Los emblemáticos edificios del centro de San Salvador ocupados por la Biblioteca Nacional a través del tiempo

93 años después de su fundación, la Biblioteca Nacional tuvo por primera vez una sede propia, ubicada en centro histórico de San Salvador, pero este fue destruido por el terremoto de 1986. Por muchos años anduvo errante en la capital salvadoreña.

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Foto Por Archivo EDH

Por Xiomara Alfaro - Erick Palacios

2019-05-16 8:50:50

Desde febrero de 1994 la Biblioteca Nacional Francisco Gavidia funciona en la Avenida Cuscatlán y 4ta calle oriente, al costado sur de la plaza Gerardo Barrios, en el centro de la capital, instalaciones donde antiguamente eran las oficinas del Banco Hipotecario.

En los tres primeros niveles fueron colocados la hemeroteca, colección braille, colección internacional, colección nacional y el tesario, entre otros, mientras que en el sótano fueron ubicados las colecciones de los principales periódicos de El Salvador, lugar donde 25 años después estos se mantienen.

El actual edificio fue inaugurado por el entonces presidente Alfredo Cristiani y los titulares de educación de la época.
Las nuevas instalaciones significaban un respiro para este tesoro de la literatura salvadoreña que desde su creación en 1970 estuvo marcado por diversos eventos históricos que hicieron que deambulara a través de los años por varios edificios en la capital salvadoreña.

Archivo EDH

Ya en la nueva casa, las autoridades finalmente se llenaron de optimismo tras ver salas de lectura ampliadas, lo que suponía un mayor número de visitantes. 1,200 en promedio por día, era lo que auguraban. El presupuesto para esa fecha incrementó a 3 millones y medio de colones, según una publicación de El Diario de Hoy de febrero de 1994.

En 1995, con el apoyo de organismos internacionales, la Biblioteca fue automatizada, tres computadoras y dos impresores fue el equipo técnico traído para que al rededor de 15 personas se encargaran de guardar en diskettes o discos magnéticos la información básica de los 65 mil ejemplares que conformaban su patrimonio.

Otra fecha importante en la historia de este centro del saber se registró en el  mismo año, cuando se inauguró el Centro de Documentación e Información para No Videntes. Dos personas con discapacidad visual fueron capacitadas para atenderlo.

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Remembranza

La Biblioteca Nacional nace con el nombre Biblioteca Nacional Salvadoreña, luego fue adoptando otros nombres hasta ser reconocido como Biblioteca Nacional Francisco Gavidia. Fue fundada el 5 de julio de 1870 durante la gestión del presidente Francisco Dueñas y el Ministro de Relaciones Exteriores, Gregorio Arbizú. Justo 49 años después de proclamada la independencia de Centro América.

Pese a que fue creada a inicios de la década, no fue hasta el 15 de marzo de 1888 que las autoridades de gobierno la inauguraron de forma oficial. Al acto asistieron además altos funcionarios y diplomáticos de otras regiones como Gran Bretaña y Venezuela, otras personalidades y nobles, según datos de Mélida Arteaga, investigadora y bibliotecaria salvadoreña.

Archivo EDH

Tuvo su primer sede en 1957

El primer establecimiento de la Biblioteca Nacional fue la esquina sudeste de la Universidad Nacional, sobre la Avenida España, se lee en la publicación de El Diario de Hoy.

En 1873, luego que el edificio del Alma Máter fuera destruido por un terremoto fue llevada al Palacio Nacional donde operó por seis años, para 1879 regresó al nuevo edificio de la Universidad Nacional.

Teatro Nacional
Teatro Nacional, ubicado en centro de San Salvador donde fue trasladad la Biblioteca Nacional en 1934. También fue utilizado como oficinas de los juzgados de paz, alcaldía, policía municipal y Radio Nacional.

Años más tarde, en 1934, fue llevada al edificio del Teatro Nacional. Se ubicó en el segundo piso según relato del señor José Luis Granados a El Diario de Hoy, en 1995, quien en ese año celebraba 25 años de trabajar en la Biblioteca.

“El caudal de libros iba aumentando, pero el número de lectores disminuía cada vez más. Llegaban menos que cuando estuvo en la universidad, y entonces tenía que ponerme en la puerta a llamar a la gente que pasaba”, relató.

El siguiente edificio fue la antigua casa del Circulo Militar, La Casona, ubicada en la calle Delgado y 8° Avenida Norte #228. Los militares fueron trasladados a la residencia del expresidente Arturo Araujo. Ahí funcionó 26 años, tiempo en el que abrió 4 salas de lectura: en Mejicanos, Valle Delgado, San Jacinto y la Vega.

Finalmente en 1957 se construyó un edificio propio donde también operó el Ministerio de Educación. Este fue destruido por el terremoto de 1986.

Edificio de biblioteca nacional 1957. Foto: Guasinay50

La Biblioteca Nacional “no tuvo una sede propia sino hasta la construcción del complejo de edificios en el centro histórico de San Salvador en 1963, que le dio albergue junto al Ministerio de Educación“, señala el ministerio de Cultura en su página web.

Antes de llegar al antiguo edificio del Banco Hipotecario y con su única casa hecha escombros nuevamente volvió a andar errante por varios locales en la capital salvadoreña, 8 en total: el edificio del Patrimonio Cultural, parque Saburo Hirao, el Zoológico Nacional, parque Infantil, Escuela de Ciegos, Quinta Matasano, el Teatro Nacional y el Palacio Nacional.

Época actual 

25 años después de establecida en su actual sede y con las expectativas de convertirse en un referente de la literatura a nivel mundial, la Biblioteca Nacional sigue esperando figurar entre los primeros puntos de agenda de las autoridades estatales.

A inicios de mayo de este año y ante las primeras lluvias registradas en el país una invaluable colección de periódicos fue dañada luego de que el sótano del edificio resultara inundado. 

La colección data de 1970 y 1990. La falta de protección de los ejemplares provocó el desastre. Las autoridades  explicaron a este medio que no cuentan con fondos suficientes para proteger este tipo de material, ni para intentar restaurarlo.

Biblioteca Nacional

Ventiladores a toda su capacidad y grandes cantidades de papel absorbente eran utilizados en el proceso de secado, más tarde ante la falta de este recurso, los restauradores recurrieron a utilizar hojas de papel bond que fueron donadas por el Archivo General de la Nación (AGN).

Según las autoridades del lugar, la inundación provino de las  alcantarillas cercanas a la Biblioteca que están repletas de basura, basura que llega de los negocios ubicados a su alrededor.

 “Nosotros hemos averiguado, por los técnicos e ingenieros de fuera, que este edificio necesita mantenimiento cada cinco años, y resulta que no lo tiene desde 1986.”, denunció el director de bibliteca, Manlio Argueta.

Varios periódicos antiguos resultaron dañados. Foto EDH/ Jorge Reyes