La directora Elsa Rivas de Urrutia recuerda con mucha alegría el momento en que decidió abrir un lugar de estudio para el desarrollo de la niñez. Con el método de enseñanza Montessori, ella logró llegar al corazón y memoria de muchas familias. “Créame que me harán mucha falta los niños. Escucharlos correr, reír y el conocerlos, pero lastimosamente se tuvo que tomar esta decisión”, dijo la fundadora.
El cierre fue notificado a los padres de los alumnos en diciembre; algunos se mostraron molestos pero la mayoría comprendió la decisión.
Durante la cuarentena, el kínder se reinventó con sus clases en línea pero los docentes consideran que el infante que cursa sus primeros años de escolaridad necesita un trato distinto.
“ Debemos de respetar al niño y su educación. Si el niño está enfrente de una computadora y en el lugar hay alguien más haciendo alguna otra actividad, el niño no pondrá atención”, advirtieron.
La directora y cuatro maestras se unieron con la idea de crear un proyecto independiente, en donde utilizarán toda su experiencia y el método Montessori para brindar y orientar sobre clases virtuales.
“El maestro necesita entender estas metodologías pero también los padres y más en estas épocas donde tienen que ser padres, maestros y proveedores al mismo tiempo”, dijo Rivas .
VER: Unicef preocupada por cierre de escuelas debido al impacto de la pandemia
El proyecto se llama Cinco Sentidos y ayudará a los niños y a sus padres para llevar de mejor manera las clases en línea para este año 2021.
“Da mucho sentimiento tener que ir guardando y sacando todo”, dijo María Adela de Alvarado encargada de la administración del kínder.
“Hace poco vino un niño que hoy está en tercer grado. Se enteró que su kínder va a cerrar y su mamá decidió comprarle una silla y una mesa porque dice que el olor de su kínder no lo quiere olvidar”, comentó.
Ella al ser de administración también atendía a los niños cuando se enfermaban o necesitaban algún material de estudio, así que eso la llevó a conocer a cada uno de los estudiantes.
En el edificio que ocupó Pasitos aún está María Evelyn, quien estuvo encargada de limpieza del lugar pero los niños la miraban como una maestra más.
“En las graduaciones los niños traían regalos para sus maestros y siempre me traían uno a mi, decían que yo era su maestra del baño porque yo les enseñe a ir al baño. Me hará mucha falta estar acá”, expresó.
Algunos de los inmuebles del lugar fueron adquiridos por un colegio en Usulután o por padres de alumnos. “ Algunas personas que están en Estados Unidos han llamado para reservar una silla y una mesa para poder tener algo con lo que recordar esos años de estudio”, dijo la directora, quien tiene la esperanza de que el año 2022 puedan volver a abrir el centro educativo en otro lugar.
TAMBIÉN: Población escolar migra a colegios más pequeños o escuelas, según especialista