Muñeco bomba: El plan de la pandilla 18 para matar policías

Pandilleros de la comunidad El Líbano, de Suchitoto, trasladaron el artefacto hacia el puente San Francisco en un pick up. Luego de colocarlo, pararon al motorista de una rastra cañera y le pidieron que hablara a la Policía para alertar del falso cadáver.

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Por Óscar Iraheta

2018-05-07 9:23:32

Una pequeña estructura de la pandilla 18, del ala Revolucionaria, afincada desde hace más de 12 años en la comunidad El Líbano, en Suchitoto, planificó por más de una semana un trampa al estilo guerrillero. El plan era colocar un “muñeco bomba” y matar a todos los policías que se acercaran al artefacto, según lo revelan a El Diario de Hoy fuentes policiales, vecinos y testigos del hecho.

Los informantes relatan con detalles cómo varios mareros ejecutaron el plan antes de la madrugada del sábado 8 de abril, para luego movilizarse desde la referida comunidad hacia la entrada del puente del cantón San Francisco, en el municipio de Aguilares.

Menos de cuatro kilómetros de calle recta rodeada de cañales separan el cantón San Francisco y la comunidad El Líbano. A pesar de pertenecer a dos municipios distintos, las fuentes policiales afirman que la Pandilla 18 tiene el control de la zona. Su principal cabecilla es un sujeto apodado el Conejo, otros le llaman la Coneja.

Las fuentes afirman que entre los responsables de colocar el artefacto, están dos mareros que viven en El Líbano y que sólo han sido identificados como Hugo (alias El Chiquito) y Jeremías.

El muñeco bomba fue transportado por al menos tres sujetos hacia el lugar donde fue encontrado antes de que amaneciera a bordo de un pick up. Los pandilleros colocaron la trampa junto a un árbol, frente a un muro de piedra y abandonaron la zona. El paso de personas en el referido lugar es escaso, por eso nadie se percató del muñeco.

Investigadores de la policía sospechan que los pandilleros permanecieron en el lugar vigilando el artefacto por varios minutos hasta que explotó.

Luego huyeron en un pick up que era conducido por un sujeto apodado El Grillo, quien es el sujeto que moviliza a los pandilleros en la zona, según los vecinos.

El puente San Francisco está rodeado de bordos secos y, a menos de 200 metros, hay una casa abandonada donde posiblemente se ocultaron los pandilleros.

Las fuentes sostienen que a las 7:45 de la mañana, los dos delincuentes pararon al motorista de una rastra cañera frente a la escena y le exigieron “que hablara desde su celular a la policía porque había un cadáver en la entrada del puente”. Los pandilleros desaparecieron de la zona.

El motorista obedeció a los sujetos, llamó al Sistema de Emergencias del 911 y alertó a los agentes, quienes llegaron en menos de diez minutos a la escena.

Dos de ellos se acercaron más al supuesto cadáver, mientras que el otro policía se quedó cerca de la patrulla. Los detectives aún indagan si el artefacto fue activado desde otro lugar o si explotó cuando los policías lo manipularon.

Un testigo que pasaba por el lugar al momento de la explosión, vio cuando la onda expansiva lanzó a uno de los agentes varios metros hacia atrás. El vehículo donde se conducía el ciudadano fue alcanzado por las esquirlas de púas de metal que los mareros habían ocultado entre harapos y sábanas.

Después de varios minutos, otros automovilistas auxiliaron a los policía, quienes fueron trasladados hacia el hospital. Uno de ellos sufrió graves heridas en el rostro, brazos y pecho, mientras que el otro en piernas y brazos.

Habitantes de la zona aseguran que los dos pandilleros, El Chiquito y Jeremías, regresaron a la escena para asegurar si su plan había funcionado. Sin embargo, debido a la poca información que tenía la policía en ese momento no fueron capturados.

Investigadores de la Policía no dudan que los pandilleros han sido adiestrados por exguerrilleros o exmilitares que participaron en la guerra de los años 80.

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Extorsión al ingenio y fusiles Ak-47
Los pandilleros de la 18, en los lugares referidos, han mantenido un tráfico de armas constante en las montañas y cerros de la zona de Aguilares y Guazapa, al norte de San Salvador.

Lo mismo hace la Mara Salvatrucha, la cual opera en el mismo zona. Esto genera una constante guerra por el territorio, que ha dejado a decenas de personas asesinadas y enfrentamientos entre pandilleros y las unidades élite de la Policía. Además, varias familias abandonaron sus casas por miedo a ser asesinadas por las pandillas.

Los registros policiales revelan que el sujeto apodado El Conejo ha sido detenido en varias ocasiones acusado de participar en homicidios contra policías. El domingo 27 de 2014, fue detenido en el mismo sitio donde se colocó el “muñeco bomba” junto a cuatro sujetos más. En ese mismo procedimiento la policía detuvo a Pedro Jeremías, de 24 años.

Los informantes revelan a El Diario de Hoy que una de las principales entradas de dinero que tienen los pandilleros de la 18 es el cobro de la extorsión a varios ingenios de caña de la zona.

“Los pandilleros llegan todos los meses a cobrar la extorsión que paga uno de los ingenios de la zona para poder trabajar. En algunas ocasiones son más de 27 mil dólares”, expresó uno de los informantes.

Pandilleros que han recibido beneficios penales (como testigos criteriados) a cambio de declarar en contra de sus compinches, aseguran que en la zona existe uno de los mayores tráficos de fusiles en el Norte de San Salvador.

Los declarantes detallaron que un fusil M-16 entregado en la zona tienen un valor de 1,500 dólares; un AK-47 vale 1,800 y un Galil cuesta 2,000 dólares. En la zona de las montañas de Guazapa y Suchitoto, los investigadores han encontrado evidencias de preparación para guerrilleras y polígonos de tiro improvisados.

A un mes del hecho, que dejó como resultado dos policías gravemente heridos, las autoridades no han hecho públicos los avances de la investigación y las capturas de los responsables.