¿Por qué no deberías tenerle miedo a una boa constrictor?

Dos biólogos explican por qué si se encuentras con una de estas serpientes no debes asustarte.

descripción de la imagen
Foto: Cortesia @PNCSV

Por Lilian Martínez

2022-02-22 10:37:14

Una serpiente de 2.5 metros de largo atemorizó recientemente a los habitantes del cantón El Cortijo, de San Francisco Menéndez, en Ahuachapán.  Los asustadizos vecinos alertaron a la Policía. Así, dos agentes acudieron a El Cortijo la noche del lunes y junto a guardarrecursos de la zona capturaron a la serpiente y la colocaron en una jaula para trasladarla a un "hábitat natural donde no pueda causar daño".

Pese al temor que la serpiente, una boa constrictor o mazacuata, causó entre los habitantes de El Corijo, el biólogo Néctor Herrera y el herpetólogo Vladen Henríquez aseguran que no había razón para tenerle miedo.

"Es una mazacuata de las que viven en el país, hay ejemplares que miden 3.2 metros o 3.5 metros...  Era un ejemplar bastante grande y probablemente estaba en una zona bastante montañosa", explicó Herrera. Quien también recordó que culturalmente se tiene la idea de que las serpientes simbolizan "el mal" y "el pecado".

Más allá de las ideas religiosas, Herrara insistió: "No hay porqué tenerle miedo... Si te muerden, producen una herida que va a sangrar, pero no hay veneno, no hay más que el dolor de la mordida", añadió.

"El único motivo por el cual se le tiene miedo a las serpientes es por ignorancia, esa especie es inofensiva", agregó Henríquez.

Sin embargo, debido al tamaño de las serpiente, los policías y guardarrecursos que la trasladaron debieron tener cuidado, pues al mover una serpiente tan grande podría haberlos mordido.

La mazacuata, según lo que se observa en las fotografías publicadas por la PNC, había comido y estaba digiriendo el alimento. Por lo que, Henríquez considera necesario que quienes la trasladaron hayan estado pendientes, "porque puede regurgitar (vomitar)", debido al estrés de la captura y el traslado. Cuando una serpiente regurgita, el alimento sube por el tracto digestivo con todo y los ácidos gástricos. Eso "les produce una sepsis y se terminan muriendo", explicó el herpetólogo.

Las mazacuatas prestan un servicio al ecosistema, pues se alimentan de ratas, ratones y conejos, ayudando a mantener controladas dichas poblaciones.