“Lo duro fue sacar a conocidos de los escombros”. Silvia y Blanca, dos mujeres rescatistas en los deslaves de Nejapa

Silvia y Blanca son parte de Comandos de Salvamento en Nejapa. Ambas declaran que nada las preparó para recuperar los cuerpos de personas que conocían, de entre los escombros.

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Silvia y Blanca acudieron a la emergencia en Nejapa poco tiempo después que ocurriera. Ambas residen y trabajan en la zona. Foto EDH / Yessica Hompanera

Por Yessica Hompanera

2020-10-31 7:53:55

Silvia Ayala y Blanca Torres son socorristas, parte de Comandos de Salvamento, seccional Nejapa. Ambas con años de experiencia en rescates y atención de emergencias; sin embargo, declaran que nada las preparó para tener que atender a víctimas conocidas y de su propia comunidad.

Minutos antes de las once, cuando las torrenciales lluvias de la noche del 29 de octubre provocaron inundaciones y deslaves de tierra en diferentes puntos del municipio de Nejapa, al norte de San Salvador, ambas mujeres se encontraban de turno en la delegación de Comandos de Salvamento de Nejapa, en el Barrio San Antonio. Relata que el agua incrementó su nivel en cuestión de segundos: “el tiempo en que nos tardamos en encender la ambulancia”, dice Silvia. “Quedamos atrapados”, añade.

Cuerpos de socorro realizaron la recuperación de los cadáveres de Jeremías Merino, de 15 años, y la señora Esperanza Barrios, de 55 años, ellos eran vecinos en la comunidad Los Angelitos. . Foto EDH/ Jonatan Funes

Silvia recuerda que no pasó mucho tiempo antes que el agua llegara a la mitad de las casas de la zona. Desde ese momento y sin más herramientas que la potencia de su voz, Silvia y Blanca comenzaron a gritar para desalojar y poner a salvo a las familias de esa comunidad. Consiguieron controlar la emergencia en el sitio.

Sin embargo, desconocían que la emergencia a penas comenzaba. A poca distancia de donde se encontraban, un enrome alud de tierra se despendió de la ladera de la montaña, bajó por la quebrada Los Conacastes y arrasó con las comunidades que vivían en las orillas del afluente. Silvia y Blanca llegaron a la zona cerca de la media noche. En el lugar tenían conocidos, parte de la comunidad en donde trabajan y viven.

“Lo duro fue ver la escena y tener que sacar a conocidos de los escombros”, dice Blanca en tanto recuerda los primeros minutos en la zona de la tragedia. Rocas, troncos, pedazos de paredes, lodo y escombros: todo apilado en promontorios en donde solía haber casas. El deslave sorprendió a no menos de cincuenta personas mientras dormían, confiados en que las lluvias no solían causar mayores problemas en la zona.

En el lugar los socorristas buscan a una pareja. Foto EDH/ Jonatan Funes

De entre esas pilas de escombros, Silvia y Blanca colaboraron en la recuperación de cuatro cuerpos durante la noche del 29 de octubre y la madrugada del 30. Cinco cuerpos más fueron recuperados durante el día. ambas mujeres llevan más de 24 horas activas, trabajando en la zona, atendiendo a las víctimas y a los sobrevivientes.

“Cansadas pero siempre apoyando”, expresa Blanca, ya cuando la noche cubre la zona del desastre, durante un momento de descanso: un respiro. En el lugar, el aire es denso y a donde quiera que se vea hay alguien necesitando ayuda. “Yo respondo”, reza la leyenda escrita en las camisetas de Silvia y Blanca. La pausa termina y es momento de continuar.