¡Amor eterno! Parejas salvadoreñas recrean fotografías antiguas de hace 40 años

Al recordar el inicio de su relación y cómo se conocieron, a muchos les dio nostalgia, a otros hasta gracia. Se sienten motivados y alegres de ver el camino recorrido juntos y cómo una guerra, terremotos y enfermedades no los han separado.

descripción de la imagen
Irma Beltrán de Cabrera y Oscar Cabrera. Las personas, incluyendo a algunos familiares de ambos, decían que no durarían muchos años juntos porque ella era menor de edad, era consentida y que Óscar no podría darle todo lo que ella quisiera. "La gente pudo hablar, pero venció más el amor", comentaron ambos. Foto EDH/ Francisco Rubio

Por Francisco Rubio

2022-02-13 10:34:13

En una tarde de 1973, llegaron al cine Óscar, de 19 años, e Irma, de 16. Tenían la intención de ver una película, pero a él se le olvidó su billetera... así que con mucha pena le dijo a Irma que no podrían ver la película y que lo sentía mucho. Acto seguido, Irma saco dinero que le había dado su mamá y entraron al cine. Luego de 47 años, todavía le causa gracia este día a Irma, ya que su esposo aún se siente apenado por ese incidente.

Cuentan que las familias de ambos no estaban de acuerdo con que tuvieran en mente el casarse. “Son demasiado jóvenes”, les decían; pero ellos no pensaban eso, así que pidieron la bendición de todos y se arriesgaron a contraer matrimonio. Lo más difícil fue conseguir la firma del padre de Irma, porque al ser menor de edad, debía pedir autorización.

Todos, incluyendo familia y vecinos, decían que no durarían, al ser una pareja tan joven. Y sí, tuvieron dificultades, más que todo económicas. “Cuando uno está joven la situación económica es mala”, comenta Irma, pero poco a poco fueron logrando construir su camino, hasta llegar a la casa adonde actualmente viven.

Pablo Hernández Sánchez, de 71 años, y su esposa Catalina Gladis de Hernández, de 67 años. Llevan 46 años de estar juntos. Pablo y Catalina llegaron al matrimonio con ideas muy distintas. Poco a poco lograron superar sus diferencias. Han logrado mantenerse juntos gracias a la tolerancia, la comunicación y el servicio en la Iglesia. Foto EDH/ Francisco Rubio

“Yo era celosa, posesiva y enojada”, dice entre risas Irma, pero luego cambia su expresión a una más seria. “Si no cambiaba esas actitudes no estaríamos donde estamos”. Para Irma, lo que logró hacerla comprender sus responsabilidades fue al tener a su primera hija. “Mientras ella crecía, yo también”, razona, y acepta que le ayudó a madurar psicológicamente.

FOTOS | “Cómo empezó, cómo continúa”: Parejas con más de 40 años de matrimonio muestran su antes y después

El padre de Óscar enfermó y la única manera de intentar curarlo fue llevarlo a Estados Unidos, así que tomó la dura decisión de partir y dejar a su esposa y una hija en El Salvador. Él atravesó el país y llegó “de mojado” a Norte América, pero al mes de haber llegado su padre empeoro y falleció. Óscar tuvo que pensar qué hacer, así que decidió quedarse un tiempo y recaudar dinero para poder pagar todas las deudas que tenían. Un año y medio después, logró regresar con su familia.

José Osmín Arévalo Rivera, de 70 años, y Rosa Noemy Chávez, de Arévalo, de 63. Tienen 45 años juntos. La guerra, la política, su trabajo y sus hijas los han unido tanto tiempo. Ambos lucharon en la guerra civil, eso creó un lazo inseparable y una confianza mayor el uno con el otro. "Lo hemos vivido todo juntos, solo nos hace falta la muerte". comentan riéndose ambos.
Foto EDH/ Francisco Rubio

El matrimonio dio un giro a sus vidas. El tomar decisiones y los problemas económicos fueron un generador de cambios en su mentalidad. Lo mismo opinan Pablo Hernández y Catalina de Hernández, sobre las consecuencias que trae la vida con el matrimonio.

Los esposos Hernández se conocieron en el trabajo. Él le llevaba dulces o algún tipo de golosina cuando ella tenía un turno nocturno; eso hizo que ella lo notara y se interesara por él. Han pasado 46 años desde ese momento y aún se siguen amando.

Ella tenía 24 años y él 26 años cuando se casaron, en 1976. En su trabajo les dieron una semana de luna de miel, todo fue maravilloso. Pero, al regresar a su casa, llegaron a la realidad. “A los 8 días de casada yo ya me estaba arrepintiendo porque vi la responsabilidad de cuidar un hogar y estar al pendiente de otra persona”, narra Catalina Gladis Méndez, de Hernández, de 67 años.

Cándido Germán Roque, de 69 años, y Teresa Eduviges Castillo de Roque, de 69. Tienen 52 años juntos. A lo largo de sus 5 décadas juntos han vivido momentos muy felices como pareja pero los que más los han marcado han sido el nacimiento de sus cuatro hijos y el verlos como profesionales, una abogada, una notario, un medico y un pastor. Foto EDH/ Francisco Rubio

Ella comenta que fue criada de una forma muy sumisa, pero ella siempre había sido “rebelde” y lo menos que pensó que haría al llegar al matrimonio es planchar, cocinar y estar en casa cuidándola. Ella quería trabajar y así lo hizo. Su esposo Pablo Hernández Sánchez, de 71 años, llegó al matrimonio con una mentalidad muy distinta, pues “creía que seguiría su vida de soltero. Pero no”, sostiene su esposa Catalina. Ella exigió sus derechos como persona y él logró entenderlo y se acopló a su nuevo modo de ver la vida. Para ellos, el matrimonio es un cambio total de vida, ya que comienzan a convivir con otra persona y conocer hábitos que no sabían del otro.

Ambas parejas coinciden en que el amor los ha mantenido unidos a pesar de las dificultades que han tenido que sobrellevar. En el caso de otra pareja, la de Rosa Chávez de Arévalo y José Osmín Arévalo, lo que les une es la política.

José y Rosa se enamoraron desde el momento en que se conocieron, solo fueron novios por 9 meses y luego en mayo de 1977 se casaron. Mientras él estaba estudiando medicina sintió la necesidad de unirse al conflicto armado, así que se fueron juntos hacia Suchitoto.

Muriel Adilio Sánchez Toledo y Juana del Carmen Gálvez de Sánchez este año están por cumplir 41 años juntos. Durante 5 años se comunicaron por medio de dos cartas cada mes y se hacían llamadas en fechas importantes. En esos cinco años los amigos de Juana le decían que lo olvidara y que Muriel no regresaría, pero un día Juana recibió una llamada, era Muriel diciéndole que estaba en el país para casarse con ella. Foto EDH/ Francisco Rubio

Luego de un mes de combate, José fue capturado por el ejército. Aunque fue liberado, ese mismo día tuvo que huir con su esposa hacia Nicaragua. Regresaron a El Salvador en 1980. Él estaba decidido a continuar con su estudio, pero los “compas” pidieron su colaboración en la llamada “Ofensiva Final” y no pudo negarse. De nuevo se aventuraron ambos, hacia los cerros.

En 1982, soldados de artillería capturaron de nuevo a José. Rosa sabía dónde lo tenían, pero no lo pudo ver durante 4 meses. Para liberarlo, el ejército le obligó a José a firmar un documento donde renunciaba a realizar actos “de terrorismo”.

Pero ellos siguieron su vida política. Ambos participaron en la creación del FMLN, del cual fueron expulsados poco tiempo después por no estar de acuerdo con algunos dirigentes. Eso los fortaleció más como pareja. “A nosotros nos une la política, no el amor ni un equipo de fútbol. Es más, ella es Real Madrid y yo Barcelona”, dice José Osmín.

En 1984 pusieron una pequeña clínica con la cual criaron a sus hijas. Rosa era la secretaria, enfermera y cajera además de hacer las compras del hogar y cuidar de las niñas. José se dedicaba de lleno a la medicina. La guerra, el trabajo y las niñas los unió. El apoyo mutuo ha logrado llevarlos hasta adonde están hoy día.
En el caso de Juana de Sánchez y Muriel Adilio Toledo, tenían solamente nueve meses de noviazgo cuando Muriel se fue del país, durante cinco años, en busca de una residencia en Estados Unidos.

Cada vez que preguntaban a Juana si Muriel regresaría algún día, ella decía que “ahí tengo a mi noviecito, por ahí anda”, pero las amigas le decían que mejor lo olvidara. En todo ese tiempo se comunicaban con cartas, dos al mes, y para fechas relevantes se hacían llamadas por teléfono que duraban dos minutos, por el alto costo de las llamadas internacionales. Al quinto año, Juana recibió otra llamada de Muriel, en la que le dijo, “ya estoy en el país y vengo para casarme contigo”. Ella aceptó de inmediato.

Hoy que están pensionados se sienten mucho mejor como esposos porque comparten más tiempo. "Hoy hasta aburro en la casa", dice Cándido mientras se ríe. El consejo que le dan a las parejas más jóvenes que tienen en mente el matrimonio es que deben de pensarlo bien antes de dar el gran paso, porque es un cambio total de vida.Foto EDH/ Francisco Rubio

Al preguntarle a Juana sobre las cartas, se carcajea porque, en un arrebato de enojo con Muriel, las quemó todas. “Es que vi que eso hacía una mujer en una novela, así que eso hice yo”, se ríe. Pero en recompensa, Muriel ha escrito más de 100 poemas dedicados a sus hijos, a su familia, pero especialmente a su esposa.

Al ir envejeciendo juntos no notan los cambios físicos en el otro. Eso es algo en lo que todas las parejas estuvieron de acuerdo. “Yo a él lo sigo viendo guapo”, expresa Rosa. Y claro, han tenido sus momentos de disputas o discusiones, pero han procurado que esos momentos no los separen.

¿Cuál es el secreto para estar tanto tiempo juntos?

Cada pareja tiene un porqué distinto: comunicación, perdón, tolerancia. Una pareja mencionó que el perdón no debe significar olvido, porque si se olvida el error se vuelve a cometer. Así que lo que se debe de hacer es buscar ser mejor en cada ocasión.

“Un paso importante que deben de seguir los jóvenes antes de casarse es saber con quién lo hacen”, comenta Catalina. Ella aconseja a las parejas jóvenes que deben aprovechar el noviazgo, para conocer quién es la otra persona. Más de cuatro décadas de sabiduría matrimonial: oro puro.

REGRESAR A PORTADA