Con su relato resultó ganador del primer lugar en el concurso latinoamericano realizado por la Regional del Consejo Internacional para la Educación de Personas con Discapacidad Visual (ICEVI).
Actualmente, Omar estudia primer ciclo de la Licenciatura en Psicología en la Universidad Modular Abierta de Santa Ana. Su madre se inscribió junto a él para ayudarlo en sus clases y todo lo que necesite durante la carrera.
En el año 2000, cuando el joven tenia dos meses de edad fue diagnosticado con hidrocefalia severa y tuvo que ser operado de emergencia.
“Era una bomba de tiempo y había que operarlo inmediatamente porque entre más tiempo pasara más daño le podía provocar. En ese momento él no tenia ningún daño, tuvimos que tomar una decisión rápida y ese mismo día en la tarde lo estaban operando”, comentó Karen Caballero, madre de Omar.
DATOS Y CIFRAS
77,358
Población con discapacidad visual en El Salvador, según El Consejo Nacional de Atención Integral a la Persona con Discapacidad Visual.
En la intervención quirúrgica le colocaron una válvula en el cerebro, debido a una obstrucción en el acueducto de Silvio, también conocido como mesencéfalo o acueducto cerebral, que es por donde transita el líquido cefalorraquídeo, es decir una región comunicante del cerebro.
Esa cirugía fue de alto riesgo y duró aproximadamente 5 horas.
Durante los siguientes años de su vida, Omar se desarrolló como un niño de su edad, la cirugía fue todo un éxito y no ocasionó ningún daño en su crecimiento.
“Gracias a Dios pude llevar una vida normal, aunque no pude alcanzar mi sueño de entrar a un equipo de fútbol, porque mi mamá tenía miedo de que me lastimaran o se dañará la válvula con un pelotazo o un golpe. A pesar de todo, fui un niño feliz”, expresó Omar, quien es aficionado al fútbol, y gran hincha del Club Deportivo FAS. Desde su infancia le ha gustado ir al estadio para apoyar a su equipo, y su sueño siempre fue ser jugador de fútbol, por eso en el colegio siempre participó en las actividades deportivas.
Omar empezó sus estudios en un reconocido colegio de Santa Ana, en donde destacó por sus buenas calificaciones y la facilidad con la que hacía amistad con sus compañeros.
Todo transcurrió con normalidad por varios años hasta que a inicio del 2014, cuando recién había iniciado octavo grado, Omar empezó a sentir dolores de cabeza y mareos. Para eliminar la posibilidad de problemas visuales la madre lo llevó al oftalmólogo, los resultados fueron negativos.
Sin una explicación médica del deterioro en la salud del joven, Omar y su familia asumieron que las dolencias estaban asociadas a una broma de mal gusto, lo cual le causó estrés y el desequilibrio en la salud.