Pasadas más de ocho horas tras el incendio que consumió este miércoles el mercado San Miguelito, la mayoría de vendedores seguían apostados en las afueras del establecimiento, aunque el sol ya había caído. Su preocupación e incertidumbre sobre su futuro los mantenía en pie, pese a que muchos de ellos vivieron el trauma de tener que dejar todo lo que tenían por salir corriendo y huir de las llamas que, en minutos, se propagaron por gran parte del mercado.
Los comerciantes hacen un llamado a sus clientes para que “siempre los busquen”. Así lo espera Carmen Nolasco, por ejemplo. Ella es dueña de varios negocios dedicados a vender materia prima para piñatas y flores. “aunque sea en un ladito, pero aquí vamos a estar”, dice.
De acuerdo a lo prometido por la comuna capitalina se ubicará temporalmente, en los alrededores del centro de abastecimiento, a los comerciantes para que puedan seguir con sus actividades. “De manera temporal vamos a estar generando condiciones, hemos definido el diseño de las calles y junto con ellos (vendedores) hemos coordinado a donde se va a colocar a cada una de estas personas”, asegura el alcalde de San Salvador, Mario Durán.
El funcionario añadió que en el mercado San Miguelito hay 1,200 puestos, pero que solo la mitad resultó afectada en el siniestro. El hecho ocurrido este 22 de septiembre se originó en el sector de bazares y floristería, donde se comercializan productos que son materia prima para manualidades como decoraciones, velas o recuerdos de fiestas.
Para los vendedores, cuyos puestos sufrieron más daño, no hay un cálculo exacto de todas las pérdidas provocadas por las llamas. Pero algunos que tenían productos importados, como Alejandro Orellana del área de bazares, aseguran que podrían rondar los $40,000, debido a que se encontraba preparándose para la temporada alta de Día de los Difuntos y navidad.
A otros comerciantes del área de cocinas, el incendio les arrebató cientos de dólares en un par de minutos. “Tengo $50 de patas, $50 de mariscos que iba a cocinar hoy, aparte de todo el desayuno que tenía en la mesa, de lo que había en una cámara (de refrigeración). Yo lo que quiero es sacar mis cosas”, decía Yessenia de Solís, cocinera en el mercado San Miguelito.
Sus palabras llenas de preocupación las dice luego de discusiones entre vendedores y policías al insistirles poder entrar a retirar, de entre los escombros, algunas de sus mercancías que dejaron cuando huyeron del fuego y del denso humo. “No se puede, quisiéramos nosotros, pero no puede”, les indicaba un agente.
“El fuego no nos dio tiempo de rescatar nada. Eso fue rapidito. Estábamos despachando cuando de repente dijeron: “allí viene el fuego’ y solo salimos”, cuenta Nolasco.
Según los afectados, sus negocios comenzaban a ver destellos de luz en la mejoría de las ventas, luego de varios meses de lucha por levantarlos tras los efectos de la pandemia de Covid-19 en la economía.
“Empezábamos una temporada muy bonita, estaba muy bonita la venta ya, pero lamentablemente todo se quemó”, dice con pesar Nolasco con la esperanza de que clientes del mercado San Miguelito “les echen la mano”.