Cuando el reloj marca las 4:00 de la tarde se abren las puertas de la casa de Juan Carlos Campos en el barrio Yusique del municipio de Chinameca, en San Miguel, para dejar a la vista de los transeúntes un visto Misterio o Nacimiento.
El pesebre está formado por dos efigies de 1.50 centímetros de altura que representan a María y José, además de un Niño Dios , que tiene un tamaño de 45 centímetros. Todas las figuras están elaborados en fibra de vidrio y fueron importadas de Guatemala.
“Este año se ha querido hacer con imágenes grandes porque compramos un niño Dios tamaño natural, ya teníamos a María y José de tamaño natural, y aprovechando que teníamos el Niño decidimos hacerlo más moderno como una capillita, solo el misterio, con las decoraciones acorde al tema que escogimos”, explicó Juan Carlos Campos.
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La figura del Niño Dios fue hecha con la técnica vaciado en molde, para lo cual se utilizó la figura de un Niño Dios que data de 1900, propiedad de una familia que lo prestó para sacar el molde. A la fecha se han reproducido seis efigies similares.
Las imágenes están cubiertas por túnicas elaboradas con finas telas y adornadas con pedrería.
“No me gusto trabajar con tanta figurita porque se quebraban, se guardaban y el año siguiente se saca la caja y están todas quebradas, pase a las imágenes más grandes de 65 centímetros; por lo general hacemos así nuestro nacimiento, pero este año ha sido diferente”, comento.
Los elementos de orfebrería como el resplandor del Niño, son piezas elaborados en el Taller de Bordados La Merced, dirigido por Campos.
Al pie de las esfinges se le lee “Claro espejo de la bondad de Dios”, esto está asociado a un espejo que se encuentra al centro de la Sagrada Familia, “es el reflejo que uno ve en el nacimiento, que tal vez uno quisiera estar como esa familia, muy unida, con mucho amor, mucha paz y en estos tiempos eso se necesita, esa esperanza; ver ese reflejo en el espejo a uno siempre se lo recuerda para que no se pierdan esos valores”, comentó Luis Climaco, quien junto a Juan dan vida a las creaciones elaboradas en Taller de Bordados.
Juan Carlos descubrió la emoción de elaborar nacimientos con muñecos de barro junto a una familiar, con el tiempo y gracias a su trabajo ha adquirido piezas que convierten su Pesebre en un atractivo, en donde se cuida cada detalle.
“Es una tradición bonita que la he tratado de mantener en el seno de la familia, porque la conservaba mi abuela, mi mama, y mi tía y hoy que ya no está ni mi abuela y mi mama entonces a través de esa tradición yo trato de hacerles su recuerdo bonito, a ellas les gustaba hacer el nacimiento”, comenta.
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Juan Carlos añadió que no tiene claro el valor económico de su representación del nacimiento ya que son piezas que ha ido adquiriendo con el paso de los años pero estima que un montaje similar podría costar cerca de cuatro mil dólares.
El “nacimiento” estará a la vista de los habitantes de Chinameca hasta el 3 de enero del 2022.