Vecinos de las colonias Cumbres de Santa Tecla y de Las Palmeras relataron a El Diario de Hoy que jamás pensaron que aquellos balazos que escucharon casi a la medianoche del pasado jueves 12 de agosto, habían terminado con la vida de un joven alejado de todo problema y entregado a sus estudios y su trabajo.
Y menos imaginaron que las balas que segaron la vida de Manuel Antonio Escalante Palomo, habían sido disparadas presuntamente por elementos de la Fuerza Armada que en las últimas dos semanas habían incrementado su presencia en el sector, supuestamente para dar seguridad a la población.
De acuerdo con vecinos, ese jueves entre 11:00 y 11:30 p.m. escucharon múltiples disparos, luego se escuchó un golpe muy fuerte. Al salir a ver qué ocurría vieron soldados cerca de un auto pero jamás pensaron que Manuel Antonio estaba dentro de ese auto. Muerto.
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El carro fue a detenerse en otro carro estacionado en una esquina formada por la avenida San Francisco y calle San Miguel.
joven ingeniero Manuel Antonio Escalante Palomo. Foto EDH / Menly Cortez
La conmoción aumentó cuando se enteraron que el muerto era el hijo de don Manuel y doña Miladys, dos personas muy apreciadas en el sector por su buen comportamiento como vecinos.
Para mucho vecinos, Manuel Antonio era un joven alegre, honrado y con un gran futuro. Estaba por graduarse de ingeniero y en su trabajo le iba muy bien.
De acuerdo con vecinos cercanos a la familia, aquella noche del jueves, Manuel Antonio regresaba de dejar a su novia.
Al parecer, ella se alarmó cuando pasado un buen rato, él no le avisaba que ya estaba de vuelta en su vivienda, en la colonia Cumbres de Santa Tecla.
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Ayer los padres de Manuel Antonio estuvieron presentes en la audiencia inicial contra los cuatro soldados que dispararon las balas que mataron a su hijo.
¡Su único hijo!
A pesar de tener calidad de ofendidos en el proceso judicial, los padres de Manuel Antonio no saben, aparentemente, ni la identidad de los soldados que mataron a su hijo (según la acusación de la Fiscalía), pues una reforma al Código Procesal Penal, hecha en octubre de 2016, garantiza que cuando miembros de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada, alumnos de la Academia Nacional de Seguridad Pública y personal de seguridad penitenciaria, en el desempeño de sus labores de seguridad, lesionen un bien jurídico (en este caso, la vida) se les debe garantizar la reserva de su identidad desde el momento en que son detenidos hasta que se dicta sentencia definitiva.
De hecho, el proceso judicial tiene reserva a pesar de que según fuentes fiscales y policiales, los indicios de que los soldados mataron a Manuel Antonio sin haber sido atacados (como ellos han tratado de justificar el asesinato) son fuertes, pues no había armas ni casquillos dentro del auto y las manos del joven tampoco tenían rastros de pólvora.
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