Latinoamérica, una región que le huye a la democracia

En un discurso reciente ante el Senado de su país, el subsecretario de Estado de Estados Unidos lamentó los profundos retrocesos democráticos en varios países del continente.

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La reelección de Daniel Ortega en Nicaragua este 28 de noviembre no ha sido reconocida por la Organización de Estados Americanos, ni Estados Unidos ni la Unión Europea por las elecciones sin legitimidad. FOTO EDH / AFP

Por Ricardo Avelar

2021-12-04 9:46:06

La democracia en Latinoamérica está en problemas y decirlo parece una obviedad.

Basta examinar las noticias del subcontinente para darse cuenta de que el sistema democrático que muchos países empezaron a construir hace varias décadas está en acelerado retroceso o se ha perdido por completo. Y aquellos lugares donde ha habido sólida institucionalidad, de tanto en tanto se experimentan episodios de inestabilidad y peligro de emular a sus vecinos más problemáticos.

Las consecuencias son visibles: decenas de periodistas y opositores capturados o en el exilio, graves crisis humanitarias, escándalos de corrupción que trascienden fronteras y mafias que controlan tras las sombras los destinos de los Estados son algunas condiciones que Latinoamérica experimenta con regularidad.

Esta situación fue expuesta el 30 de noviembre por el subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno de Estados Unidos, Brian Nichols. En una alocución ante el comité de Asuntos Exteriores del Senado de su país, expuso un panorama sombrío para la democracia en la región.

Esto lo contrastó con los avances de hace apenas dos décadas, cuando el continente apostó por un instrumento transnacional para tutelar la institucionalidad: la Carta Democrática Interamericana.

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Nichols recordó que este instrumento abrió las puertas a un periodo de “relativa prosperidad, seguridad y estabilidad” en la región. Los países parecían comprometidos no solo con elegir a los gobernantes de forma democrática, sino también con que estos ejercieran el poder de manera transparente y participativa.

Pero esta historia no fue irreversible. En su exposición, Nichols lamentó la corrupción, la inequidad, los golpes a la institucionalidad, el crimen y los frenos al desarrollo. Todo esto, aseguró, terminó de frustrar a miles de ciudadanos que no encontraron en el sistema político prometido una panacea, sino una promesa vacía de crecimiento y bienestar.

En su visión, es preocupante el riesgo de retroceder varias décadas hacia el autoritarismo de antaño.

La democracia en peligro
“Veinte años después de la aprobación de la Carta Democrática Interamericana, reconocemos que las condiciones de gobernanza de algunos países no han progresado o se están moviendo en la dirección incorrecta”, señaló el subsecretario de Estado e identificó en Centroamérica “una seria erosión de las normas democráticas”.

El diplomático destacó el caso de El Salvador, que en los últimos años y bajo el gobierno de Nayib Bukele ha experimentado un significativo declive en sus prácticas democráticas.

Entre los aspectos que socavan la estabilidad política del país y lo aproximan a un autoritarismo, Nichols destacó la amenaza de una Ley de Agentes Extranjeros que controle excesivamente a organizaciones que ejercen contrapeso y que va de la mano con las prácticas de “concentrar el poder en manos del Ejecutivo e intimidar a los críticos”.

También lamentó el uso de los cuerpos armados para intimidar a opositores, como en la toma militar de la Asamblea Legislativa el 9 de febrero; el golpe a la Sala de lo Constitucional, donde los magistrados electos legítimamente fueron reemplazados por abogados afines al régimen; la resolución de los magistrados impuestos que avaló la reelección; el golpe a la transparencia y la lucha contra la corrupción; y los ataques a quienes disienten o hacen preguntas.

“Continuaremos trabajando con el Congreso y socios internacionales para urgir a la administración Bukele a rectificar su curso y volverse a comprometer con los derechos humanos y las normas democráticas”, dijo.
Pero El Salvador no es su único reto. En el resto del Triángulo Norte, el diplomático también observa una situación considerablemente preocupante.

Por un lado, lamentó que en Guatemala se esté obstruyendo la lucha contra la corrupción desde la misma Fiscalía, cuya titular, Consuelo Porras, ha sido designada en la Lista Engel de actores corruptos y antidemocráticos.
El funcionario estadounidense la acusó de utilizar la institución que dirige “para obstruir investigaciones de irregularidades al más alto nivel y de perseguir a aquellos que buscan fortalecer la rendición de cuentas ante corrupción y violaciones a los derechos humanos”.

El diplomático también condenó la destitución del principal fiscal anticorrupción, Juan Francisco Sandoval, quien tuvo que huir del país ante amenazas a su vida, no sin antes denunciar a la fiscal Porras de permitir la corrupción sistematizada.

Por otra parte, resaltó que en Honduras, el periodo electoral generó procesos de violencia que terminaron con la vida de más de 30 personas. Afortunadamente, contrastó que el día de la elección fue “mayoritariamente pacífico, con una afluencia que refleja el espíritu democrático de los hondureños”.

Si bien en las elecciones fue derrotado el presidente que forzó su reelección y que ha sido señalado de tener vínculos con el narcotráfico, esto no quita que sigue siendo un país con profundos retos, elevados niveles de pobreza y de donde salen mes a mes cientos de migrantes irregulares que buscan llegar a Estados Unidos huyendo de la desesperanza y la violencia de pandillas.

El panorama planteado por Nichols en Centroamérica fue sombrío y si bien afirmó la disposición de su país de apoyar un retorno a la institucionalidad y la prosperidad, ha quedado demostrado que los gobiernos de estos países no están siempre dispuestos a trabajar por ese fin, sino todo lo contrario.

Los regímenes no democráticos
El subsecretario también se refirió a aquellos países que han perdido su democracia y constantemente están envueltos en ciclos de elevada violencia política e inestabilidad.

Entre ellos, resaltó a Haití, golpeado este año por dos grandes tragedias: el asesinato de su presidente a manos de sicarios y un terremoto que azotó al país solo un mes después.

Asimismo, resaltó a los tres grandes actores antidemocráticos del hemisferio: Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde resulta remoto pensar en un retorno a la normalidad institucional.

En el caso de Cuba, lamentó cómo el gobierno ha reaccionado con violencia y represión ante el clamor ciudadano de paz y prosperidad, reflejado en masivas marchas. “En muchas ocasiones, el gobierno cubano rechazó el intento del pueblo cubano de iniciar una discusión, y eligió responder con represión, enviando fuerzas de seguridad y colectivos patrocinados por el gobierno para acosar a los que buscan la democracia”, destacó.

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Además, condenó el bloqueo de una marcha pacífica el 15 de noviembre, cuando miles fueron disuadidos de salir a las calles con la amenaza de capturas y represión.

También expuso un clima de bloqueo de información por parte del régimen. Ante esta situación, expresó que “buscamos formas de contrarrestar la censura en Internet, restricciones en contenido y cierres” y prometió seguir buscando formas de garantizar el acceso a internet libre para los cubanos.

Con respecto a Venezuela, de forma escueta afirmó que se han unido a una coalición de países que ha condenado los abusos del chavismo y que ha llamado a un retorno a la democracia y una salida de su crisis humanitaria.
En Nicaragua, gobernada con puño de hierro por la pareja presidencial, condenó un “ataque sin precedentes a opositores y periodistas independientes”, así como un farsa electoral del 7 de septiembre, cuando Daniel Ortega y Rosario Murillo fueron reelectos en medio de unos comicios donde los principales candidatos opositores están presos.

Convicción democrática
En medio de este panorama sombrío, Nichols manifestó que Estados Unidos sigue “firme en su convicción de que la democracia sigue siendo la mejor forma de gobierno para solucionar los retos de la región”.

Por ello, adelantó que el gobierno de Joe Biden sostendrá esta semana una Cumbre por la Democracia en la que 26 Estados del continente participarán para abordar estrategias para defender la institucionalidad.

Sobra decir que los siete países que Nichols mencionó en su discurso ante el Senado no están invitados.

LOS DOS PELIGROS PARA LA REGIÓN

PAÍSES CON RETROCESO DEMOCRÁTICO
Nichols resaltó que hay países que están viendo un deterioro acelerado en su institucionalidad democrática.
En estos, se empieza a perseguir cualquier expresión de disidencia, así como a los periodistas que investigan y cuentan las historias que incomodan al poder.
También resaltó que en estos lugares, como El Salvador, Honduras y Guatemala, se experimenta un retroceso en la lucha anticorrupción.

Nicolás Maduro. Foto AFP

PAÍSES QUE YA PERDIERON LA DEMOCRACIA
Brian Nichols condenó el impedimento de manifestaciones en Cuba y cómo se ha utilizado la Seguridad del Estado (policía política) para evitar estas protestas, y denunció la farsa electoral nicaragüense, en la que la pareja
presidencial se reeligió con todos sus oponentes presos. Sobre Venezuela, se unió a una docena de países que
condenan los abusos del chavismo.