Ada M., recibió una condena de 35 años de cárcel por el homicidio agravado en contra de su hijo recién nacido, así lo determinó el Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Tecla.
Aunque el caso tuvo reserva total, previo a eso las investigaciones policiales, indicaron que la mujer trabajaba como empleada doméstica en una residencial de Santa Tecla, y que había dado a luz a un niño en dicho lugar.
Posteriormente, lo habría asfixiado, lo mutiló y sus restos fueron arrojados a las aguas negras. "Escondió parte de los restos bajo su cama y arrojó el resto por un sanitario, lo que llevó a que los restos terminaran en las alcantarillas de la planta de tratamiento de aguas residuales de la residencial", mencionó un reporte judicial.
"Acepto, cometí un error, me arrepiento", dijo la imputada quien admitió el asesinato y la forma en que lo cometió.
Las autoridades recibieron la denuncia del hallazgo e instalaron un dispositivo en el lugar y preguntaron casa por casa si conocían a embarazadas, tanto dueñas de hogar como empleadas.
En su momento, los residentes explicaron que el operativo policial incluyó unos 100 agentes de la PNC y de la Fiscalía que implicó un cierre parcial de la colonia desde el sábado 30 de marzo del 2024 por la tarde hasta la madrugada del domingo 31.
Ese día los investigadores encontraron el cuerpo desmembrado del menor y procedieron a la captura de la ahora condenada.
Con las pruebas presentadas, el juez del caso declaró culpable a la imputada, cuyo delito calificó como "neonaticidio", ya que el homicidio "fue cometido en las primeras 24 horas del nacimiento del bebé", señaló el informe.
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