Bukele sigue gastando millones de dólares en lobby para sanear sus relaciones con Estados Unidos

Una publicación de La Prensa Gráfica da cuenta que en julio pasado el presidente salvadoreño volvió a firmar un nuevo contrato para “servicios de consultoría en relaciones gubernamentales”, sin embargo, el presidente Bukele mantiene su estilo de confrontación con EE.UU.

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Nayib Bukele, Foto EDH/archivo

Por Eugenia Velásquez

2021-10-13 11:05:54

En total el gobierno de El Salvador liderado por el presidente Nayib Bukele ha destinado $3.2 millones para hacer lobby en Estados Unidos. Este es el monto completo al sumar el último contrato firmado en julio de este año con la empresa Invest El Salvador, dirigida por David Allan Metzner, según revela una publicación de La Prensa Gráfica, escrita por su corresponsal en EE.UU. Carmen Rodríguez.

El contrato se dio apenas seis días después de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos publicó en la Lista Engel al primer grupo de actores corruptos y antidemocráticos, entre los que se encuentran varios exfuncionarios y actuales funcionarios del gobierno de Bukele.

El convenio con la firma Invest El Salvador fue acreditado en la Oficina de Registro Extranjero de Lobby de EE.UU. el 7 de julio de 2021, explica LPG.

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En noviembre de 2020 Bukele ya había firmado un primer contrato con esa empresa por $780,000. En ese entonces faltaban dos meses para que Joe Biden tomara posesión como presidente de Estados Unidos.

Ese contrato fue el tercero que contrajo para una firma de lobistas en Washington desde agosto de 2020, para lo cual ya había erogado en ese entonces $1.6 millones.

Desde agosto de 2020 hasta julio de 2021 el gobierno salvadoreño ha firmado contratos con varias compañías en Washington, DC., por un total de $3.2 millones, con el objetivo de mejorar sus relaciones con Estados Unidos, deterioradas desde hace más de un año en que Bukele ordenó el asalto militar a la Asamblea conocido como el “9F”, acciones que se han venido incrementando con las últimas decisiones tomadas por la legislatura controlada en su mayoría por los diputados del oficialismo.

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Sin embargo, para sanear sus relaciones con el principal socio de El Salvador no basta con mostrar un país con condiciones macro económicas y fiscales favorables, durante su gestión, Bukele ha debilitado la imagen internacional de El Salvador al posicionarse como un presidente con actitudes autoritarias y mantener un constante desafío al balance de los poderes y la prensa libre.

Un asesor legislativo demócrata, que pidió no ser identificado, dijo recientemente a El Diario de Hoy que “Bukele puede gastar todo lo que quiera, pero no cambiará el hecho de que hacer amigos en Washington se logra respetando la ley”.

El más reciente de los casos de intolerancia y de ataque a Estados Unidos se dio cuando la Encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos, Jean Manes, lanzó serias críticas al gobierno de El Salvador, por lo que consideró una clara violación a la Constitución al emitir la Sala de lo Constitucional impuesta por el oficialismo, un manifiesto que permite la reelección inmediata de Bukele al terminar su mandato en 2024.

“El fallo es el resultado directo de la decisión del 1 de mayo de la Asamblea Legislativa salvadoreña de remover inconstitucionalmente a los magistrados en funciones de la Sala de lo Constitucional e instalar reemplazos leales al Órgano Ejecutivo”, cuestionó Manes en septiembre.

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Manes lamentó que el “declive de la democracia daña la relación bilateral” con EE.UU. y comparó que El Salvador va en ruta a convertirse en un país con régimen totalitario como el de Venezuela y Nicaragua, a lo que Bukele respondió con más desmanes hacia el gobierno de Estados Unidos.

La oposición política salvadoreña también ha salido al paso del millonario gasto en lobistas pagados con fondos del Estado para mejorar la imagen de Bukele ante la nación estadounidense.

“Cuando un país respeta la independencia de poderes, no necesita pagar lobistas. Yo daría un consejo a los asesores de Bukele y a él que deje de invertir dinero para pagar lobistas, porque en Estados Unidos se respetan los derechos humanos, independencia de poderes y garantías constitucionales, cuando un país respeta esas tres cosas, no necesita pagar lobistas”, expresó el diputado de ARENA, René Portillo Cuadra.

Según el parlamentario, en vez de gastar ese dinero en lobistas, el gobierno debió invertir en viviendas para familias pobres.

Las críticas de Portillo Cuadra se dieron en octubre de 2020 cuando se conoció que el gobierno de Bukele había contratado a una firma de Relaciones Públicas en Washington, DC, vinculada al expresidente Bill Clinton, del partido Demócrata.

En abril de 2021 también se conoció a través de un reporte del sitio ForeignLobby.com que Bukele contrató a otra firma de lobistas Arnold & Porter por $1.2 millones para que le dieran servicios de asesoría con un ex diplomático de alto nivel estadounidense en el marco de la negociación de un millonario préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La congresista Norma Torres, una de sus críticas más feroces en Estados Unidos, cuestionó el hecho y en su cuenta de Twitter escribió: “en lugar de gastar millones de dólares en un cabildero para el control de daños, Nayib Bukele debería usar esos dólares para compensar el costo de la vivienda y alimentar a miles de niños inocentes que huyen de la corrupción y la violencia de las pandillas en El Salvador”.