El instinto de sobrevivencia hizo que Jorge Raymundo manejara dos kilómetros un autobús de la Ruta 524 tras haber sido herido de bala en la cabeza por pandilleros. Su hijo Miguel Ángel Raymundo, quien iba con él, también fue lesionado pero murió de inmediato. El primero era motorista de la unidad y el otro cobrador.
El ataque contra el señor, de 53 años, quien está en condición delicada en un hospital, y su pariente, de 35, fue cometido a las 5:30 de la tarde del sábado en el cantón La Esperanza, de San Pedro Perulapán, en Cuscatlán.
En el mismo municipio, pero en el cantón Tecoluco Abajo, las autoridades habían registrado cuatro horas antes los asesinatos de una mujer, de 42 años, y su hija, de 20.
Sobre el homicidio de Miguel Ángel la hipótesis más fuerte de las autoridades es que lo mataron pandilleros de la 18 que lo extorsionaban a cambio de permitirles dar el servicio de transporte a los habitantes de los cantones de San Pedro Perulapán.
El motorista tenía 25 años de ser empleado de la Ruta 524, que hace su recorrido entre esa localidad y la terminal de oriente. Hace 12 años, su hijo empezó a laborar con él.
La víctima mortal deja en la orfandad a dos niños que no han dejado de preguntar por él desde que que la noche del sábado se percataron de que no regresaba de trabajar.
“Les hemos tenido que decir que anda en el hospital y que vendrá después”, relató este domingo un pariente de las víctimas, mientras veía a los empleados de una funeraria hacer los arreglos para el velorio.
Padre e hijo ya habían sido amenazados por pandilleros que cada semana les exigían dinero. El sábado, a pesar de que Miguel Ángel (el encargado del dinero) les pagó, los delincuentes lo asesinaron.
A raíz del ataque contra los Raymundo los propietarios de la Ruta y los trabajadores suspendieron este domingo las actividades. El lunes tampoco trabajarán.