Pareja salvadoreña-india busca transformar la vida de familias pobres en El Salvador

Vivian Pereira llegó indocumentada a EE.UU. en 1995. Con su esposo visita El Salvador todos los años para llevar ayuda a niños y ancianos. En 2018, mil familias fueron beneficiadas con sus donaciones.

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Foto Por Cortesía

Por Xiomara Alfaro

2018-12-25 9:59:08

El Centro Cívico Salvadoreño Inc. (CCS) es una organización sin fines de lucro con sede en Long Island, Nueva York y está liderada por Vivian Pereria, una salvadoreña radicada en Estados Unidos desde hace 23 años.

Año con año esta organización dona artículos de primera necesidad a niños y ancianos que viven en la pobreza en diferentes puntos de El Salvador. Este año más de mil familias de Chalatenango, La Unión y San Salvador fueron beneficiadas con láminas, canastas básicas, sillas de ruedas y medicinas.

El Comité de Fútbol de Olimpiadas Especiales también recibió equipo deportivo y uniformes para sus entrenamientos, mientras que 200 niños de la escuela David Sotero en Morazán recibieron libros y útiles escolares.

Vivian emigró indocumentada en 1995 dejando con su familia a sus tres pequeños hijos, en La Unión, al oriente del país, zona a la que desde 2005 regresa todos los años con un cargamento capaz de cambiar la vida a muchos de sus compatriotas.

El Comité fue creado en 1997 por María Avelar, también salvadoreña, originaria de La Unión. En 2005 fue registrado, explica Kawaljit Chandi, el esposo de Vivian quien ha adoptado a El Salvador como su segunda patria. Chandi es de la India, nació en Amritsar, distrito de Punjab.

Juntos lideran el Comité Cívico Salvadoreño Inc. desde hace 13 años, Vivian es la presidenta y su esposo el director ejecutivo. A lo largo del año realizan actividades en Long Island para recaudar fondos los que son usados para comprar los donativos que a mediado de año traen a El Salvador.

Una de estas actividades es una barbacoa que la pareja ofrece en su casa en la que se reúnen familiares, amigos, miembros del Comité y la comunidad en general. Al final del año, celebran una gala en la participan también líderes de organismos estatales y representantes de otras organizaciones.

“Cada año la ayuda va aumentando, hay más personas que se unen y más organizaciones que nos dan su apoyo”, agrega Chandi. Para 2019 tienen proyectado sobrepasar el número de familias beneficiadas durante 2018.

Una historia de amor impulsada por la generosidad

Doña Vivian y Chandi se conocieron en 1998 cuando ella trabajaba como mesera en un restaurante que él frecuentaba con un grupo de trabajadores.

“La llegada a EE. UU. fue muy difícil, cuando conocí a mi esposo todo empezó a cambiar”, relata Vivian.

Después de trabajar limpiando casas y cuidando a personas de la tercera edad, esta salvadoreña puso un “Day Care”, negocio al que se dedica hoy en día, relata que su esposo trabaja con el gobierno, construyendo albergues para personas sin recursos.

Chandi cuenta que la primera vez que visitó El Salvador llegó a uno de los pueblos más pobres del país. Uno de sus trabajadores murió en Nueva York en un accidente, su familia pidió repatriar el cuerpo y él se hizo cargo de llevarlo hasta su casa, entonces pensó en que tenía que buscar la forma de ayudar a estas personas.

“La primera vez que llevamos ayuda a El Salvador fuimos invitados por la fundadora del Comité y llevamos una silla de ruedas, este año (2018) llevamos 30 sillas de ruedas y cada año esperamos aumentar la ayuda”, relata Vivian.

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“Para 2019 esperamos llevar más ayuda, donde nos necesiten ahí vamos a estar. La gente nos escribe, nos llaman y nos dicen qué es lo que necesitan y ahí llegamos”, agrega.

Parte de los fondos recaudados son invertidos en El Salvador donde se adquiere algunos de los donativos que llevan a diferentes puntos del país. Chandi resalta además que los miembros del Comité viajan a El Salvador cada año y se encargan de entregar personalmente la ayuda a las más necesitados. “Cada uno viaja con fondos propios. Cada uno cubre sus gastos de vuelo, alimentación y hotel”, concluye.