Carlos Steve Garzona Alvarado, de 28 años, no podrá conducir ningún tipo de vehículo automotor por un año y medio y además tendrá que ir a un tratamiento terapéutico para dominar la ira.
Esa es la resolución que dictó el juzgado Tercero de Paz de Soyapango al concluir la audiencia inicial contra Garzona Alvarado que protagonizó una pelea con un conductor particular, según fuentes judiciales.
En la diligencia judicial, los fiscales del caso y la defensa de Garzona acordaron una salida alterna que comprendió suspender el proceso judicial por año y medio.
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Durante ese período, el microbusero deberá de cumplir con una serie de normas de conducta como no salir del país, no cambiar de domicilio, evitar el consumo de drogas y bebidas alcohólicas.
Pero además está en la obligación de ir a un tratamiento terapéutico para dominar la ira en una oficina de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y no podrá conducir vehículos automotores por año y medio porque le suspendieron temporalmente su licencia de conducir.
Un juzgado de Vigilancia Penitenciaria de San Salvador supervisará que el microbusero cumpla con las restricciones impuestas por el juzgado Tercero de Paz de Soyapango.
El pleito ocurrió la semana pasada en la calle antigua a Tonacatepeque, cerca de la colonia La Coruña de Soyapango. Garzona Alvarado manejaba un microbús 41-A y le golpeó el vehículo a un conductor no identificado.
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El microbusero siguió la marcha, pero el automovilista ofendido aceleró el vehículo y le cruzó el auto para no dejarlo pasar.
Eso originó que el microbusero y el automovilista llegaran a los puños, lo que fue grabado por los pasajeros con sus teléfonos celulares y luego subido a las redes sociales.
El conductor particular no llegó a la cita que le hiciera la Fiscalía General por lo que desestimó el delito de daños.
Sin embargo, policías llegaron al día siguiente del incidente al punto de microbuses de la referida ruta para entrevistarse con la propietaria del microbús. Ella llamó a Garzona Alvarado para que solucionara el problema y fue capturado por desórdenes públicos.