sistema de educación pública ineficiente y espacios públicos inaccesibles para personas con discapacidad, personas altruistas ayudaron a Melvin para que pudiera estudiar diseño e Inglés, durante los fines de semana.

El aprendizaje del idioma inglés no fue en vano. En 2014, el Colegio del Mundo de la Cruz Roja Nórdica (UWC RCN, por sus siglas en inglés), le dio la oportunidad al artista, para realizar el viaje de sus sueños, al otorgarle una beca para realizar sus estudios de bachillerato en Noruega.

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Su talento en el país escandinavo no pasó desapercibido. En el 20 aniversario del colegio Melvin fue elegido para pintar un mural, el cual fue develado por la reina de ese país, Sonja Haraldsen, ante la mirada de unos 200 alumnos provenientes de 90 países alrededor del mundo.

Melvin fue admirado por su majestad, el artista le explicó el significado de su obra inspirado en la paz. “Tengo la esperanza que un día El Salvador alcanzará la paz. Tienes un gran talento, sigue haciendo arte”, respondió la reina al compatriota tras contemplar su obra.

Pinceladas de esperanza
El sueño por cambiar la violencia por la paz en su país, con fondos propios Melvin continúa financiando clases en un taller instalado en la casa de su madre, donde llegan unos 25 alumnos.

Las clases son impartidas por el maestro José Luis Mejía, el mismo que enseñó a dibujar a Melvin.

Algunos niños recorren hasta cinco kilómetros entre veredas, ríos, fincas y calles polvorientas por su sueño de ser artistas.

Foto/ Facebook Pinceladas de Esperanza