Familiares de Josselyn Sofía Flores Aquino, de 21 años, piden ayuda al gobierno salvadoreño para la repatriación de la joven, originaria de Santa Ana, quien falleció el martes 7 de septiembre, arrollada por un vehículo cuando viajaba con un grupo de personas de forma ilegal hacia Estados Unidos.
La joven era la última en el grupo cuando el conductor perdió el control del vehículo y la embistió.
El conductor se fuga pero las autoridades capturaron a los dos ocupantes, quienes al parecer iban en estado de ebriedad.
La familia logró investigar que ese martes, a las 3:00 de la madrugada, la joven, junto a un grupo de personas, fue sacada de una bodega, donde pasó por más de dos meses, para cruzar la frontera entre México y McAllen, Texas, Estados Unidos.
El grupo ya se encontraba en la ciudad estadounidense de Falfurrias, cuando a las 4:20 la joven cruzaba la carretera fue embestida por el vehículo.
Las personas que dirigían el grupo no hicieron nada para auxiliarla; sino que por el contrario presuntamente le quitaron los zapatos, dinero y el teléfono celular.
El padre de la joven, que pidió omitir su nombre, relató que se enteró de lo ocurrido debido a que una persona que también viajaba en el grupo llamó por teléfono para informar de la tragedia y que “había quedado tirada”.
La joven tenía más de dos meses desde que comenzó el viaje; primero se trasladó a Guatemala donde presuntamente la esperaban las personas que la iban a guiar en el camino.
En El Salvador estudiaba la carrera de psicología, iba a tercer año, pero debido a las dificultades económicas en su familia, decidió emprender el viaje.
El padre relató que con la madre de la joven está divorciado; por lo que él se enteró que su hija había iniciado el recorrido más de quince días después, cuando le llamó para comunicarle que le iba a ayudar para colocarla en un trabajo. Sin embargo, la respuesta de ella fue que ya estaba en México.
El angustiado padre pide al gobierno que le ayuden a obtener una visa humanitaria para viajar a Estados Unidos y poder reconocer el cadáver de su hija para traerla a El Salvador y darle cristiana sepultura.
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De lo contrario, el proceso podría tardar más de cuarenta días.
“Lo que quiero es viajar, que el presidente me ayude a que la Embajada (de Estados Unidos) me de la visa para traer el cuerpo de mi bebé porque no es un perro al que mataron, es una salvadoreña igual que nosotros”, expresó el padre.
El jueves hacía trámites en un cementerio de Santa Ana para tener un lugar listo para sepultarla.
Pidió a los padres de familia que no envíen a sus hijos a Estados Unidos de forma ilegal debido a los riesgos que eso representa.
“Dicen que es el sueño americano es mentira, la muerte se va a encontrar y en un ataúd regresan a nuestro país”, declaró.