“Mi hijo fue deseado, quería tenerlo. Salió sacerdote lindo”, dice madre de religioso asesinado en Lolotique

María Cristina Jiménez recuerda el día que su hijo le dijo que quería ser sacerdote. Desde entonces, ella se comprometió a apoyarlo.

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María Cristina Jiménez, madre de Walter, dijo que siempre soñó junto a su esposo tener a un hijo sacerdote.

Por Stanley Luna

2018-03-31 8:29:38

Desde la parte trasera de la casa donde velaban al sacerdote Walter Vásquez Jiménez, en un cuarto, su madre María Cristina, atendía ayer a los líderes religiosos y los feligreses que de diferentes partes del país llegaron a darle palabras de aliento.

En ese lugar, explicó cómo su hijo le dijo que quería ser sacerdote y los sacrificios que juntos hicieron para que él estudiara en el seminario.

“Mi hijo fue deseado, quería tenerlo. Salió sacerdote lindo, porque más lindo no me lo puedo dar, pero Dios se lo llevó”, así comenzó la historia María Cristina.

Cuando salía embarazada, la señora relató que con su esposo deseaban tener a un hijo sacerdote. Ella se lo pedía a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, un santo que representa mucho en su vida: fue quien los casó con su esposo Fidel Vásquez.

Al nacer Walter, supo que era un niño diferente a sus hermanas, ya que nunca anduvo peleando, es más, dijo que él era quien le ponía queja por las molestias que le realizaban.

Una vez que él ingresó a bachillerato en Nueva Guadalupe, San Miguel, la señora recuerda que tuvieron tres conversaciones clave, cuando su hijo le manifestó el deseo de seguir estudiando. Inicialmente le dijo que quería estudiar piano.

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Personas de todas las edades llegaron a Lolotique a despedirse del sacerdote Walter Vásquez Jiménez.

María Cristina para entonces trabajaba en el seminario mayor y menor de la Iglesia Católica, también había laborado para un asilo en San Salvador, y viajaba una vez al mes a ver a sus hijos a Lolotique.

-Mamá, yo quiero una carrera-

-Ay, hijo precioso, ¿qué carrera querés?

-Quiero aprender a tocar piano-

-Tenés que buscar quien te enseñe a tocar piano-.

La señora recuerda con exactitud lo que hablaron y hasta lo interpreta con sus tonos de voz.

Con los días, y en otras de las visitas a Lolotique, contó que Walter se le acercó y le dijo que ya no quería estudiar piano, sino que quería ingresar al seminario.

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Hasta el momento, las autoridades no reportan capturas.

Ella, señaló, conocía cuál era la rutina de una persona que quería convertirse en sacerdote, por ello, su primera reacción fue advertirle que era una carrera dura y que observaba todos los días que los seminaristas cantaban y leían, y sentía que sufrían.

“No, para mí va a ser un gozo”, fue lo que respondió su hijo.

La tercera ocasión que el tema salió a flote fue después que una de sus hermanas envió a Walter a dejarle comida a un familiar a un cerro.

Según la madre, luego de esa experiencia, el religioso le explicó con detalles que en el camino al cerro le pidió a Dios que le iluminara para saber qué carrera podía estudiar después del bachillerato.

Hermanas del Colegio Santa Clara, en Santiago de María, en la velación del padre Vásquez.

“Mamá, fíjese que el Señor me dio gran trompada en el pecho y hasta de vuelta me mandó”, dijo que le había dicho Walter refiriéndose a que había encontrado la respuesta que buscaba: estudiar en el seminario.

El sacerdote destacó siempre en sus estudios y de esa forma logró obtener una beca para formarse, según su madre. Además, ella relató que sus jefes le ayudaron para su estudio con dinero y proporcionándole ropa.

“Él hablaba con la verdad, él hablaba donde quiera y por eso cayó mal. Por eso la gente no lo quería, que decían que era bravo, que era el uno, que era el otro. Hay gente que lo odiaba. Yo nunca sentí que en la misa dijera una palabra bronca o malcriadeza, él decía que eso decía la Biblia y eso tenía que publicarlo él”, concluyó María Cristina.