Iglesia católica realiza misa de acción de gracias por beatificación del padre Rutilio Grande

El Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, expresó sus agradecimientos al Santo Padre porque a la fecha ya ha dado al país cinco mártires golificados

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Por Susana Joma

2022-01-23 12:41:21

La jerarquía catòlica salvadoreña desarrollo hoy por la mañana, en la Catedral Metropolitana de San Salvador, la misa para agredecer el don de la beatificación del padre Rutilio Grande, sus compañeros Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, también fray Cosme Spessotto confirmados mártires por odio a la fe.

El padre jesuita Rutilio Grande y los dos catequistas colaboradores fueron asesinados en El Paisnal, el 12 de marzo de 1977, mientras el sacerdote franciscano corrió la misma suerte en 1980, en San Juan Nonualco, La Paz.

A la Santa Misa concelebrada, que fue presidida por el Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, el cardenal Monseñor Gregorio Rosa Chàvez y el Nuncio Apostólico, Monseñor Santo Rocco Gangemi, asistieron decenas de feligreses provenientes de distintos puntos de la capital en medio de muchas medidas de bioseguridad para la prevención de contagios de Covid-19.

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Monseñor Escobar Alas destacó la vida y obra de los cuatro nuevos beatos y también, al igual que lo hizo el Santo Padre este domingo en la misa dominical en el Vaticano, valoró su entrega y valentía en la difisión de la Palabra y su lucha por los pobres.

"Celebramos el nacimiento para el cielo que tuvo lugar el mismo momento de su muerte", dijo Monseñor Escobar Alas, quien recordó como hace 45 años, el 14 de marzo de 1977, a las 9;00 en medio de mucho dolor esa misma catedral se acogía los cuerpos los tres beatos asesinados en El Paisnal.

El Arzobispo recordó las palabras que San Óscar Romero expresò durante su homilia de la Fiesta de Todos los Santos del 1 de noviembre de 1977 en El Paisnal: "Dònde está oh muerte tu victoria, la victoria es la de la fe. Han salido victoriosos los matados por la justicia".

Foto EDH/ Menly Cortez

Según Escobar Alas, ayer con la beatificación, se ha celebrado el triunfo definitvo de los mártires de quien destacò en primer lugar que son un signo de inspiración de fe, como el caso de Grande lo fue para Romero.

"La liberación que el padre Rutilio enseñó es la misma que leemos ahora en el Evangelio y que leyó Jesús del volumen de Isaías para anunciar que lo ahí escrito en él tenía cumplimiento. El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la Buena Nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor (Lucas 4, del 18 al 19). Fue esto lo que Cristo hizo y lo que imitó el padre Grande y sus compañeros, y lo que los condujo a la muerte", citó.

El religioso señaló que la beatificación recuerda que somos encargados de continuar con ese trabajo, que su muerte, que su martirio es signo de que otro mundo es posible, que la unica condición para lograrlo es vivir el Evangelio y la misión de Jesús.

Durante la homilía también resaltó el martirio de Fray Cosme, quien mostró un amor profundo por la eucaristía, cómo este dejó a su familia, su país para anunciar la Buena Nueva en tierras lejanas, para el caso en nuestro territorio en donde entregó su corazón al pueblo: "El padre Cosme murió despuès de haber celebrado la Santa Misa, mientras oraba, hincado, frente al Santísimo Sacramento".

Escobar Alas,  elevó una oración a Dios suplicando por intercesiòn de la Reina de la Paz y de los nuevos mártires para que conceda la gracia de construir una sociedad más justa, donde brille la verdad y la equidad, una sociedad más humana, más fraterna, más cristiana, en paz, tal era el deseo de los nuevos beatos.

"Que vivan nuestros mártires! proclamó.

El Arzobispo de San Salvador cerró la Eucaristía externando su profundo agradecimiento al Santo Padre porque ha dado a El Salvador cinco mártires glorificados en los altares, también a todos los sacerdotes del país y de naciones hermanas que acompañaron la ceremonia de beatificación, al igual que a los laicos y líderes de iglesias históricas que también se hicieron presentes.