Los puestos de venta de pólvora del parque Centenario, en San Salvador, comenzaron a ser instalados hoy y mientras los coheteros armaban sus champas de lámina, aseguraron que este año además de lidiar con las bajas ventas de un producto gustado pero peligroso, tienen que hacerle frente a las consecuencias económicas dejadas por la pandemia.
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La alcaldía capitalina autorizó 52 puntos de venta en ese lugar, según Edwin Bonilla, encargado del comercio informal en la zona.
“Hemos coordinado con los Bomberos, con Protección Civil y con Salud, por las medidas de bioseguridad”, dijo Bonilla.
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En cada puesto es obligatorio que vendedores usen mascarillas y mantengan alcohol gel, tanto para que lo usen ellos y sus clientes. Además, habrá alfombras con desinfectante (para zapatos), que instalarán en los pasillos que se forman con los puestos.
“Este año solo Dios con nosotros, con solo que no muramos en la pandemia, ¡suficiente!”, dijo Fermina de Hernández, cohetera desde hace 40 años y quien supervisaba la instalación de su puesto. Cuando la temporada navideña y de fin de año acaba, ella volverá al negocio con el que sobrevive junto a su esposo, la venta de antojitos.
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Juana Francisca Santos, quien también trabajó para ensamblar las láminas y tablas con las que arma el local de su negocio, dijo que esperanza es percibir lo suficiente para pagar las jaranas y tener para comer.
“Salir de estas jaranas, usted sabe que uno se endeuda para este negocio y lo que quiero es salir del hoyo”, contó.
La venta de pólvora allí será desde el 12 hasta el 31 de diciembre.