La promesa de campaña de Bukele fue mejorar la relación con EE.UU., pero ahora reniega de sus consejos

Como Presidente electo en 2019, Bukele ofreció acercarse a los Estados Unidos, pero dos años después su discurso lo aleja cada vez más del principal socio comercial

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No siempre hubo tensión entre Bukele y EE. UU. Con Donald Trump se notaba cómodo, pues no había exigencias democráticas. En la imagen, la ocasión en que se encontraron por breves minutos en Nueva York. Foto EDH / AFP

Por Enrique Miranda

2021-10-28 10:37:37

“Una de nuestras más recurrentes promesas de campaña (la dijimos claramente en cada oportunidad que tuvimos) fue que íbamos a restablecer, mejorar e incrementar nuestras relaciones con los Estados Unidos. En estos días, estamos haciendo eso. Primera promesa cumplida”.

Ese tuit de marzo de 2019 puede hallarse fácilmente en una rápida búsqueda en internet. Por aquella época, cuando aún era presidente electo y completaba su gira por Estados Unidos, Nayib Bukele destacaba la importancia de esa nación para El Salvador.

No obstante, tan solo dos años después esas palabras parecen mucho más lejanas o pronunciada por otra persona.

Esas palabras distan mucho de las enviadas a Juan González la semana pasada, cuando el asesor para Latinoamérica de Joe Biden mostraba su preocupación por la deriva autoritaria emprendida por el mandatario salvadoreño y la cual ha recrudecido con la llegada de la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista el 1 de mayo pasado.

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Pero ese poco diplomático “mantengan su democracia lejos” se une a otros desencuentros con el gobierno de Estados Unidos en los últimos seis meses. En este periodo, congresistas, senadores, funcionarios de la Casa Blanca y la misma encargada de Negocios de la embajada americana, Jean Manes, han condenado diferentes acciones de la bancada legislativa de Nayib Bukele y de su administración. El parteaguas fue la destitución de la Sala de lo Constitucional y la imposición de cinco magistrados y el Fiscal, condenado por el mismo secretario de Estado Antony Blinken y la vicepresidenta Kamala Harris.

En esa ocasión, Bukele guardó silencio, pero no se quedó callado luego que el Departamento de Estado liberó en septiembre el segundo grupo de nombres de la Lista Engel de actores corruptos y antidemocráticos, en la cual incluyó a los cinco magistrados impuestos el 1 de mayo.

Pese a que se trataba funcionarios del Órgano Judicial, Bukele salió en defensa de los magistrados afines. Esto confirmó temores de actores locales e internacionales que ven una intromisión clara en asuntos de otro órgano de Estado.

“Queda claro que la lista no tiene NADA que ver con ‘corrupción’, sino que es pura política e injerencia de la más bajera”, tuiteó el mandatario.

La encargada de Negocios de los Estados Unidos, Jean Manes, también criticó las reformas a la Ley de la Carrera Judicial que despidieron a los jueces de más de 60 años y daba facultades al oficialismo para instalar jueces afines: “Lamentablemente es un paso más en detrimento de la separación de poderes”, lamentó la diplomática.

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Luego de varias declaraciones de preocupación por “el declive de la democracia” por parte de Manes, el presidente Bukele no reaccionó contra Manes directamente, pero sí reaccionó. “Si invitás un amigo a tu casa, él puede traer un regalo, algo para acompañar la cena o no traer nada. Si quiere traer algo puede traer algo pequeño o simbólico. Lo que no puede es querer llegar a mandar a tu casa. A ese amigo es mejor no invitarlo de nuevo”, escribió el mandatario salvadoreño.

Si bien no iba dirigido el mensaje, el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, expresó que “Bukele pretende intimidar a la embajadora de EE. UU. Una conclusión obvia de su analogía infantil: él cree que El Salvador es su propiedad privada”.