La desesperación y la angustia se apoderan desde hace meses en Claudia Alvarado por su cáncer invasivo agresivo de mama, al cual en los últimos días se sumó el estrés por la situación de la pandemia del coronavirus en El Salvador.
Sin embargo, todo estaba saliendo lo “mejor” posible, asistía a sus consultas siguiendo las medidas preventivas y la forma en que se transportaba no era una preocupación.
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Lastimosamente, como expresa Alvarado, desde el pasado jueves 7 de mayo todo cambió, ya que su nueva “aflicción” es solventar cómo llegar al Hospital de Oncología del Instituto Salvadoreño del Seguro Social luego que el gobierno anunció la prohibición del transporte público de pasajeros y la restricción de los ciudadanos para movilizarse de un municipio a otro, medidas establecidas en el decreto ejecutivo 22.
“Yo no tengo carro, vivo solo con mi hija de 22 años y mi familia que podría llevarme vive en otros municipios”, dice Alvarado.
Al saber que no tenía transporte la preocupación creció, añadió su hija, Elizabeth Castro.
Alvarado, una señora de 53 años, está en su ciclo de quimioterapia, lo que le obliga a asistir a varias consultas y cuatro quimioterapias cada mes.
Luego de la paralización del transporte público, tras los señalamientos y dudas de cómo podrían movilizarse las personas con enfermedades crónicas y así seguir los tratamientos médicos, el gobierno anunció que se habilitaría el número telefónico 132, del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) para aclarar dudas y pedir ayuda en su traslado a los centros de contención.
La inquietud de Alvarado disminuyó tras la noticia, aunque no niega que al saber que el número era el mismo donde se reportan los casos sospechosos COVID-19 le asustó un poco.
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“Mi mamá tenía miedo que se iba subir al mismo transporte donde probablemente se había transportado personas positivas del coronavirus y obviamente al tener cáncer, las defensas están bajas, el doctor le ha dicho que si le transmiten una enfermedad podría hasta morir”, mencionó la hija.
Pero la tranquilidad de saber que no tendría problemas para asistir a sus consultas no duró mucho, ya que cuatro días antes de la fecha programada para ir su consulta médica, tras marcar en repetidas ocasiones al 132 nunca le respondieron.
“Marcamos y marcamos, a veces no caía la llamada y luego sonó varias veces y nadie respondía”.
“En total a mi mamá le pondrán 20 quimioterapias por su tipo de cáncer que es muy peligroso porque no se controla al ser invasivo se le puede ir a otra parte del cuerpo, ya le quitaron la mama derecha y desde noviembre del año pasado ha estado en control.”, explicó Castro.
Durante el mes, a Alvarado le hacen un examen de sangre para verificar que todo está bien y poderle aplicar la quimioterapia, si suspenden el proceso, el cáncer avanza y su vida corre peligro.
Como última instancia marcaron a un número que circula en redes sociales donde ciudadanos se han ofrecido a trasladar a las personas vulnerables a los centros médicos. “Se tardaron como cinco horas en contestar pero al final lo hicieron y ellos vinieron por mi y luego me trajeron”, dice Alvarado.
La consulta fue el martes pasado, al final logró solventar, fue solo para recibir una consulta médica, sin embargo, mañana tiene quimioterapia y sigue sin saber quién la llevara.
“Ya perdí las esperanzas con ese número y si los que me trajeron no me responden no sé cómo haré, más que ni Uber ni taxis me pueden llevar, y mañana el problema es que la quimioterapia dura cuatro horas, ¿quién me va esperar tanto tiempo?”, expresó Alvarado.
El caso de Alvarado no es el único. Un día después que se brindará el número telefónico se conoció que las personas que han intentado comunicarse con dicha línea señalan que la operadora responde mencionando que la línea está ocupada, en otros intentos no enlaza la llamada. Otros agregan que nadie contesta o reciben como respuesta que el sistema de emergencia está saturado y deben buscar su propio medio de transporte.