“Cualquier dictador va a preferir trabajar con alguien que no le exige ser mejor”: congresista estadounidense Norma Torres

En una entrevista con El Diario de Hoy, la congresista estadounidense defendió las listas de actores corruptos y antidemocráticos. Además, sostuvo que El Salvador transita hacia una dictadura que poco tiene de diferente con las de Nicaragua o Venezuela.

Esta semana, El Diario de Hoy sostuvo una conversación exclusiva con la congresista demócrata, quien afirmó que en El Salvador no hay un plan de desarrollo, sino una serie de acciones que solo sirven al presidente y su círculo cercano. Video: EDH

Por Ricardo Avelar

2022-01-17 10:11:34

Norma Torres ha sido una de las más consistentes voces de condena a los abusos del gobierno de Nayib Bukele. Sus condenas han llegado a raíz de indicios de corrupción, golpes a la democracia, intentos de silenciar a la prensa y la politización de los cuerpos de seguridad, entre otras situaciones.

Esta semana, El Diario de Hoy sostuvo una conversación exclusiva con la congresista demócrata, quien afirmó que en El Salvador no hay un plan de desarrollo, sino una serie de acciones que solo sirven al presidente y su círculo cercano.

Asimismo, manifestó que entre el gobierno de El Salvador y los de Nicaragua o Venezuela hay pocas diferencias e incluso llamó “dictador” a Nayib Bukele.

Finalmente, advirtió que es notorio cómo el presidente salvadoreño prefiere lidiar con regímenes autoritarios, como el de la República Popular China, que rodearse de demócratas que le exijan rectificar su camino y responder a sus ciudadanos.

Aquí la conversación completa:

¿Qué la ha llevado a pronunciarse en contra de los abusos de poder de Nayib Bukele?

La razón por la que he estado muy involucrada en los asuntos no solo de El Salvador, sino en todo el Triángulo Norte de Centroamérica, es porque esta región es donde tenemos una gran cantidad de personas, niños, jóvenes, familias que llegan aquí a los Estados Unidos a pedir ayuda. Yo creo que es muy importante que nos enfoquemos en tratar de ayudar a esas familias ahí en estos tres países.

Hay números récord de salvadoreños llegando a la frontera sur de Estados Unidos. ¿Por qué cree que están llegando?

Las razones por las que siguen llegando miles de salvadoreños a la frontera sur de los Estados Unidos, según lo que ellos me han dicho, es que están huyendo de la violencia, de sus vecindarios donde realmente los pandilleros son muy violentos y no tienen acceso a seguridad, el gobierno no les responde. Además hay muchas personas desaparecidas y no tienen oportunidades para sobrevivir, ir a la universidad, obtener educación, un entrenamiento y un buen trabajo.Eso es lo mínimo que puede hacer un gobierno para su gente y este gobierno no está haciendo.

¿Qué parece estar haciendo?

Todavía no estoy segura. Cuando miro que siguen llegando miles de gentes, desafortunadamente ese mensaje que están mandando es que no les importa el sufrimiento de su propio pueblo.

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Más allá de pronunciamientos sobre el Triángulo Norte en general, ha sido muy clara en denunciar abusos del gobierno de Nayib Bukele. ¿Qué abusos identifica?

Yo creo que estos abusos son muy obvios, como tomarse el Congreso con los militares. Creo que todos los salvadoreños y todo el mundo vio eso y no es algo que debe hacerse en una democracia. Luego, despidió a todos los jueces (de la Sala de lo Constitucional) y uno se pregunta dónde está la Corte independiente o la justicia que quieren ver estas familias cuando sus parientes están desaparecidos o han sido víctimas de un crimen. El presidente se enfoca solo en él mismo, su persona es muy importante para él pero no es lo que necesita el pueblo salvadoreño.

Usted ha presionado por condicionar o limitar la cooperación militar de Estados Unidos a El Salvador. ¿Por qué?

Es importante limitar cómo se está gastando el dinero de los votantes estadounidenses, pues ese dinero le pertenece a quienes pagan aquí sus impuestos. Debemos tener controles de cómo se usa ese dinero. Por el momento, el presidente sigue diciendo que a nosotros no nos importa cómo gasta su dinero, pero el dinero americano que llega a El Salvador para ayudar a promover las necesidades del pueblo para darles oportunidades nos importa muchísimo.
Si el dinero lo va a usar para enriquecerse ellos mismos, es un asunto que nos importa a nosotros. Y en cuanto a los militares, si no están comprometidos con la democracia, Estados Unidos no tiene responsabilidad de entrenarlos o darles equipo. Por tres años, he podido parar esa ayuda a los militares de Guatemala y Honduras y este año lo paramos para El Salvador.

Usted menciona que este dinero no puede servir para enriquecer a los funcionarios. ¿Tiene indicios de corrupción en el gobierno de El Salvador?

Si no hay corrupción, entonces dónde está el dinero y cómo lo están usando. Hay muchos reportes de todo lo que no se ha hecho y se ha dado dinero para hacerse.

Además de limitar la cooperación, hemos visto sanciones a personajes corruptos o antidemocráticos bajo la Lista Engel o la Ley Magnitsky Global. ¿Cree que es una buena estrategia para reducir corrupción y golpes a la democracia?

Estas listas importan más en Estados Unidos que en los países donde suceden los abusos, porque el pueblo en estos tres países sabe lo que está pasando, sabe la capacidad de sus propios gobiernos. Pero es importante que los miembros del Senado y del Congreso sepan las acciones que estos actores corruptos están haciendo. Tenemos que saber con quién estamos tratando de trabajar.

Ha habido sanciones, pero no parece estarse deteniendo los abusos. ¿Qué más puede hacer Estados Unidos?

Por el momento se están cancelando las visas. Para estos actores es muy importante viajar a los Estados Unidos y creo que hacerles imposible ese viaje es un paso muy importante. Así como es casi imposible para un salvadoreño que está huyendo del terror en estos vecindarios llegar a Estados Unidos, así debe ser para estos corruptos.

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Cuando estas sanciones llegan, el gobierno de Nayib Bukele dice que interfieren y violan la soberanía. ¿Qué opina al respecto?

Si tienen la mano abierta pidiendo dinero para financiar sus negocios, es importante que nosotros les pidamos los recibos de cómo gastan ese dinero.

¿Se puede violar la Constitución y luego exigir que otros países no intervengan?

Creo que es algo muy ridículo, pero es lo que él está haciendo y es algo que el pueblo está mirando.

¿A qué atribuye el debilitamiento de la relación entre El Salvador y Estados Unidos?

Primero, a que el presidente no quiere cooperar con ningún plan de prosperidad de El Salvador. Esos planes no deben ser nuestros, sino de la administración del presidente y su gabinete. Es necesario mirar cuál es el plan de seguridad de El Salvador, pues para mí hasta el momento no es muy claro. Y si es claro para los salvadoreños, por qué siguen huyendo y muchos de ellos perdiendo sus vidas en el camino. Esos riesgos no son fáciles para esta gente, ellos necesitan ayuda, una oportunidad de poder vivir en paz en su propio país.

La exembajadora de Estados Unidos dijo, antes de salir del país, que fue enviada como un puente para mejorar las relaciones y que Bukele decidió no tomarlo. ¿Cree que al presidente Bukele no le interesa la relación con Estados Unidos?

No sé, pero con sus acciones demuestra que no le interesa la relación con Estados Unidos.

El presidente Bukele tiene muchos seguidores en Estados Unidos y muchos en su estado, en California. ¿Cree que ellos avalan el pleito con Estados Unidos?

No sé si estamos hablando de seguidores reales o seguidores creados o pagados por el presidente...

¿Cuál es su impresión de los salvadoreños en California sobre esta tensión?

Los salvadoreños con los que yo hablo, los que se ponen en contacto conmigo y a quienes les podemos ayudar, opinan que El Salvador todavía está en un lugar donde no ofrece ningún futuro.

¿Creen que el gobierno de Bukele construye este futuro?

Si lo está construyendo, yo no he visto ninguna señal positiva.

El Salvador tiene su principal socio comercial y cooperante en Estados Unidos, hogar de más de dos millones de salvadoreños. ¿Cómo explica estas tensiones?

Esa pregunta creo que es mejor para él.

El gobierno del presidente Bukele, además de los golpes a la democracia, ataca a sus críticos. ¿Qué señal manda esto?

Los ataques a sus críticos son acciones propias de un dictador, de una persona que no puede recibir información porque todo cree que es una ofensa o que le dicen cómo hacer su trabajo. Nadie le está diciendo cómo hacer su trabajo pero el trabajo que está haciendo no sé qué tanto significa si el resultado es miles de personas aquí en Estados Unidos pidiendo ayuda. Deben cambiar el rumbo, su agenda. Yo no estoy aquí para darle consejos a esta administración, pero sí para defender el dinero de los estadounidenses y pedir transparencia en cómo se está gastando.

Menciona la palabra dictador. Cuando se dice esa palabra, uno piensa en Nicolás Maduro o en Daniel Ortega. ¿Cree que hay conductas de Nayib Bukele que se asemejan a eso?

No veo la diferencia entre ellos.

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¡Lo mismo que está pasando en El Salvador!

Recientemente, el presidente Bukele recordó su relación amistosa con la administración Trump y ya ha dicho que actualmente Estados Unidos no es un amigo porque le sanciona. ¿Qué opina al respecto?

Es difícil escuchar eso. Yo creo que el ego de una persona que piensa así, que su palabra es correcta siempre. Esas no son acciones de un líder, de un presidente.

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Parece que el cálculo del gobierno de Bukele es que si los republicanos o Donald Trump ganan la presidencia, van a poder llevarse mejor con Estados Unidos. ¿Cree que los republicanos no ven los abusos actuales?

Claro que sí, ellos también miran los abusos. Muchos de ellos han apoyado la legislación que yo he logrado realizar, pero si estamos hablando de la administración del expresidente Trump, era más fácil para él no mirar a la región e ignorarla. Lo único que esa administración quería era que firmaran estos acuerdos de recibir miles de deportados en sus países. Lo que vamos a ver, si regresa esa administración, es más deportaciones, más violaciones a las vidas de la gente que llega pidiendo ayuda. Si vuelve el expresidente, a lo mejor le va mejor a un dictador, pero no le va a ir mejor a un pueblo.

¿Alguien como Donald Trump puede considerarse amigo de El Salvador?

Él no es amigo del pueblo de El Salvador... (Ríe.)

Mientras esta relación entre El Salvador y Estados Unidos se tensa, ¿cómo ve los acercamientos de El Salvador a China?

Mi opinión es muy clara, he visto las acciones de China en África y otros países latinoamericanos y yo creo que ellos son muy oportunistas. Es muy diferente cuando China te dice, “vamos a ayudar a construir un puente”, pues ellos no van ahí y generan empleos locales, ellos traen sus trabajadores chinos y su equipo. A lo mejor construyen el puente pero no dejan nada más que eso. Lo único que dejan es deuda a estos países, una deuda que muchos de ellos encuentran que en un futuro cercano no pueden pagar. Estados Unidos es diferente, no pide ese tipo de intercambio, lo que Estados Unidos dice es “tenemos dinero, te ayudamos, pero queremos que tú tengas tu plan y lo pongas en acción para ver que el país crezca y se supere junto a su gente, no solo los líderes”.

¿Cree que Nayib Bukele está más cómodo trabajando con un país como China, que no es una democracia?

Yo creo que cualquier dictador va a preferir trabajar con alguien que no le exige ser mejor y que ayude a su pueblo.

¿Qué mensaje le envía a los salvadoreños que aún no ven los abusos de poder o confían aún en la popularidad del presidente?

Mi mensaje no es solo para quienes creen en el presidente, sino para todos los salvadoreños. Si tienen oportunidad de superarse y sobrevivir en El Salvador, me encanta escucharlo. Pero cuando sus derechos se están violando, es importante decirlo. Si se quedan callados hoy, lo que va a resultar es otra reelección porque él ya cambió la Constitución.

El presidente gasta cientos de miles de dólares para cabildeo en Washington. ¿Es así como se hace amigos en Estados Unidos?

Todo ese dinero que está gastando en lobistas lo debería gastar en alimentos a su propio pueblo o salvar las vidas de todos los que están sufriendo en la pandemia.

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