Invertir en niños de cero a 9 años es clave, afirma Fundación Meza Ayau

La Fundación realiza el seminario para la educación temprana. Ponentes nacionales e internacionales dieron a conocer programas implementados que han dado resultados favorables para el desarrollo de la primera infancia.

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Foto EDH / Jessica Orellana

Por Violeta Rivas

2018-11-06 8:30:30

La inversión en los primeros años de vida es clave para una formación escolar de calidad y un futuro laboral promisorio para los niños de cero a nueves años. Esto fue el centro del V seminario “Educación Temprana, la Clave para El Salvador” que desarrolla la Fundación Rafael Meza Ayau (FRMA).

El foro, que inició ayer y continuará hoy en un hotel capitalino, surge en apoyo a la propuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que impulsa la educación en la primera infancia a nivel nacional, a través del Consejo Consultivo de la Niñez.

En el evento participan ponentes nacionales e internacionales, quienes destacan programas implementados en varios países de la región Latinoamericana, los cuales están enfocados en la educación de la primera infancia, a través de los cuales proponen las mejores formas de educar a los niños en una etapa importante de la vida, cuando sus facultades de aprendizaje comienzan a agudizarse.

La FRMA se une a la propuesta de la Unicef debido a que sus acciones se basan en la implementación de proyectos de alto impacto, que generan beneficio social a la población más vulnerable del país, además de colaborar en inversión en educación.

“Es imperativo invertir en la niñez y sus familias, el no hacerlo puede traer graves consecuencias como no contar con personas calificadas para enfrentar retos tan importantes como la conducción de nuestro país”, dijo Roberto Murray Meza, presidente de la FRMA.

Añadió que es necesario darle cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (objetivos que hacen un llamado a nivel mundial a adoptar medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar la paz y prosperidad de las personas).

Según la fundación, la actividad se enmarca en una problemática que se da en El Salvador, donde nacen aproximadamente 100 mil niños al año, además de que el 35 % de la población son menores entre cero y 18 años.

A esto se suma que en el país el 34 % de la población vive en situación de pobreza y el 16.4 % son hogares fértiles con hijos, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, que realiza el Ministerio de Economía a través de la Dirección General de Estadística y Censos (Digestyc).

Otro aspecto es que el 21 % de la inversión pública está destinada a la población mayor de 65 años y solo el 4 % está destinada a los niños entre cero y tres años, quienes representan al 7 % de la población, según datos de la Unicef en el 2013.

La fundación enfatiza que es necesaria la propuesta que hace la Unicef junto al Consejo Consultivo de la Niñez, según la cual se necesita invertir en la primera infancia, donde el niño en sus primeras etapas de la vida debe pasar a ser un proyecto de la sociedad, con el impulso de políticas sociales destinadas al apoyo de las familias, para ayudar al desarrollo de las destrezas y capacidades de los menores.

Jimmy Vásquez, especialista en políticas sociales de la Unicef y ponente del foro, expuso que “para lograr la transformación (de la sociedad que invierte en los niños) es necesario un cambio de paradigma en el enfoque actual de políticas públicas salvadoreñas. Este cambio aseguraría el desarrollo de los más de 100 mil niños que nacen en El Salvador cada año, sin olvidar los más de dos millones de niños y adolescentes que ya lo habitan en la actualidad”, indicó.

La fundación también hizo ver que al no invertir en la primera infancia, entre cero y seis años, se aumentan las probabilidades de una vida escolar deficiente, lo cual lleva a futuro a una precaria inserción laboral.

La propuesta de las entidades es que, con urgencia, es necesario colocar a la primera infancia como el centro de una política social orientada a la prevención de la violencia, pobreza y desigualdad. Mientras, las recomendaciones para un periodo de 10 años fue que los niños tengan, para el año 2030, acceso de calidad a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia, además de la educación preescolar que los lleve a una buena preparación para la educación primaria y su continua formación posterior.

Las estrategias a implementar que proponen las organizaciones son las visitas domiciliares a las familias que viven en pobreza, para que adopten prácticas de crianza respetuosa, afectiva y saludable.

En este sentido, Leonardo Yánez, representante de la Fundación Bernard Van Leer, que desarrolla programas enfocados en la niñez en todas partes del mundo, habló en el foro sobre la necesidad del cuidado afectuoso que los niños debe recibir durante su infancia, ya que es decisivo para su desarrollo.

Explicó, además, que también es importante invertir en los cuidadores, ya que los niños dependen de ellos y es de quienes reciben los primeros conocimientos.

Pero, según los ponentes, existen factores que inciden en que los menores puedan desarrollar todo su potencial, entre estos la contaminación del agua y del aire, la falta de espacios que les brinde seguridad o de lugares donde puedan jugar o relajarse, ruidos excesivos, la falta de apoyo a las familias y el estrés tóxico.

El foro finaliza hoy al mediodía con diferentes talleres donde los asistentes abordarán las oportunidades y desafíos ante la problemática de la niñez en el país.

Foto EDH / Jessica Orellana

“Todos los niños deberían poder alcanzar su máximo potencial”

Leonardo Yánez, representante de la Fundación Bernard Van Leer y ponente del foro, habló sobre los programas que ejecuta la organización y de las principales necesidades de los niños durante la primera infancia.

Durante la ponencia hizo referencia a la frase del fundador de la organización, Oscar Van Leer, quien dijo que “Todos los niños deberían poder alcanzar su máximo potencial”, al hablar de las capacidades que pueden desarrollar los menores en un entorno adecuado, principalmente lleno de afecto .

Algunos aspectos que interfieren en que el niño se desarrolle a plenitud son la violencia, un entorno familiar no adecuado, la implementación de programas sociales que no dan los resultados esperados, además de la contaminación ambiental, las largas distancias, el ruido excesivo y el tráfico.

Yánez explicó que es determinante el ambiente en el que se está desarrollando el niño, que necesita lugares donde poder jugar, que sean seguros.

El ponente agregó que es necesario invertir también en la familia, ayudarlas durante la crianza de los hijos para el mejor desarrollo de los menores.

Foto EDH / Jessica Orellana

“Es importante que los niños desarrollen habilidades”

Shannon Falkenstein, fundadora y directora de Acton Academy and Montessori El Salvador, una institución educativa, alternativa al colegio, donde los alumnos desde los 18 meses hasta los seis años, aprenden bajo el método Montessori, expuso la temática sobre los modelos de intervención en la infancia temprana y los factores claves para ser replicables.

Durante la ponencia, Falkenstein habló sobre la metodología Montessori que nació en Austin, Texas, Estados Unidos.

“El Salvador necesita implementar el método Montessori en las escuelas para tener un mejor desarrollo preescolar. Porque no estamos desarrollando y cuidando a los niños para que sus cerebros crezcan lo suficiente para su futuro”, dijo la ponente.

La educadora expresó que es necesario que los niños aprendan lo suficiente para adaptarse a las exigencias del futuro, ya que estamos viviendo en un tiempo con muchos cambios y mucha tecnología.

Expuso que en la época industrial los niños aprendieron a obedecer y a memorizar, pero en un mundo cambiante como el actual, la metodología de memorizar ya no tiene sentido cuando las tecnologías dan la información en cualquier momento, y hay acceso a esa información de forma gratuita.

“Es importante que los niños desarrollen habilidades para que puedan enfrentar el futuro”, comentó Falkenstein.

Algunos aspectos que aporta la metodología Montessori es creatividad, colaboración, pensamiento crítico y comunicación, donde los niños sepan como afrontar los problemas y resolverlos, como crear algo nuevo o colaborar con otras personas para lograr una meta.

“Si un niño no recibe suficiente cuido y estimulación temprana, el cerebro nunca desarrolla todas las conexiones que necesita para el futuro, después de los seis años el cerebro cambia, y ya no es posible que crezca significativamente de forma neuronal”, dijo la educadora.

Agregó que es importante no solo invertir en los niños entre esas edades, sino también desde antes de nacer dándole estimulación y alta calidad en cuido, mucho afecto, de parte de sus padres o de su cuidador.

“Con este tipo de cuido de alta calidad el cerebro del niño puede crecer y con este gran avance puede adquirir información que le será útil para toda la vida, para enfrentar sus retos. Con el método aprenden cómo ser, cómo hacer y cómo aprender”, declaró la ponente.