“La música cambió mi vida”: Francisco, el niño de Yucuaiquín que descubrió su talento en la pandemia

El silencio de las calles de Yucuaiquín, durante la pandemia, se alejó del hogar de Francisco gracias al sonido de los instrumentos.

Durante la pandemia Francisco Castillo descubrió su talento para la música gracias al programa “Soy Música”, que recibía a diario en la modalidad a distancia.

Por Óscar Portillo

2020-12-25 9:25:32

La pandemia mantuvo, por meses, en sigilo las calles de todo el país y el municipio de Yucuaiquín, en el departamento de La Unión, no fue la excepción. La plaza principal, que solía estar llena de niños por las tardes, lucía desolada y sin ruidos, pero en la casa de Francisco Castillo, de 10 años, nunca hubo silencio, pues el sonido de los tambores, vuvuzelas y maracas invadieron su hogar.

Durante los meses que recibió clases a distancia descubrió su talento musical gracias al programa “Soy Música.” Su pasión por los instrumentos nació y notó que su instrumento favorito era el tambor. “Cuando comenzó la pandemia me puse triste sin ir a la escuela. Aprender música ha cambiado mi vida”, justifica el joven estudiante. 

Gilma Pérez, madre del niño, describe que al inicio de la cuarentena obligatoria, Francisco estaba triste y estresado debido al encierro; sin embargo, cuando las clases a distancia comenzaron. su actitud cambió, pues de ser un niño tímido, pasó a ser más extrovertido.  

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“A él le costaba hablar y en eso le ha ayudado bastante porque ahora habla un poco más. A pesar de esa discapacidad que ha tenido desde pequeño, las clases de artística le han ayudado a desarrollarse. Ha sido una terapia.”, relata Gilma y hace énfasis en que, para Francisco, la pandemia fue una ventaja, pues consiguió descubrir su talento para la música. Ella piensa en el futuro de su hijo y añora cultivar el talento musical de Francisco comprándole un instrumento.  

Fue así como uno de los pilares importantes para Francisco, durante este año, ha sido su profesor de educación artística, Cándido Gómez, quien desarrolló un método más amigable y pedagógico para sus estudiantes de primer y segundo ciclo. Una de esas técnicas fue enseñarles a hacer percusiones corporales, a imitar sonidos de animales y la creación de instrumentos musicales con materiales caseros. 

“Ahora Francisco es un niño más versátil. Él juega, canta y baila; aún con sus dificultades, ahora se puede expresa. Ahí van los valores de Soy Música”, dice Gómez, matizando los cambios que su alumno ha tenido luego de haber formado parte del programa. 

El programa “Soy Música” se desarrolló gracias al apoyo de la Unión Europea, UNICEF y otros organismos internacionales, con el objetivo de fomentar la creatividad entre los estudiantes y pulir sus talentos escondidos, como en el caso de Francisco, quien durante la pandemia encontró el lado positivo dentro de la emergencia. Asimismo, Gómez explica que estas actividades también son integradoras y se complementan con las otras materias que los estudiantes cursan.  

Aunque el año lectivo terminó, Francisco aún asiste a los episodios de “Soy Música” en internet y tanto él como su madre quisieran que el programa continuara, aunque las clases vuelvan a ser presenciales, pues para Gilma es importante potenciar los dotes artísticos de los estudiantes y es una manera alternativa de aprendizaje.