Las negociaciones por privilegios carcelarios a cambio de bajar homicidios y apoyo electoral al oficialismo, entre el gobierno de Nayib Bukele y las pandillas, continúan con la MS-13 y también podrían darse con las facciones de la mara 18, manifestó este lunes el director de investigaciones del periódico digital El Faro, Óscar Martínez.
Entrevistado por el programa República de Canal 33, el periodista afirmó que entre los documentos que tienen en su poder figura uno que da cuenta de una visita de representantes del gobierno a dos cabecillas de las facciones Sureños y Revolucionarios de esas pandillas, Carlos Barahona, “Chino Tres Colas”, y Carlos Mujica, “Viejo Lin”, pero no se conoce la fecha.
VER: Bukele negoció baja de homicidios y apoyo electoral con la mara Salvatrucha: El Faro
“Una visita más rompe el esquema de lo relatado por el resto de documentos. Tampoco tiene fecha, pero una página del libro de novedades consigna que a las 4:25 de la tarde se presentó en Zacatecoluca el director del centro junto a (Osiris) Luna y “cuatro acompañantes sin identificar, los cuales vienen a entrevistar a pdl”: Carlos Alberto Rivas Barahona (Chino Tres Colas de la pandilla 18 Sureños), Douglas Geovany Velásquez Navas (Payaso de la 18 Sureños) y Carlos Ernesto Mojica Lechuga (Viejo Lin de la 18 Sureños). Los documentos consignan que la conversación ocurrió en la “sala #6” y duró una hora, pero no se revela nada sobre el contenido”, dice la publicación de El Faro.
Martínez abundó así sobre las documentadas revelaciones de negociaciones entre funcionarios del gobierno de Bukele con cabecillas presos de las pandillas, para darles privilegios a cambio de que disminuyan los homicidios y le procuren apoyo electoral gubernamental partido Nuevas Ideas, lo cual destapó la semana anterior.
“Yo no creo que hayamos revelado todo. Falta mucho por decir y por consolidar sobre los acuerdos que están pensando, de lo que el gobierno ha pedido de cara a las elecciones de 2021”, dijo el periodista, al tiempo que sugirió que la Fiscalía General de la República debe intervenir inmediatamente para evitar que las evidencias de las negociaciones, que están en poder el gobierno, “desaparezcan”.
“Esos documentos siguen estando en poder de un gobierno que quiere ocultar y diciendo que es mentira y hay un riesgo de que esas pruebas desaparezcan”, subrayó.
Pero Martínez advirtió que esta “tregua” tiene muchas similitudes con la que hizo el gobierno de Mauricio Funes con las pandillas MS y 18 en 2012, cuando redujeron la ola de homicidios, aunque criminólogos han denunciado que los asesinatos siguieron al alza, pero los pandilleros enterraban los cadáveres en fosas clandestinas para no engrosar las estadísticas de homicidios oficializados. Sin embargo, la “tregua” terminó de romperse en 2015 y hubo una escalada de hasta 30 asesinatos en un día.
“Está puesto sobre la mesa el escenario para que 2015 se repita”, advirtió Martínez, asegurando que las negociaciones tienen “altibajos” y los muertos son la moneda de cambio de los pandilleros para mostrar poder.
“Están jugando con fuego… ya vimos lo que sucede cuando las pandillas se sienten traicionadas”, subrayó.
El periodista llamó al gobierno “a transparentar” las negociaciones.
Martínez afirmó que estas revelaciones ya han hecho eco en el Congreso y el Senado de Estados Unidos, donde “lo ven con preocupación”.
Luego de la publicación de El Faro, el fiscal general, Raúl Melara, declaró que ha abierto una investigación formal sobre las presuntas negociaciones del gobierno de Nayib Bukele con la pandilla mara Salvatrucha (MS), consistentes en privilegios penales para los pandilleros presos a cambio de reducir los homicidios y darle apoyo electoral al partido oficial Nuevas Ideas.
Los documentos presentados por El Faro confirman que las negociaciones están en curso y que algunos de los acuerdos se están “perfeccionando” y hay otros que se concretizarán a futuro, de acuerdo a la publicación. Destacan el decomiso de manuscritos, conocidos como wilas entre las pandillas, en las que los cabecillas ordenan a los pandilleros en las calles que se mantengan “calmados” porque hay diálogo con el gobierno.
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