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"Desde el 11 de marzo de 2021 no vemos al alcalde". Un año sin un nuevo mercado en Santa Ana tras incendio

Los vendedores dicen sentirse abandonados por parte de la alcaldía y dudan sobre la pronta construcción de un nuevo mercado. Hace un año, el alcalde prometió construir “en poco tiempo” por un valor de $8 millones, pero meses después Bukele aseguró que haría lo mismo por un poco más del doble.

Por Yessica Hompanera | Mar 11, 2022- 06:00

Sandra Flores baña a su hijo Jared, de 6 meses, en una cantarera que ha quedado dentro de las ruinas del mercado municipal de Santa Ana. que hace un año fue consumido por un incendio originado por un corto circuito. Varias mujeres del mercado vienen a bañar a sus pequeños aquí. Foto EDH/ Yessica Hompanera

El lugar apesta a desechos humanos, está lleno de basura, grafiti de pandillas, maleza, y sirve como cruce entre las calles que contornean el edificio en ruinas del mercado central de Santa Ana.

Esa es la escena transcurrido un año del voraz incendio que destruyó los establecimientos de 500 vendedores, quienes, hasta la fecha, no se recuperan de las pérdidas y a quienes no les quedó de otra que apiñarse en el parque Francisco Meléndez, ubicado a 200 metros abajo. Dicen sentirse abandonados por la alcaldía santaneca.

Santiago Álvarez acomoda unas flores y su Biblia en una mesa de madera que sirve como altar. A unos centímetros de ella está una banca de cemento del parque donde suele sentarse a esperar cristianos que desean escuchar palabras de la Biblia, él prefiere llamarlos “ovejas”.

El local está hecho de láminas y el espacio es reducido. Está angustiado porque hace un año su iglesia, que estaba dentro del mercado, se quemó por completo. Ser pastor es su trabajo.

Un pareja de niños juega en los escombros que dejó el incendio. Es un lugar solitario que todavía resguarda los vestigios del antiguo mercado santaneco. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“En aquel mercado había bendición (ofrendas), aquí no hay nada. Aquí la gente sufre. Yo me voy sin dinero para la casa. No vienen 'ovejas'”, dice el hombre de 77 años de edad, quien desde hace cuatro décadas vive de predicar el cristianismo. Comenta que sueña con estar en un nuevo mercado, pero que duda mucho de si realmente vaya a pasar pronto. “A saber si será cierto”, repite con incertidumbre. No es el único que pierde las esperanzas.

VER: Unos 700 negocios se quemaron en incendio del mercado de Santa Ana

Alrededor de las 8:30 de la noche del 10 de marzo de 2021, un corto circuito provocó un incendio de grandes proporciones en el mercado central de Santa Ana. Los mismos comerciantes y bomberos trataron de sofocarlo durante más de una hora sin éxito. Se perdió todo. Al día siguiente, y con la luz del día, se logró observar la magnitud del desastre. Lo que antes era un concurrido y bullicioso mercado, ahora solo es una ruina de lo que fue.

Isadia Cuellar baña a su nieto Marco, de 4 años, después de pasar jugando en el mercado de Santa Ana. Esta cantarera sirve para la recolección de agua, lavar utensilios y bañar a los más pequeños que conviven entre las ventas con sus familias. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Las promesas de todos

El 11 de marzo, Gustavo Acevedo, alcalde recién electo, se acercó con su personal y equipo de comunicaciones al mercado. Con el desastre al fondo, dijo que en los siguientes días pondría en marcha la construcción de un nuevo mercado valorado en unos $8 millones que saldrían de “organismos de cooperación y del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE)”. El 18 de mayo, se reunió con Luis Rodríguez, director del BCIE, que según las declaraciones del edil, y su publicación en su cuenta de Twitter, se mostró “sumamente interesado”.

Así se vive después de un año cuando un voraz incendio destruyera por completo los establecimientos de 500 vendedores que, hasta la fecha, no se recuperan de las pérdidas y a quienes no les quedó de otra que apiñarse en el parque Francisco Meléndez, ubicado a 200 metros abajo. Dicen sentirse abandonados por la alcaldía santaneca. Foto EDH/ Archivo

“El siniestro en el mercado nos confirmó cómo las administraciones anteriores nunca les interesó prevenir estos desastres mejorando la infraestructura del lugar. Ahora será diferente y en mi gestión construiremos un mercado moderno y digno”, dijo Acevedo el 24 de junio de 2021 durante una reunión con Bandesal.

Ocho meses después, Nayib Bukele anunció que construiría varias obras, entre ellas la reconstrucción de mercados que corrieron con la misma suerte ese mismo año: el de San Miguelito, con un presupuesto de $8 millones, y Santa Ana, con $17 millones, un poco más del doble de lo que Acevedo ofreció un año antes.

María Trujillo, una costurera con experiencia, confiesa que le ha costado acostumbrarse a su espacio en el mercado a pesar de permanecer aquí por un año. Le tocó vender agregar utensilios plásticos porque el negocio de hacer ropa no le rendía ganancias. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Al cuestionar a los comerciantes sobre si Acevedo se acercó para reunirse con ellos y explicar el avance de su promesa, todos coincidieron en que no.

El Diario de Hoy intentó contactar al alcalde, a través de su equipo de prensa, para conocer su postura con respecto a las promesas hechas hace un año a los comerciantes, el fondo de construcción, el avance del proyecto y los acuerdos a los que habían llegado con los funcionarios del BCIE y Bukele. Sin embargo, no se obtuvo respuesta de parte de la alcaldía al cierre de la nota. El jefe de comunicaciones, Rafael Granados, señaló que Acevedo tenía una agenda ocupada.

María Trujillo, de 59 años, es una costurera experimentada que tenía un taller con varias máquinas que con el incendio se echaron a perder en el incendio. Tras la destrucción, recibió un aproximado de $1,000 como subsidio de los $3 millones para los afectados provenientes de una aprobación de la Asamblea Legislativa para Bandesal. Ella, como otros comerciantes, decidieron utilizar el dinero para el pago de deudas y, si sobraba, comprar láminas para hacer su puesto en el parque.

Un grupo de vendedores del mercado han creado un espacio para distraerse entre las láminas de los puestos. Resuelven juegos de lógica en el periódico, juegan damas o ajedrez y hablan de política. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Acevedo no se ha acercado. Desde ese día (el incendio) no lo hemos visto. Nos han dicho que van a hacer ese mercado, nos dijeron que en enero iban a comenzar, pero no se vio nada claro. Aquí todo lo hemos hecho nosotros”, dice María, quien además de su negocio de costura, decidió vender artículos de plástico para atraer a más clientes y ganar un poco más.

Un grafiti de la Mara Salvatrucha en una de las paredes del mercado hecho ruinas. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Ya vino el recibo”

Así como María, existen otros vendedores que afirman que hay un cobro “injusto y desigual” en el recibo de la luz eléctrica. Los comerciantes consultados por El Diario de Hoy explicaron que existe una directiva dentro del mercado que recibe una factura colectiva de todos los puestos emitida por CLESA, distribuidora de energía eléctrica en la zona occidental del país. Del total facturado, los dirigentes debían de desglosarlo acorde al consumo de energía de cada local, sin embargo, “no es parejo para todos”, aseguran.

“A nosotros nos vienen a cobrar el recibo de la luz y viene un solo recibo (...) Yo les dije que iba a tener dos máquinas y un ventilador. El primer mes me cobraron $3.35 y ahora ya llegó a $6. Les pregunté por qué había ese cambio y me dijeron que es porque hay otras que tienen congeladores y refrigeradores. Nos cobran a voluntad porque no nos enseñan el recibo”, se quejó.

Herbert Morán es un zapatero de 47 años que se resignado a la cotidianidad del improvisado mercado en el parque. Dice que el número de clientes bajó considerablemente y pone en duda, o al menos no en un pronto futuro, la construcción de un mercado. Foto EDH/ Yessica Hompanera

El 1 de febrero de 2022 a los comerciantes les llegó un volante que avisa sobre el posible cobro de un impuesto por la utilización del espacio. Durante el año que han estado sin un mercado estable, la comuna decidió no cobrarles, pero las vendedoras se han resignado a la tarifa, la cual será equivalente al total de metros cuadrados del local.

"Nos están obligando a pagar arrendamiento y no debería de ser así porque la gran mayoría no están generando ingresos, generamos deudas. La mayoría de personas estamos en desacuerdo", dijo Josselyn Zambrano, vendedora de flores. Ellas aseguraron que ya han sido carnetizadas para el cobro a pesar de que el alcalde no ha emitido ningún aviso directamente.

Los comerciantes dicen sentirse abandonados por la comuna puesto que ha pasado un año desde que el alcalde prometió la construcción de un nuevo mercado para los afectados. Siguen a la espera de una respuesta. “Desde el 11 de marzo de 2021 no vemos al alcalde”, coinciden los vendedores.

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