INFOGRAFÍA: Mujer tuvo aborto espontáneo y el hospital no le entregó el cuerpo del bebé

La joven recibió a su hijo, lo vio morir y sin recibir ayuda médica obstétrica.

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Foto por Salvador Meléndez

Por Evelia Hernández

2018-07-13 8:14:36

“Él se movía bien galán, se metía los deditos a la boca, él cuando le hacía cosquillitas en las costillas él se meneaba”, recuerda Elsy Rivera, de 18 años, de los primeros 30 minutos cuando vio por única vez a su bebé.

Ella llegó al hospital San Rafael, el 23 de diciembre cerca de las 11:00 de la noche, referida del Eco familiar Especializado del Puerto de La Libertad, de donde llegó en ambulancia por un diagnóstico de amenaza de aborto.

Al bajar de la ambulancia estaba llena de sangre y “cuando llegué al hospital me dijeron que ya no podían hacer nada por mí porque ya estaba sufriendo una amenaza de aborto”, dice mientras respira hondo.

La ilusión y la esperanza de conocer a su bebé duró poco. Cerca de dos horas Elsy estuvo en una sala del Hospital Nacional San Rafael sola con sus intensos dolores de parto, desconociendo lo que pasaba con su cuerpo y con la incertidumbre de lo que le esperaba, era la noche previa al 24 de diciembre cuando Elsy llegó al hospital San Rafael.

Foto por Salvador Meléndez

“Yo tenía seis meses (embarazo), la doctora me fue a dejar, me puso el suero y se fue; como a la media hora regresó, pero el niño tenía media hora que él había nacido”, explica la joven.

Según ella, desde el momento que expulsó al bebé y que permaneció comtemplándolo, hubo un lapso de 30 minutos, periodo en el que ella permaneció sola sin que personal del hospital se acercara.

Cuando la enfermera llegó a la sala, preguntó a la paciente porqué no había llamado al personal para indicarle que él niño ya había nacido.

Recordó que le dijeron: “ya lo tuvo y porqué no nos avisó” a lo que ella respondió: “yo les hablé una vez. Dijo: “pero hubiera gritado duro!”, le contestó la empleada a Elsy.

Con voz entrecortada y respirando hondo, comentó que los momentos de alegría y angustia que sintió cuando vio a su bebé; además de recordar las palabras del médico.

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“Si usted siente dolor haga fuerza bastante y ya va ver que todo va salir bien”, recomendación que la paciente siguió.

El bebé nació como a las 2:00 y “según ellos todavía me faltaba bastante y ya llevaba insoportable los dolores”, explica la joven sobre el momento del parto.

Cuando el bebé nació, ella sintió alivio; momento que recuerda con alegría porque al verlo, “pensé que lo iba a recuperar, a la vez sentí alegría y a la vez tristeza. De ahí dije a ver si le quitaba una telita que tenía encima”.

Ella recordó que estaba junto a otra mujeres que tenían diferentes cuadros clínicos, quienes al ver lo que le pasaba trataban de avisar al personal médico; pero la condición de ellas se los impedía.

“Le quité una telita que él iba botando para verle la carita y le destape la respiración. Ya estaba bien formado, tenía pelito, tenía pelitos en las cejas, solamente que nació como en una cosita de agua”, recuerda Elsy de su bebé.

Asimismo, dijo que cuando llegó el médico, “ellos me dijeron que el bebé ya había nacido muerto, yo les dije que no, el niño no ha nacido muerto, el niño acaba de morir, el niño ha estado conmigo media hora y no me dijeron nada”.

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Falta de atención médica

Según la joven, que estudió hasta tercer grado, la falta de información de lo que podría pasar y la falta de asistencia de un profesional que le ayudara a saber qué hacer y cómo reaccionaría su cuerpo, es parte de una negligencia médica, debido a que desde que llegó a la unidad de salud hasta la atención recibida en el San Rafael fue la que desencadenó la muerte de su hijo de seis meses de gestación.

“Fue descuido de ellos porque si ellos hubieran estado ahí conmigo, eso no hubiera pasado”, lamentó.

Ese día en el hospital se encontraban de turno un ginecólogo y 3 médicos residentes de la misma área.

Para la madre de la joven, quien mantiene su desconsuelo por la pérdida de su nieto, manifiesta que cuando ella conoció la noticia que Elsy podría perder su hijo, de la cual se dio cuenta a la 12:00 de la noche por su yerno, ella mantuvo la fe que si el bebé nacía sería prematuro.

“Yo tenía la esperanza que, si el niño nacía vivo lo iban a meter en incubadora, cabal, ya en la madrugada como a la una me habló, pero le habían dicho que el niño había nacido muerto”, dijo Ana Rivera.

“Yo digo que eso fue pura dejación porque ellos son prematuros, ella era una cipota que tenían que estar más pendientes de las muchachas porque son primerizas, cuando ella me habló que tenía los dolores; pero según yo, había doctores que la estaban atendiendo, ella dice que solo la dejaron y se fueron para abajo, ahí fue cuando ella no pudo hacer nada”, dice la madre de Elsy.

Desde que la joven descubrió que estaba embarazada, a los tres meses de gestación ya tenía complicaciones. Cuando inició su primer control a los tres meses tuvo una amenaza de aborto; Elsy sentía dolores, tenía goteo de sangre; pero le dejaron reposo, una ultrasonografía y un tratamiento para la infección en la vías urinarias y el embarazo siguió su curso.

En su segundo control prenatal, el 17 de noviembre, se encontraba bien. Sin embargo, como su embarazo era de riesgo el promotor de salud realizaba su trabajo y la visitaba con frecuencia aconsejándole que cualquier malestar que ella sintiera, acudiera de emergencia a la unidad de salud.

 

Fue hasta el 22 de diciembre que Elsy pasó una mala noche, con dolores, por lo que decidió seguir la indicación dada por el promotor y visitó las instalaciones del Eco familiar, de La Libertad, durante la mañana del 23 de diciembre.

“Yo pasé consulta con la doctora, pero ella me dijo que ella ni sabía que estaba embarazada; de ahí me dijo que no me iba atender porque se iba a un evento, que me iba dejar un examen y fui afuera hacérmelo a un laboratorio privado. En el examen de orina me hallaron una pequeña infección”, recordó.

Cerca de las nueve de la noche, siempre del 23 de diciembre, “sentía dolores de parto, el vientre me dolía bastante y ya tenía dos días solo con ganas de hacer fuerza”, recuerda sobre el malestar que sentía.

Cuando fue por segunda vez a la unidad de salud, cerca de las 9:00 de la noche, enseñó el examen que la doctora le dio en la mañana y fue referida de una manera rápida hacia el Hospital San Rafael.

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En el trayecto de la ambulancia empezó a sangrar más y durante sonaba la sirena, ella se imaginaba que simplemente era una amenaza como la que tuvo a los tres meses de embarazo, creyó que todo iba a salir bien “ pero lastimosamente ya no, me dijeron que no podía porque ya iba abortando (24 semanas)”.

Ya en el hospital, la joven solo recuerda que le dijeron que no podían hacer nada por ella, mientras que a la pareja de Elsy le dijeron que el bebé había nacido muerto.

Sin embargo Elsy pasó dos horas con dolor de parto y había expulsado a su hijo entre la 1:00 y 2:00 de la madrugada del 24 de diciembre.

Lamentó que la media hora que tardó en llegar el personal médico, ella pudo palpar a su hijo, veía cómo el bebé se movía, abría la boca, sus manos y piecitos. Agregó que cuando ella vio que el recién nacido ya no se movía “le dije (al bebé) que era lo que menos esperaba, pero no se podía hacer nada”.

Cuando el bebé nació y luego dejó de respirar, se acercó la enfermera, llamó a los médicos y “lo pusieron en una bandejita chiquita y no sé si a pesar, llevaron un botecito donde echaron la placenta y yo les pregunté si lo podía ver el papá o si lo podía dar y me dijeron que lo tenían para muestra”, recuerda de la última vez que vio a su hijo.

A la paciente le hicieron un legrado y el mismo 24 de diciembre le dieron el alta. “Me vinieron a ver y yo le dije a ellos (promotor) que si no me lo podían dar (feto) y ellos dijeron que no, porque era un niño y que los niños ya no los entregaban”.

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Se consultó a la unidad de comunicaciones del San Rafael ¿Cuál es la razón por la que no entregan los cadáveres o fetos de los nacidos en el sanatorio y explicaron que por normativa del Ministerio de Salud no se entregan los fetos cuando el peso es menor a los 390 gramos.

Después de seis meses, Elsy mantiene su convicción de que desea enterrar a su hijo, entre los documentos que guarda de recuerdo de su bebé están la tarjeta de control y la ultrasonografía de los tres meses de embarazo donde hay un escrito que dice “siempre estarás en mí. Te Extraño”.

Foto por Salvador Meléndez