Más de 500 turistas llegan en un día festivo a la Laguna Verde, en Apaneca, Ahuachapán, para apreciar el cuerpo de agua que tiene un kilómetro de diámetro. Otros optan por caminar a su alrededor para disfrutar del aire puro que producen miles de árboles variados, entre ellos el de ciprés que se encuentra en peligro de extinción y que es característico del lugar.
Si la suerte lo permite, los visitantes pueden observar torogoces, chiltotas, zenzontles, cusucos y tacuazines, entre otros.
Pero para Óscar Nájera no sólo es un sitio turístico; sino un pulmón natural de la zona que permite a 1,600 familias de las comunidades El Sitio y Palo Verde, de Apaneca; y San Juan de Dios, de Juayúa, en Sonsonate, contar con agua en sus viviendas, principalmente en época de verano.
Por ello, desde hace ocho años las mismas comunidades trabajan para minimizar el impacto de la contaminación.
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Las personas no pueden bañarse en ésta y han logrado que los propietarios de los terrenos aledaños no cultiven maíz para evitar que los químicos que utilizan vayan a parar al agua que ellos utilizan para sus quehaceres domésticos durante la época seca.
En el invierno captan el agua lluvia para reducir el impacto que pudiera ocasionar la extracción del líquido.
Pero no siempre fue así en la Laguna, reconoció Nájera. El proyecto de agua tiene cerca de 30 años de funcionar y durante mucho tiempo las mismas comunidades no se organizaron.
Las personas podían bañarse en la laguna, lavar ropa y por ende utilizar jabones y detergentes, e incluso servía para que el ganado llegara a beber agua o pastar.
Nájera explicó que la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental (Fundesyram) realizó hace ocho años un estudio donde se visualizaron los problemas de contaminación que estaba sufriendo el cuerpo de agua.
Desde entonces, las personas tomaron conciencia de la situación y comenzaron a trabajar en beneficio de la Laguna Verde o conocida también como Laguna de Apaneca.
“Para nosotros es de vital importancia darle el mantenimiento necesario para tener menos contaminación y la reforestación para tratar de producir agua y que el entorno se mantenga. Nos preocupa la contaminación en lo que es en sí al agua porque es el líquido que llega a cada una de nuestras familias. Es el problema más grande que tenemos por el momento”, expresó Nájera, quien es el presidente del Comité de Vigilancia de la Laguna Verde.
El esfuerzo por el mantenimiento y reforestación del cuerpo de agua ha sido principalmente de las comunidades ya que no hay otra institución gubernamental involucrada.
Sin embargo, la representante del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Carolina Avilés, dijo durante una jornada de limpieza que se realizó en el lugar, que habrá acercamientos con el Comité “para comenzar a darle un tratamiento diferente al manejo de la zona, al manejo de la Laguna. De manera que todos podamos disfrutarla siempre y no acabárnosla pronto, que ni cuenta nos vamos a dar”.
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Una de las primeras ideas que planteó durante la jornada de limpieza es establecer una zona de estacionamiento a más de cien metros de llegar a la laguna, que es hasta donde llegan actualmente los vehículos.
El presidente del comité señaló que están en la disposición de que otras instituciones se sumen al trabajo pro mejoramiento.
La Red Juvenil Mundo Vida Reserva de Biosfera Apaneca-Ilamatepec fue la encargada de organizar la jornada de limpieza, que también incluyó un conversatorio con ochenta voluntarios del occidente del país.
Entre los desechos recogieron bolsas plásticas, desechables, latas, cartón, y vidrio.
La directora ejecutiva de la Red, Sonia Martínez, explicó que desde hace tres años se han sumado al trabajo de mejoramiento del medio ambiente de la Laguna Verde, que han incluido la siembra de árboles de ciprés que se encuentran en amenaza de extinción.
En la jornada de limpieza fueron sembrados treinta árboles de dicha especie y en unas semanas otro número similar serán plantados en el contorno del cuerpo de agua.
“La idea de esto es sensibilizar a las personas sobre el cuido, motivarlas a tener un turismo amigable con el medioambiente. La idea es de que si esta Laguna abastece de agua a comunidades, darle su debido mantenimiento: limpiándola y reforestándola. Con cada árbol que sembramos sabemos que estamos sembrando vida y contribuyendo con la parte del agua”, expresó Martínez.
La Laguna forma parte de la Reserva de Biosfera Apaneca-Ilamatepec que fue certificada como tal el 18 de septiembre de 2007 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La conforman dieciocho municipios de Santa Ana, Sonsonate y Ahuachapán.
El presidente del Comité de Vigilancia señaló que la laguna cuenta con nacimientos de agua que abastecen a otros manantiales que van a dar a Ahuachapán, Turín y Juayúa.
Aunque hay personas que señalan que su profundidad alcanza los veinte metros; otros dicen que nunca han llegado a este.