Miguel Rivera, perdió la visión pero nunca el deseo por cantar

La pérdida de un ojo y su baja visión en el otro, no impide que Miguel deleite con su música. El joven es originario de Concepción de Ataco, Ahuachapán, donde su talento es reconocido.

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Por Cristian Díaz

2020-05-23 9:40:42

AHUACHAPÁN. De pequeño, Miguel Eduardo Rivera, quería interpretar el teclado; pero la vida y su fe lo llevarían a descubrir un talento nato, que le ha permitido, a sus 18 años, ganarse la admiración de las personas que lo escuchan cantar.

A los ocho años comenzó a interpretar canciones, que memorizaba tras escucharlas entre dos y tres ocasiones, pues no sabe leer y escribir.

Un problema visual en ambos ojos, conocido como catarata, le impidió asistir a escuelas regulares de su natal Concepción de Ataco, en Ahuachapán, donde le recomendaban a su familia que lo mejor era inscribirlo en una institución de educación especial.

Y pese a que estuvo interno en una de ellas, en San Salvador, cuando tenía seis años, no se pudo adaptar por diferentes circunstancias.

La vida para el joven no ha sido fácil, aunque sus palabras y actitudes motivan a las demás personas a salir adelante a pesar de cualquier dificultad física que puedan enfrentar.

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El ojo derecho lo perdió cuando tenía cuatro años, debido a que fue sometido a una operación para tratar el problema de la catarata.

Sin embargo, a los pocos días, comenzó a inflamarse al punto que el ojo tuvo que ser extraído. Actualmente utiliza una prótesis.

Mientras que de su ojo izquierdo también lo intervinieron quirúrgicamente y le colocaron un lente intraocular que le permite ver, aunque esto apenas es un 50%, expresó su madre, Griselda Rivera.

“Habían muchas partes negativas de personas que decían que quizás nunca iba a ser un cantante por lo que tenía (en sus ojos), yo quería demostrar, no a ellos sino que a mí mismo, de que sí podía. Tres veces las escucho y se me quedan (las canciones)”, dijo Rivera.

Convicción

Miguel es devoto de Santa Lucía, de quien tiene una imagen y a la cual le pidió de pequeño tener una oportunidad; pero sobre todo para que le diera una dirección porque entonces no estaba seguro de lo que quería ser.

Así lo expresó al recordar que de pequeño tenía un amigo que interpretaba el teclado; algo que le llamaba la atención aprender e ingresar a un coro.

Sin embargo, las personas que apreciaban su talento, lo animaron a participar en un concurso de karaoke donde obtuvo el primer lugar. Desde entonces ha participado en varios eventos de esta naturaleza, obteniendo siempre los primeros lugares.

“Ahí es donde nació más esa emoción. De primero quería ser otra persona, no quería cantar sino que quería tocar un instrumento (teclado), aunque la garganta también es un instrumento; después nació para mí el canto y fue lo que en verdad me motivó bastante”, contó el intérprete.

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Actualmente tiene un repertorio de 40 canciones, de diferentes géneros, como romántico, grupera y banda.
A la fecha es un talento nato que demuestra en cada interpretación; pero sabe que debe de prepararse pues su sueño es ser un cantante profesional.

Cuando inició, recordó, le daba pena, se ponía nervioso, y le temblaban las piernas, lo que fue superando al notar la aceptación de las personas.

Desde octubre del año pasado ingresó a la Orquesta Filarmónica de Ahuachapán (OFA), que es una dependencia de la alcaldía.

En dicho lugar ha aprendido sobre gesticulación, notas musicales, articulación, vocalización, concentración, pronunciación, y el tiempo de las canciones.

Lo que está aprendiendo también se lo está transmitiendo a sus hermanos, quienes al ver que Miguel destaca en dicha área, le piden que les de clases de canto.

“Mi consejo (para las demás personas) es primero agarrarnos de la mano de Dios y después tratar de caminar y seguir adelante; eso nos va a ayudar. También creer en nosotros mismos, no dejarnos que las personas nos digan lo que no podemos hacer y si lo dicen, quedarnos con lo positivo”, señaló el segundo de tres hermanos.

La madre de Miguel es su seguidora número uno; lo acompaña a cada presentación y con un teléfono celular, graba cada interpretación que realiza. La mamá está orgullosa de su hijo, de quien recordó que de pequeño era inquieto aunque en ocasiones mostraba tristeza.

“Pero con el tiempo y cuando fue razonando bien, le empezó a gustar la música, él fue cambiando su modo de ser. Él siempre soñó y me decía ‘yo voy a ser cantante’, siempre me lo ha dicho”, contó.