"Ustedes como que fueran gemelas", "parecen hermanas", "se nota que son mamá e hija", son algunas de las frases más comunes que escuchan las personas que tienen una gran similitud física con su madre.
Para celebrar el Día de la Madre, El Diario de Hoy contactó al doctor Borys A. Cornejo Moreno, especialista en genética humana y director de la clínica "Genes", para que explicara por qué ocurre esta similitud.
El doctor Cornejo explicó que cada ser humano hereda el material genético de ambos padres. El ADN, la molécula de la herencia, está compuesto en un 50 % por ADN nuclear del padre y el otro 50 % de la madre.
Este contiene toda la información genética que nos define física y funcionalmente. Incluso, contiene información sobre nuestro carácter. La parte materna no solo aporta el ADN nuclear, sino también el ADN mitocondrial.
Las mitocondrias son los orgánulos responsables de la producción de energía en el cuerpo. Estas se encuentran en el citoplasma celular, fuera del núcleo, por lo que poseen un ADN distinto.
Este ADN mitocondrial codifica muchas funciones relacionadas con la energía del cuerpo y solo puede ser heredado por la madre. Así que se podría decir que cada ser humano tiene una "doble dosis" de ADN materno: el nuclear y el mitocondrial.
Además, debe tenerse en cuenta la dominancia genética, que puede favorecer los rasgos de la madre. Los genes recesivos y dominantes también juegan un papel importante, ya que para que los recesivos, como los ojos o la piel clara, se manifiesten, es necesario que ambos padres posean estas características.
En cambio, los genes dominantes, como los que determinan el color oscuro, requieren que solo uno de los progenitores tenga dicha característica para que esta se exprese en el hijo.
El Diario de Hoy también contactó a distintas personas que tienen una gran similitud física con su madre para saber si esta semejanza también se manifiesta en otras áreas.
Arely Acosta comentó que la única similitud que comparte con su madre, además del aspecto físico, es el nombre. "Somos totalmente distintas", afirmó. Su madre, Arely Rodríguez, explicó que ella es más tímida, no se toma muchas fotografías y suele analizar los hechos antes de hablar; todo lo contrario a su hija, quien es una joven activa, amante de las fotos, de pasear y de conversar con cualquier persona.
En el caso de María Matilde Ascencio, sus dos hijas, Steffany Gómez y Julia Gómez, han heredado de ella no solo su apariencia física, sino también distintas cualidades. Julia comenta que entre ambas se complementan: ella heredó la capacidad de resolver, tomar la iniciativa y actuar, mientras que su hermana es más tranquila, serena y reflexiva. "Ella heredó la parte mental y yo la acción", dice entre risas Julia Gómez.
Cada generación es distinta, algo que se refleja en la familia de Alejandra Rivera. Al verla junto a su mamá, Jaida Yanira Santos, se percibe una conexión profunda, como si fueran mejores amigas. Si no fuera por el evidente parecido físico, cualquiera pensaría que son solo amigas. "Somos patitas pa'l monte", dice Jaida mientras ríe. Ambas disfrutan de excursiones y caminatas por la montaña o la playa, a diferencia de María Ascensión Santos, la abuela de Alejandra Rivera, quien prefiere quedarse en casa. "Las tres queremos las cosas para ayer, somos mandonas y testarudas", dicen entre risas.
Al observar desde lejos a Billy Nixon y su mamá, Antonia González de Quintanilla, se nota una gran complicidad, además de una evidente similitud física. "Tenés el corazón de tu mamá", recuerda Billy que le han dicho. "Mi hijo es bien noble", comentó Antonia. Ambos coinciden en su manera de entender y vivir la vida, y aseguran compartir una fuerte vocación de servicio a los demás.
Billy y Antonia mencionan que comparten el mismo lenguaje del amor: los actos de servicio, por los cuales dan el 100 % cuando se trata de demostrar cariño. "Nos enojamos igual y hasta nos reímos igual", dice Antonia, mientras sonríe.
