Herbert sobrevivió al deslave en Nejapa, pero sus golpes no le permitieron levantarse para enterrar a su madre

Sobre una colchoneta, tirado en el suelo, Herbert vio cómo llevaban el ataúd de su madre al cementerio. Él sobrevivió, pero sus golpes no le permiten ponerse en pie. Su padrastro sigue desaparecido.

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Desde la colchoneta, en el suelo del albergue, Herbert acompañó el féretro de su madre día y noche. FOTO EDH / Jorge Reyes

Por Jessica Guzmán / David Marroquín

2020-11-01 5:45:51

Desde una colchoneta, tirado en el piso de la iglesia evangélica Siloe, que ahora es albergue en Nejapa, Herbert Barrios, un joven que perdió a su madre durante el deslave en Nejapa, tuvo que ver cómo llevaban su ataúd hacia el cementerio sin poder levantarse, pues sus golpes y heridas se lo impedían.

Herbert sobrevivió al alud de tierra, piedras y escombros que destruyó decenas de casas en la comunidad Los Angelitos 2, a las orillas del cantón Los Conacastes en Nejapa, la noche del pasado 29 de agosto. Su madre y su padrastro no corrieron con la misma suerte. Esperanza Torres murió soterrada y su cuerpo fue localizado durante la madrugada del 30 de octubre. Su padrastro, Miguel Maldonado, es el último desaparecido tras la tragedia. Cuerpos de socorro aún no localizan su cuerpo.

Herbert sobrevivió al alud de tierra, piedras y escombros que destruyó decenas de casas en la comunidad Los Angelitos 2. Pero su madre falleció y su padrastro sigue desaparecido. Foto EDH

En el albergue, Herbert ha permanecido, en todo momento, al lado del ataúd de su madre. Cubrieron con una sábana, la acompañó día y noche. La tarde de este domingo 01 de noviembre, vecinos de la comunidad entraron al salón para cargar el féretro y llevarlo al carro fúnebre, desde la colchoneta, con el rostro medio descubierto, el hombre de 38 años vio pasar el cortejo fúnebre sin fuerzas para ponerse en pie.

“Por la misericordia de Dios estoy vivo”

Los raspones, heridas y golpes de sus piernas y brazos son las marcas que le dejó el deslave que lo arrastró por unos 60 metros. Herberth Barrios Cortez, tiene 38 años de edad y lo que vivió la noche del jueves es el peor desafío a la muerte que ha enfrentado en su vida.

Pero el golpe más duro que recibió fue haber perdido a su madre, Esperanza Torres Barrios, de 55 años, y su hermano, Sandro Vladimir Erroa Silva, de 16. Su padrastro, Miguel Ángel Maldonado, de 58 años, aún se encuentra desaparecido.

La tarde de este domingo 01 de noviembre, vecinos de la comunidad entraron al salón para cargar el féretro de la madre de Herberth y llevarlo al carro fúnebre. Foto EDH

Herberth, quien está albergado en la iglesia evangélica Siloe en Nejapa, relató que por el ruido de los truenos, que se confundía con el bullicio de la lluvia, no pudo percatarse que venía el deslave. “Fue una lluvia bien misteriosa, como que Dios nos quería decir algo”, dijo Herberth.

Relató que de repente escuchó los gritos de su madre y él se levantó para ver que era lo que le pasaba, pero al tratar de abrir la puerta de su cuarto, sintió la fuerza del agua por la espalda. “Fue tremendo, terrible, la correntada me arrastró, quizás unos 60 metros río abajo, fueron los momentos más difíciles de mi vida. Cuando iba golpeándome con cuanta cosa me encontraba a mi paso, solo pensaba en mi madre y en Dios”, contó Herberth.

“Lo que más me afligía era en que me podía golpear con algo más grande como una roca y que me hubiera quebrado alguna pierna. Uno en esos momentos se vuelve indefenso, sin fuerzas, solo por la misericordia de Dios es que estoy vivo”, relató.

Añadió que sintió que la correntada lo contraminó contra un cerco y como pudo logró tomarse de algo que no identificó y luego se agarró a un árbol de mango. “Yo quedé en medio de las dos crecientes (del deslave), sujeto como podía y así pasé como unos 15 minutos hasta que una de las crecientes bajó su nivel y me puse a salvo”, recuerda.

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