INFOGRAFÍA: Los antiguos métodos de cultivo que mejoran las cosechas de los agricultores en Morazán

Los agricultores están experimentando estrategias para mantener vivos sus cultivos incluso durante la época seca.

Decenas de agricultores se han unido para formar parte del proyecto, que está implementando el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Morazán

Por Violeta Rivas

2019-04-23 6:36:26

Miguel Fuentes Arriaza forma parte de un grupo de cinco agricultores del caserío El Chacalín, del cantón El Norte, en San Francisco Gotera, Morazán, quienes han puesto manos a la obra con la siembra de tomate en época seca.

Los agricultores se han unido para formar parte del proyecto, que está implementando el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con el apoyo de Corea y Alemania, para llevar una forma de sustento y mejora económica para las personas que habitan en la zona del corredor seco del país, principalmente de San Miguel y Morazán.

“Ahorita estamos cultivando tomate, tenemos como 1,600 plantas en el invernadero y esperamos tener la cosecha en abril. Para hacer el invernadero primero preparamos la tierra, porque aquí teníamos el terreno pero no era plano, era una ladera”, cuenta Miguel Fuentes.

El invernadero es una estructura hecha de metal, la cual es llamada “Casa Malla”, que lleva para la protección de las plantas, dos tipos de tela como cubierta, que evitan que lleguen plagas y virus a las plantas, por lo que hay que tener cuidado especial al entrar en el lugar.

“A la planta no le puede faltar el agua, por eso nosotros estamos pendientes de mantener el goteo, también estamos chequeando que no le llegue una plaga, por eso venimos todos los días a las 6:00 a.m. para ver que la flor de la planta no se dañe, le quitamos los cogollitos para que la planta se haga más alta y salgan más tomates”, cuenta Miguel.

Foto EDH/ Josué Parada

Francisco Pérez García, otro de los miembros del grupo de agricultores comenta que la rutina que realizan todos los días desde muy temprano es agotadora, pero que es satisfactoria por la cosecha que van a tener.

“Al principio nos costó porque el trabajo era bien pesado, hemos trabajado bastante en este proyecto, desde que se hizo el terreno plano que se emparejó, sacamos piedras y encontramos un nacimiento de agua que nos está abasteciendo las cisternas para mantener las plantas”, dice Francisco.Cuenta que para hacer cada surco se tardaban un día, desde las 6:00 a.m. hasta las 2:00 p.m., luego se iban para sus casa a almorzar, pero ya contentos porque avanzaban en el proyecto.

“Por ratos pensábamos en tirar la toalla, más en las obras de conservación de suelos, ahí sí la queríamos tirar más todavía, pero también estábamos tomando experiencia en este tipo de cultivos que antes no hacíamos, porque solo sembrábamos maíz, y cuando llovía. En estos días no había trabajo porque no se puede trabajar sin agua”, expone Francisco.

Los agricultores explican que en las obras de conservación de suelos en los terrenos era de crear acequias de infiltración (surcos para que se infiltrara el agua en las parcelas), además de barreras vivas (que se hacen con plantas) y barreras muertas ( que se crean con piedras).

Foto EDH/ Josué Parada

El PMA les construyó el invernadero que es elaborado de hierro con telas antivirus y antirayos ultravioleta, que ayudan a que la planta crezca más sana, porque se cuida de la gota gruesa de la lluvia y de enfermedades e insectos.

En este tipo de “Casa Malla” el método de siembra en cubetas es una especie de cultivo hidropónico, debido a que la planta está en una especie de maceta llena de piedra pomes molida, sin tocar la tierra. El sendero solo sirve para colocar la planta dentro del balde y que esté más protegida fuera del suelo y poder colocar el sistema de riego dentro del balde.

En cuanto a los nutrientes de la planta estos van en una mezcla de abonos que es colocada en el agua de las cisternas, y que por medio del sistema de riego programado llega hasta la planta para nutrirla.

El invernadero tiene una medida de 40 metros de largo por 15 de ancho que fue construido por especialistas, junto con la colocación del sistema de riego para la tomatera.

“En este tiempo de sequía no hacíamos nada, solo esperando algún trabajo que le cayera a uno de albañilería”, asegura José Lorenzo Gómez, otros de los integrantes del grupo de agricultores.

Rafael Guillén, coordinador de proyectos del PMA explica que los invernaderos pueden elaborarse de madera, pero el tiempo de vida es corto, mientras que el que fue construido para la tomatera es de metal galvanizado, y dependiendo del cuido, puede llegar a durar hasta 20 años.

Foto EDH/ Josué Parada

El apoyo de Koica
Jongsu Yi, director de País de Koica El Salvador, expuso que trabajan con el PMA en los proyectos de Morazán y San Miguel debido a la sequía que viven las personas en esa zona del país.

“Los propósitos del proyecto son principalmente aumentar la capacidad de los agricultores para su adaptación al cambio climático en esta región de El Salvador, y también porque en esa región las personas tienen muchas dificultades de supervivencia, por eso queremos ayudar a que tengan una mejor calidad de vida”, dice Yi.

Asegura que la región oriental del país está en mayor riesgo por las difíciles condiciones en que viven, por eso decidieron beneficiar a esta población rural.

Los beneficios de la implementación de los proyectos es para que los agricultores vean su mejora económica y puedan cultivar su sustento con la cosecha de frutas y vegetales y luego de la asistencia técnica que les proporciona el PMA y Koica, que puedan replicar sus conocimientos a otros agricultores y a sus familias, menciona Yi.

Corea además de estos proyectos de ayuda a la zona oriental también ejecuta programas de salud, educación, becas, gobernanza y voluntariado.

Koica inició el trabajo en El Salvador a partir de 1991, con proyectos de capacitación para sistemas de información y de agricultura, y cada año desarrollan siete proyectos en diferentes rubros.

Algunos proyectos que esperan realizar a futuro son de desarrollo económico, un plan para cinco años, donde esperan invertir en el puerto de Acajutla, y en mejorar el transporte urbano.

“Queremos discutir estos temas a futuro con el Gobierno de El Salvador de mejora de transporte urbano, especialmente en gran San Salvador, hay mucho tráfico, creo que Corea tiene una similar experiencia en el pasado y queremos desarrollar un plan maestro para las políticas de transporte. El próximo año vamos a iniciar un programa de capacitación sobre el tema”, dijo Yi.

Foto EDH/ Josué Parada