Médico es despojado de edificio y el inmueble es registrado con una escritura falsa
Para sorpresa de su verdadero dueño, el inmueble de dos plantas, valorado en $ 190,000, fue traspasado a nombre de otra persona con tan solo la inscripción en el Centro Nacional de Registros y una escritura falsa emitida por notario.
De la noche a la mañana José (nombre ficticio) fue despojado de un edificio de 500 metros cuadrados y de dos plantas, valorado en 190 mil dólares que heredó de su abuelo en 2003, en la colonia Guatemala y Calle 5 de Noviembre en San Salvador.
Desde que asumió la herencia dio diversos usos a la propiedad, como la instalación de una fábrica y alquiler parcial de sus partes hasta enero de 2018, cuando lo rentó a un nuevo cliente y este llegó al local, una persona le indicó que la propiedad ya no era del médico, sino que tenía un nuevo dueño.
A José le extrañó esa situación, pues asegura que no lo había vendido ni traspasado a nadie. Tampoco se había descuidado del inmueble, pues dice que “en los últimos cuatro o cinco años lo había mantenido ocupado como bodega”.
De inmediato fue a la División Central de Investigaciones (DCI) de la Policía Nacional Civil a denunciar que había sido despojado del edificio de forma fraudulenta.
El edificio de 500 metros cuadrados, y de dos plantas, está valorado en $190 mil que heredó de su abuelo en 2003, en la colonia Guatemala, de San Salvador
Además, fue al Centro Nacional de Registros, donde se supone que está resguardada la titularidad de los bienes en El Salvador; sin embargo, en el Registro de la Propiedad, Raíz e Hipoteca, mediante dos certificaciones: una extractada y otra literal, confirmó que su propiedad había pasado a nombre de José Reynaldo Quintanar Rivera.
“Ni en vista ni en documentos he conocido a ese señor, mucho menos he negociado mis bienes ni vendido nada”, asegura José.
Seis meses después de haber denunciado esa situación ante la Policía, asegura que un fiscal de la Unidad de Defensa de los Intereses del Estado lo citó a su despacho. Ahí fue interrogado sobre el hecho.
“Me entrevisté con el fiscal que llevaba el caso y quien prometió que procederían con todo en el caso. Yo le dije que se habían apropiado de la casa, que ya estaban adentro (había moradores) y que decían que tenían documentos que los acreditaba como nuevo propietario”, afirma la víctima.
El trámite de la denuncia quedó en espera debido a que llegaron las vacaciones agostinas.